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El Gobierno contempla la amenaza de un ataque informático inmediato

Posible ataque informático inminente

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La casualidad, dice el diccionario de la RAE, es la “combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar”. En consecuencia, las casualidades solo ocurren cuando aparecen circunstancias que son imprevisibles; y se hacen más difíciles cuando se esmera la previsión.

Por eso, merecía la pena contemplar las circunstancias que rodeaban la convocatoria de la tribuna política Nueva Economía Fórum en la mañana del día 27 de octubre, el mismo día en que el BOE publicaba el Real Decreto de “Disolución del Congreso de los Diputados y del Senado y de convocatoria de elecciones Generales”.

El atril se había ofrecido al Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, de la saga Calvo Sotelo, que obtuvo escaño en el Congreso de los Diputados por la provincia de Zamora y que, como orador, no llamaba la atención. Sin embargo, primer dato de importancia, para su presentación se había elegido a un miembro del Gobierno: el ministro de Educación, Cultura y Deporte Íñigo Méndez de Vigo.

Algo había, o debía haber, tras el hecho. La presentación fue una especie de crema pastelera adecuada para actos de salón. El ministro presentó a un hombre amigo por ser hermano de un amigo “con humor británico, alférez de artillería antiaérea, patrón de barco y…un hombre en quien se puede fiar”:

Calvo Sotelo, suave, demasiado suave, agradeció la audiencia, sugirió la sustitución del desayuno por “churros y porras como las del desayuno del ministerio de la presidencia de los miércoles” y entró en el tema. Primero, una referencia al “silencio electoral en un periodo que empieza hoy” y después para desmenuzar ideas y tareas en relación con las nuevas tecnologías de las que se ocupa su ministerio. Éstas las agrupó en tres apartados: Es importante. La cosa va bien. Y quedan cosas por hacer.

En el desarrollo, monótono y no muy técnico, se ocupó de: La banda ancha. El “nuevo reparto de cartas en el mercado digital entre las nuevas empresas de internet”. Las medidas del Gobierno en relación con las Smart city. El Plan de impulso de la tecnología del Lenguaje. Lo apuntado desde Europa por Jean-Claude Junker. Lo hecho por el Gobierno de España (Agenda digital, Ley General de Telecomunicaciones, Cobertura con fibra óptica de más del 45% de los hogares españoles. La FTTH (Fibra hasta la casa). Defensa de la adjudicación de seis canales de TDT decidida por el Gobierno. Libro Blanco para oferta formativa en Universidades. Plan de Conexión de centros públicos. Aumento de Comercio. Y, con énfasis especial en cuanto a tiempo y gestos: La Estrategia Nacional en Ciberseguridad.

Después, en el grupo de “las cosas que quedan por hacer”: El Mercado único digital y de unidad de datos. El tratamiento fiscal. Competencia. Algunas declaraciones del ministro Soria... Y, otra vez, la posibilidad de ataques informáticos masivos y la caída de datos.

Al desarrollar el tema, su gesto, hasta entonces fresco y aparentemente sereno, se volvió serio. Y tenso. Como el docente que enseña, recomendó verificar la seguridad propia, revisar en los próximos dos días la seguridad de los sistemas informáticos, y esmerar el cuidado de empresas y particulares frente a la actuación de los hackers que aprovechan con fines diversos las debilidades de computadoras y redes informáticas.

No entró en los ataques informáticos de los conocidos como sombreros de distinta condición y método: Blancos, expertos en seguridad informática que penetran sólo para conocer. Negros, o delincuentes en la red. Grises como mezcla de ambos. Azules o encargados de probar sistemas. Hacktivistas varios para desfiguración de cibersitios y ataques de denegación de servicio. O de las “bots” (herramientas de software) que usan las pandillas organizadas de criminales informáticos con fines diversos.

No hacía falta. Pero alguien hizo una advertencia:

Ojo, que parece que está haciendo un aviso. No lo parece, está haciendo un aviso. Está avisando de la posibilidad de un ataque informático masivo.

Terminado el discurso, la prensa se interesó por algunos temas: Las concesiones de canales de TDT, Agenda Digital, Impulso de tecnologías, desarrollo de planes varios…

Pero quedaba algo que aclarar: El temor a un ataque informático inmediato, posible origen del acto y de la comparecencia del Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información en la tribuna.

Esa posibilidad, que, por justificada, anulaba la casualidad de un discurso leído, no impensado y con un contenido al que había vuelto con insistencia, había que exigir que se contestara de forma explícita. Y se exigió. Desde el medio económico “El Mundo Financiero”.

La respuesta no se escondió tras una excusa. Calvo Sotelo, pareció que aliviado, no incidió con vehemencia en peligros inmediatos, pero tampoco los escondió. Por el contrario, con mesura y el gesto grave, hizo unas afirmaciones categóricas:

“Hay amenaza…Tenemos ese riesgo… ¿Lo temo?: Vemos problemas todos los meses… Sí, hemos puesto medidas para hacer más difícil el ataque. Pero es un problema importante que todos hemos de tener en cuenta.”

No lo reiteró. No hacía falta. La advertencia, hecha el día en que el BOE publica el RD de “Disolución del Congreso de los Diputados y del Senado y de convocatoria de elecciones Generales”, quedó ahí, como un problema importante que todos hemos de tener en cuenta, también el Gobierno de España que la anuncia a través del Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información.

Posible ataque informático inminente

El Gobierno contempla la amenaza de un ataque informático inmediato
José Luis Heras Celemín
miércoles, 28 de octubre de 2015, 06:09 h (CET)
La casualidad, dice el diccionario de la RAE, es la “combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar”. En consecuencia, las casualidades solo ocurren cuando aparecen circunstancias que son imprevisibles; y se hacen más difíciles cuando se esmera la previsión.

Por eso, merecía la pena contemplar las circunstancias que rodeaban la convocatoria de la tribuna política Nueva Economía Fórum en la mañana del día 27 de octubre, el mismo día en que el BOE publicaba el Real Decreto de “Disolución del Congreso de los Diputados y del Senado y de convocatoria de elecciones Generales”.

El atril se había ofrecido al Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, de la saga Calvo Sotelo, que obtuvo escaño en el Congreso de los Diputados por la provincia de Zamora y que, como orador, no llamaba la atención. Sin embargo, primer dato de importancia, para su presentación se había elegido a un miembro del Gobierno: el ministro de Educación, Cultura y Deporte Íñigo Méndez de Vigo.

Algo había, o debía haber, tras el hecho. La presentación fue una especie de crema pastelera adecuada para actos de salón. El ministro presentó a un hombre amigo por ser hermano de un amigo “con humor británico, alférez de artillería antiaérea, patrón de barco y…un hombre en quien se puede fiar”:

Calvo Sotelo, suave, demasiado suave, agradeció la audiencia, sugirió la sustitución del desayuno por “churros y porras como las del desayuno del ministerio de la presidencia de los miércoles” y entró en el tema. Primero, una referencia al “silencio electoral en un periodo que empieza hoy” y después para desmenuzar ideas y tareas en relación con las nuevas tecnologías de las que se ocupa su ministerio. Éstas las agrupó en tres apartados: Es importante. La cosa va bien. Y quedan cosas por hacer.

En el desarrollo, monótono y no muy técnico, se ocupó de: La banda ancha. El “nuevo reparto de cartas en el mercado digital entre las nuevas empresas de internet”. Las medidas del Gobierno en relación con las Smart city. El Plan de impulso de la tecnología del Lenguaje. Lo apuntado desde Europa por Jean-Claude Junker. Lo hecho por el Gobierno de España (Agenda digital, Ley General de Telecomunicaciones, Cobertura con fibra óptica de más del 45% de los hogares españoles. La FTTH (Fibra hasta la casa). Defensa de la adjudicación de seis canales de TDT decidida por el Gobierno. Libro Blanco para oferta formativa en Universidades. Plan de Conexión de centros públicos. Aumento de Comercio. Y, con énfasis especial en cuanto a tiempo y gestos: La Estrategia Nacional en Ciberseguridad.

Después, en el grupo de “las cosas que quedan por hacer”: El Mercado único digital y de unidad de datos. El tratamiento fiscal. Competencia. Algunas declaraciones del ministro Soria... Y, otra vez, la posibilidad de ataques informáticos masivos y la caída de datos.

Al desarrollar el tema, su gesto, hasta entonces fresco y aparentemente sereno, se volvió serio. Y tenso. Como el docente que enseña, recomendó verificar la seguridad propia, revisar en los próximos dos días la seguridad de los sistemas informáticos, y esmerar el cuidado de empresas y particulares frente a la actuación de los hackers que aprovechan con fines diversos las debilidades de computadoras y redes informáticas.

No entró en los ataques informáticos de los conocidos como sombreros de distinta condición y método: Blancos, expertos en seguridad informática que penetran sólo para conocer. Negros, o delincuentes en la red. Grises como mezcla de ambos. Azules o encargados de probar sistemas. Hacktivistas varios para desfiguración de cibersitios y ataques de denegación de servicio. O de las “bots” (herramientas de software) que usan las pandillas organizadas de criminales informáticos con fines diversos.

No hacía falta. Pero alguien hizo una advertencia:

Ojo, que parece que está haciendo un aviso. No lo parece, está haciendo un aviso. Está avisando de la posibilidad de un ataque informático masivo.

Terminado el discurso, la prensa se interesó por algunos temas: Las concesiones de canales de TDT, Agenda Digital, Impulso de tecnologías, desarrollo de planes varios…

Pero quedaba algo que aclarar: El temor a un ataque informático inmediato, posible origen del acto y de la comparecencia del Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información en la tribuna.

Esa posibilidad, que, por justificada, anulaba la casualidad de un discurso leído, no impensado y con un contenido al que había vuelto con insistencia, había que exigir que se contestara de forma explícita. Y se exigió. Desde el medio económico “El Mundo Financiero”.

La respuesta no se escondió tras una excusa. Calvo Sotelo, pareció que aliviado, no incidió con vehemencia en peligros inmediatos, pero tampoco los escondió. Por el contrario, con mesura y el gesto grave, hizo unas afirmaciones categóricas:

“Hay amenaza…Tenemos ese riesgo… ¿Lo temo?: Vemos problemas todos los meses… Sí, hemos puesto medidas para hacer más difícil el ataque. Pero es un problema importante que todos hemos de tener en cuenta.”

No lo reiteró. No hacía falta. La advertencia, hecha el día en que el BOE publica el RD de “Disolución del Congreso de los Diputados y del Senado y de convocatoria de elecciones Generales”, quedó ahí, como un problema importante que todos hemos de tener en cuenta, también el Gobierno de España que la anuncia a través del Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información.

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