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En este recién estrenado mes de noviembre están programadas dos juras de bandera de personal civil en territorio español. Concretamente en Sevilla y en Estepona, municipio de Málaga. El objetivo de la jura de bandera por parte de civiles es manifestar «su compromiso con la defensa de España», tal y como recoge el artículo primero de la Orden DEF/1445/2004. En definitiva, se trata de una escenificación voluntaria de un derecho y un deber constitucional establecido en el artículo 30.1: «Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España».
Los requisitos establecidos para que un español, no vinculado a las Fuerzas Armadas, pueda jurar la bandera, es tener la nacionalidad, haber cumplido los 18 años y no haber sido declarado incapaz por sentencia judicial firme.
Además, este juramento puede renovarse, aunque con determinado requisito. La renovación deberá realizarse tras el transcurso de veinticinco años desde la fecha de la promesa inicial. Este juramento civil puede desarrollarse dentro de la ceremonia de jura de personal militar o fuera de ella. Sin embargo, en ambos casos, «el acto de juramento o promesa ante la Bandera de España será público, revestido de la mayor solemnidad», señala el artículo 7 de la Ley 39/2007.
En el caso de que el español resida en el extranjero, este puede también jurar la bandera que se realizará en la «Agregaduría, Embajada, Oficina Consular o en el lugar en que eventualmente se hallen destacadas fuerzas españolas», aclara la disposición adicional única de la Orden DEF/8/2017.
Los datos de los civiles españoles que han jurado la bandera están archivados en un registro bajo la responsabilidad de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa. Así mismo, al civil que ha realizado la jura de bandera se le entrega un certificado individualizado por parte del Jefe de la Unidad que le ha tomado el juramento.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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