Palabras del Investigador y profesor de Cábala, teólogo, autor y filósofo argentino, de origen judío sefardí, Mario Saban, que yo hago mías:” Hay gente que piensa que tiene que ser perfecta. Es decir, que tiene que lograr de alguna forma la perfección, pero, ¿Qué es ser perfecto? ¿Qué es una mesa perfecta? ¿Qué es un esposo perfecto? No hay nada perfecto en esta realidad imperfecta. Por lo tanto, la mente racional nos auto-engaña con la idea de la perfección.
La gente, cuando sale algo mal, sufre. Y cuando algo sale mal, se tienen que sentir bien porque ha aprendido. Pero, ahí está el problema: en dividir lo que sale bien y lo que sale mal, quien alcanza el éxito y quien el fracaso. Si una persona se siente fracasada, es que la mente le está jugando una mala pasada, está en el mundo de la dualidad y tenemos que llegar al mundo de la unidad. Pero el mundo de la unidad es conciencia de la unidad. Es conciencia que tenemos que lograr la unidad de pensamiento: que ni el fracaso ni el éxito existen, que todo es aprendizaje continuo. Por lo tanto, la imperfección es nuestra mejor arma. Es lo que nos hace levantarnos todos los días con el deseo de crecer. Pero el potencial no sale si no hay obstáculos. No sale si no hay imperfección. Lo más santo que tenemos es la imperfección.
Cuando uno ve a todos los personajes Bíblicos, está viendo referencias humanas que cometen errores. Son referencias de aquellos que lucharon para ser mejores. Hay un abismo entre esfuerzo y exigencia: el esfuerzo tiene placer y la exigencia no. Y la gente vive sin placer porque se exige mucho y esto es un sinvivir. Y el mayor regalo que se le puede ofrecer a Dios es ser feliz”.
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