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La acelerada integración de la inteligencia artificial (IA) en los procesos sociales, jurídicos y académicos está transformando de forma radical nuestra relación con el conocimiento, con implicaciones profundas en la concepción misma de la mente y su entorno. Lejos de ser una simple herramienta técnica, la IA se ha convertido en una tecnología cognitiva, es decir, en un dispositivo que colabora activamente en la producción, almacenamiento y validación del saber.
Chat GPT, asistentes virtuales o recomendadores inteligentes. La IA ha irrumpido con fuerza en nuestros hábitos de consumo, y de los compradores online que la utilizan, el 33% ya la utiliza frente a buscadores tradicionales para decidirse por un producto u otro. Así lo revela el estudio ‘‘Radiografía del consumidor online en España 2025”.
El investigador del Instituto Universitario Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial y catedrático de la UPV, José Such, ha liderado un grupo de investigación internacional con 16 expertos del mundo académico, la industria y la administración de diferentes países y universidades, EEUU, Reino Unido y Alemania, entre otros, que ha identificado los cuatro grandes retos para que la inteligencia artificial respete la privacidad de los usuarios.
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