Confusión, falta de entendimiento, caos, discordia y voluntad para solucionar una situación difícil, es lo que podemos entender por la palabra con la que encabezamos este escrito; en resumen una especie de Campo de Agramente. Eso es lo que está ocurriendo en España.
Por segunda vez Mariano Rajoy se ha “autoemilinado” para formar Gobierno. La razón que ha dado ahora es que el Rey no se lo ha propuesto.
Desconocemos qué carta se guardará en la manga para haber actuado de tal manera, pero como buen gallego nunca sabremos si sube o baja la escalera, así que algo anidará en su magín que pondrá al descubierto cuando llegue el momento.
Con esta actitud ha dejado el campo libre a Pedro Sánchez para que procure conseguir el ansia de su vida: ser el Presidente del Gobierno de España
Pero ahora comienzan las dificultades para éste. La mayoría absoluta para poder formar Gobierno es contar con 176 escaños. Ni por asomo los tiene el PSOE, ya que sólo ha obtenido en las pasadas elecciones 90, frente a los 123 del PP.
En estas circunstancias tendrá que buscar apoyos logrando que, mediante pactos, le cedan los que las demás formaciones tienen para intentar conseguir mayoría suficiente a fin de gobernar.
Si los políticos españoles, en lugar de pretender colmar sus ansias de poder y los intereses de sus respectivos partidos, buscasen el fin para el que han sido elegidos, es decir, procurar el bienestar de todos los ciudadanos, aparcarían sus diferencias y mezquinos deseos y, actuando como verdaderos hombres de Estado que desean pilotar y llevar a buen puerto esta nave que se llama España, el POSE y el PP unirían sus fuerzas, dejarían a un lado sus diferencias y gobernarían con soltura para que nuestro País pudiese continuar y evitar los males que nos aquejan así como alejar la preocupación que ya se está notando en bastantes campos y buscarían el mejor camino de acabar con la las lacras de los millones de parados que tenemos y con la putrefacta corrupción que hace que muchos de nuestros políticos hiedan.
Pero, como dice el castizo: No, no caerá esa breva. Pedro Sánchez ha rodeado de un círculo de fuego al PP, personificado en Mariano Rajoy y ha repetido una y mil veces con inusitada prepotencia y, diríamos, que hasta chulería, que jamás llegará a un acuerdo con él.
En ocasiones ha llegado a expresar manifestaciones de desprecio y falta de respeto hacia su persona, olvidando que los políticos de diferentes partidos son oponentes, no enemigos.
Si en la primera vuelta de la votación no lograra la mayoría absoluta, tendría que obtener más votos a favor que en contra en una segunda, y así, con mayoría simple sí podría tomar las riendas del País.
Pero para ello necesita pactar con el resto de los partidos, y aquí viene la incógnita ¿con cuál lo hará?
En más de una ocasión ha manifestado que no sería con Podemos, y considero que sería de una bajeza indigna de quien pretende gobernar unirse a Podemos, cuando Pablo Iglesias, en un gesto de prepotencia sin precedentes lo ha humillado declarando que pactaría con él e imponiéndole el gabinete que deseaba que compusiese el Gobierno.
Además es partidario de que se cree un ministerio de plurinacionalidad que abriría el camino para el desmembramiento de España.
Puede ser que lo haga, otra cosa habría más lejos, pero, llegado el caso posiblemente firmase su acta de defunción como político, cuando no la del PSOE. Los cuchillos de ese partido están en alto y muchos barones con fuerte poder no estarían conformes con ello. Felipe González y otros más ya han puesto de manifiesto su disconformidad.
¿Qué le quedaría? Unirse a Ciudadanos cuyo ideario está más cerca de la Derecha que la izquierda del PSOE, pero aún así, tampoco tendría el suficiente apoyo, por lo que tendría que recurrir a partidos independentistas que, bien con su asentimiento expreso o abstención, quizá obtuviese los escaños necesarios para gobernar con una mayoría muy precaria.
Creo haber oído en algún medio de comunicación que ha manifestado que, si Mariano Rajoy tuviese grandeza de ánimo facilitaría con su abstención, que él pudiese gobernar. Si es cierto que lo ha dicho, No me cabe en la cabeza tanta desfachatez y miseria de espíritu. Pedirle a alguien a quien se ha tildado con frases y manifestaciones vejatoria e insultantes, que le ayude para que el suba al machito del poder, no tiene palabras con que calificarlo, ya que mayor cinismo no cabe.
Esta es la situación. Ya se han empezado a oír manifestaciones de componentes de la UE expresando su preocupación porque en España se instale un gobierno populista, pues Pedro Sánchez tendría que estar a los dictados de Pablo Iglesias.
Siendo mal pensado, a lo peor lo que desea el Secretario del PSOE, es presidir el Gobierno, aunque sea por poco tiempo, para después poder gozar de todas las sinecuras y prebendas de las disfrutan los expresidentes.
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