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Escribo sobre “el gran fraude generacional de las pensiones”... Sí, sobre eso de que el cálculo de la pensión no depende de cuánto has cotizado, sino de cuánto has cobrado (que es bastante menos). Es decir, se obliga a los jóvenes a pagar más por un sistema que no les devolverá lo invertido... El sistema actual no se sostiene, y si seguimos por este camino, no sólamente hipotecamos las pensiones futuras, hipotecamos la libertad, el trabajo y la dignidad de toda una generación.
Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha sentido dentro de sí un anhelo infinito. Como si lleváramos una chispa divina, buscamos lo absoluto, lo eterno, lo perfecto. La Biblia lo expresa en aquella frase originaria: “Seréis como dioses”. Allí se encierra el primer objetivo de la autonomía humana: alcanzar una plenitud que sentimos como posible, aunque no sepamos bien cómo.
Nuestra única defensa contra todo es el amor verdadero. Hay que poner alma en la protección y abandonar las armas. Además, si nos tomamos en serio la concordia, debemos apoyar los nexos que nos unen y hemos de financiar a las instituciones que hacen posible la paz. Por desgracia, las tendencias actuales son alarmantes.
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