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El General Felón | |||
| Cuando una persona traiciona sus principios pierde todo su crédito | |||
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Eso es lo que ha ocurrido con el General José Julio Rodríguez. Digo que ha traicionado sus principios, ya que considero que una persona que siente la vocación militar y la sigue, ha de ser un hombre que siente un gran amor por su Patria. Me lo imagino de cadete en la Academia Militar del Aire ilusionado con servir a España, y lleno de ensueños por alcanzar los más altos puestos dentro de su carrera. Este hombre gris casi sin atractivo, llegó en 2008 al máximo cargo al que un militar puede alcanzar en su carrera profesional: Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) puesto que le otorgó José Luís Rodríguez Zapatero. Como es preceptivo para todo militar del grado que sea, debió de jurar Bandera, comprometiéndose con ello a salvaguardar a España, luchar contra sus enemigos y, caso de que fuese necesario, dar la vida por ello. De la misma manera tuvo que presenciar y presidir muchos Juramentos recibiendo de los que lo hacían el mismo compromiso e igual dedicación a nuestra Patria, hasta el caso de perder la vida por ella. Parece ser que su carrera militar ha sido intachable. No era un hombre de acción, más bien un técnico experto en nuevas tecnologías, armamento y logística. Jamás participó en ninguna misión internacional, pero eso sí destacaba en los puestos administrativos, al calor de los cuales desarrolló su carrera. Por las palabras que en cierta ocasión pronunció y que vamos a reproducir, da la impresión de que era un hombre de principios, íntegro y consecuente con sus pensamientos y acciones, esto se deduce lo que dijo el día que tomo posesión como Jefe de los Ejércitos españoles: “Creo en lo que digo y trato de hacer lo que digo". Así resumía su carácter el día en que tomó posesión como JEMAD, un acto en el que prometió actuar con "coherencia y sentido" y aportar "autenticidad", y expresó su "compromiso, lealtad y entrega" hacia sus superiores y subordinados. Cuantas veces se habrá cuadrado delante del Rey, diciéndole: “A sus órdenes Majestad”, y ahora se adhiere a un partido político que desea la desaparición de la Monarquía, por ello el calificativo más suave que s nos ocurre para designarlo es el de desleal. Ante los hechos que ahora contemplamos, todas estas altisonantes palabras parece ser que se han quedado en agua de borrajas, pues era entonces un felón y mentía como un bellaco, o lo es ahora, cosa que dudamos con la decisión que ha tomado. Pablo Iglesias lo ha escogido para hacer de él su Ministro de Defensa, si es que su anárquico partido llega a Gobernar. Una de las intenciones de éste es dejar morir de inanición a la OTAN, y considera, como su nuevo jefe político, que la OTAN forma parte del pasado. Entendemos que, posiblemente, al ser un General de España que está integrada en ella, debió de hacer un juramento o aceptar como caballero de palabra su participación en la misma. ¿Qué hará ahora ante el propósito del adalid del partido político al que acaba de incorporarse? ¿Procurará que España no forme parte de la misma y nos sacará del concierto de las naciones que integran ésta? Respecto al problema de Cataluña, la continuamente insatisfecha, entiende que hay que presentarle un programa que enamore. Los políticos de esta región sólo están enamorados de sí mismos y su única pretensión es desligarse de España, ¿que espera este nefelibata que va a enamorarlos? De lo único de lo que están encariñados es de sus latrocinios, veleidades sin cuento, gastos innecesarios y fastuosos, mientras sus farmacéuticos no cobras, su Sanidad está por los suelos, y El gobierno tiene una y otra vez acudir a su rescate. También manifiesta que tal dificultad hay que resolverla políticamente y no con la Ley. Bien muy bien, otra vez nuevos emplastos y cataplasmas, que jamás, desde que vivimos esta democracia, han satisfecho ni contentado absolutamente a estos trapisondas, embaucadores y corredores hacia la nada con su propuesta nacionalista. Los dioses no permitan que individuos como éste vuelvan a ocupar un puesto de relevancia que implique la defensa de la integridad de nuestra España, ni nos comprometan internacionalmente, pues entonces volveremos a ser como en la época de Rodríguez Zapatero, unos buenos para nada ente el concierto de las Naciones, cuando no el hazmerreír de las mismas. Nuestro Ministerio de defensa estaría en manos de un alevoso infame, ya que esto es lo que ha demostrado con su incorporación a las filas de podemos que desea la destrucción de nuestro sistema político para sustituirlo por lo más parecido al chavismo venezolano. ¡Pobre España si caes en las manos de estos fatuos carentes de principios! |
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