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Entrevista a Miguel Fernández, 'el Yiyo', bailaor de flamenco

“Bailar es mi pasión, es mi vida, el trabajo para mí es una manera de ser”

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Miguel Fernández, “el Yiyo”, nació en el barrio de San Roque de Badalona, y, seguro, que en la barriga de su madre ya bailaba por seguidillas. Tiene 24 años y desde siempre baila y canta. Vive en el regazo de una familia gitana en donde las celebraciones siempre se hacen a lo grande, cantando y bailando. Desde muy niño desarrolló el arte que lleva dentro viendo actuaciones y espectáculos a través de las redes sociales. Su padre, fue su gran maestro le enseñó a todos aquellos bailaores y cantantes que tenía que conocer.


Con lo que el chico veía y tenía dentro, nació “el Yiyo”, este hombre, que desde los siete años, va por el mundo bailando. Lo ha hecho en Japón, China y en Europa. También ha actuado en los tablados flamencos de Barcelona. Y, con estos largos años de aprendizaje, se ha hecho un nombre en este mundo tan complejo y difícil y ya ha representado, con éxito, los espectáculos que ha creado.


“El Yiyo”, es un hombre importante en el mundo del flamenco, tiene personalidad, nadie puede decir que se parece a alguien, su entrega, su vida, sus formas, son sólo suyas. Cierto, ha tenido un montón de maestros, a todos aquellos que hemos visto por Youtube y tantos otros canales, pero “el Yiyo”, es único, no hay dos.


Aparte del mundo del flamenco, del cante, del baile, el mundo de la moda también  ha llamado a su puerta, su imagen, vale “likes”, eso se transforma en éxito y dinero. El dinero, “el Yiyo”, lo invierte en sus espectáculos, con él, ya actúan sus dos hermanos menores, llamados “el Tete” y “el Chino”.

Ahora, está preparando su próximo estreno, un espectáculo nuevo llamado “Júbilo” que se presentará en el Teatre Tívoli de Barcelona. De él y con él hemos hablado un rato.


Tiene las ideas bien claras, es amable, conoce el mundo en el que se desenvuelve. Esperemos que su arte ocupe muchos años en la escena, esa escena, que el flamenco, parece tener relegada a los tablaos y bien alejada de los teatros y tampoco es eso. Síganle.


EL YIYO ES EL BAILARIN I CANTANTE FLAMENCO DEL MOMENTO

Usted se llama Miguel Fernández, ¿cómo nació el nombre de “el Yiyo”?

Me viene desde chiquitito, siempre estaba bailando, arriba y abajo,   y mis abuelos me llamaban la atención llamándome Miguelillo, al final acabaron poniéndome este diminutivo de el Yiyo.


Usted es gitano y su etnia suele celebrar todo bailando y cantando.

Sí, soy gitano,  también en nuestra etnia hay gente que no celebra  las cosas de esta manera,  pero es cierto  que en nuestra  cultura sobre todo bailar, cantar y tocar un instrumento es muy natural.


¿Para ustedes tocar un instrumento es una cosa natural?

Hacerlo a la perfección no, puedes tener una cierta habilidad para hacerlo, y luego ya la vas desarrollando poco a poco. No todo el mundo nace con una habilidad fácil para tocar la guitarra, la flauta o la percusión.


¿Está impreso en su ADN el cantar, bailar o tocar palmas?

Nuestras celebraciones,  bodas, bautizos, cumpleaños, o cualquier noticia buena, tenemos la costumbre de celebrarlas bailando y cantando.  En mi familia, y en la de casi  todos los gitanos,  pasa un poco lo mismo. Nosotros somos tres hermanos y con  mis dos hermanos menores es natural levantarnos por la mañana, desayunar y acudir al estudio, que tenemos enfrente de casa, mañana y tarde estamos allí, de una manera natural, porque mientras estamos  trabajando lo pasamos muy bien, estamos jugando entre nosotros.


¿Ante algún problema también le hace frente cantando o bailando?

No de la misma manera,  ante una  tragedia o algo feo, obviamente, no vas a cantar y bailar porque eso no es una celebración.  Cuando uno canta una” “soleá”  o una seguidilla,  que son palos muy tristes, refleja un estado de ánimo, porque eso es el flamenco. Yo describo  la “soleá”,  yo la describo como un palo con pena, muy sentimental. Sus letras reflejan mucha pena.


¿En sus actuaciones, qué sacan de dentro  para interesar al público?

En las actuaciones sacamos algo que sale de la verdad pura,  porque aparte de la técnica y de la profesionalidad, lo que hay es verdad,  por mucho talento que tengas, por mucha técnica que hayas aprendido, si no tienes y entregas tu verdad, que sale de dentro, no llegas al público. Cuando subes al escenario con una formación y una serie de experiencias  también puedes ser frío, aunque yo prefiero que encuentren mi verdad y quiero que la gente se vaya diciendo que es  bueno lo que ha sentido, eso es lo que de verdad cuenta.


¿Sus actuaciones son diferentes cada día?

Si, cada día es distinto, en mis espectáculos hay un esquema, sus tiempos, su historia, su montaje, sus cosas, dejo también que haya un poco de improvisación, la mayoría de veces suceden cosas bonitas porque uno está pensando en sus cosas bonitas, estás haciendo aquello que más te gusta, entonces, al estar de una manera tan buena, surgen buenos momentos en esas improvisaciones.


¿Cuál es su escuela?

Fui un poco autodidacta, soy de la nueva generación, del  Youtube y de las redes sociales. Desde bien pequeño he estado con muchos maestros, he compartido escenario con el Güito, pero si me pregunta por mis referentes le diré que no hay nadie en concreto. 


Pero quien siempre ha estado ahí es mi padre, siempre me ha aconsejado en que maestro tenía que fijarme, montó, en San Roque, el barrio en que vivimos, un estudio para mí, siendo yo muy chiquitín me ponía videos para que adivinara quien bailaba, todo aquel esfuerzo fue un buen aprendizaje. Luego, ya un poco más mayor, yo mismo me monté un estudio más grande donde tengo una escuela de baile en la que doy clases, donde acuden mis músicos y desde donde se montan todos mis espectáculos.


EL YIYO TIENE 24 AÑOS

¿Ha actuado en el tablao El Cordobés?

Si, hace unos cuantos años, en mis principios,  estuve trabajando allí, igual que lo hice en la “Sala Tarantos”, los tablaos de flamenco de Barcelona. Después empecé con mis espectáculos y eso cambió un poco, no es que haga de menos a los tablaos,  al contrario, ahora mismo les doy mi apoyo con el tema que estamos viviendo a causa de la pandemia.


¿Es difícil que el gran público llegue al flamenco de manera cotidiana?

Joaquín Cortés, ha llevado el flamenco a cada rincón del mundo, de  Paco de Lucía, ya no vamos ni  a hablar, ha dado la  vuelta al mundo más veces que nadie.   Es verdad que hay menos artistas internacionales y es cierto que hay que luchar  para llegar y para estar siempre. Nuestra  música,  al igual que las otras, tiene mucha calidad y lo que sí es cierto es que es de verdad, al que la entiende,   le vuelve loco, y al que no, le llega igualmente. Por tanto creo que algo tendrá.


¿Hay que entender el flamenco?

Si lo entiendes, mejor, más te va a llegar, tampoco hay que ponerse a estudiarlo para entenderlo a la perfección,  lo más importante  es saber lo que está contando la letra, pero llegar, llega a todo el mundo, porque todo lo que se dice viene de dentro, de la verdad de uno. Al fin y al cabo, la música es música, o te llega o no te llega,  si entiendes la música, el ritmo, la letra y entiendes los sones, te llegará más, porque te sorprenderá más, hay mucha gente que a la que  le llega y no entiende y no sabe ni ritmo, pero tiene algo que aquello que está viendo le hace vibrar. La música tiene mucha verdad,  tiene un sentimiento muy fuerte.


Tiene previsto estrenar en septiembre en el teatro Tívoli de Barcelona “Júbilo”, su nuevo espectáculo.

Es cierto, estrenaremos en Barcelona, queremos hacerlo de manera importante, después lo llevaremos a otras ciudades, y tenemos propuestas para, de nuevo, actuar fuera de España. Cuando montamos un espectáculo queremos que tenga un recorrido de año y medio a dos años, por eso solemos montar un espectáculo cada dos años.


¿Cómo y qué es “Júbilo”?

“Júbilo”, no tiene un hilo argumental que explique una historia,  es la emoción y el sentimiento de lo que estamos  viviendo,   es un poco animación y  fiesta después de estos meses  en los que hemos sufrido  esta pandemia que aún está aquí.  Todos tenemos ganas de salir, explotar, de sentirse, ¡guauuuuu¡, siempre siguiendo las normas de sanidad impuestas,  tenemos ansias de libertad, echamos de menos cantar, y muchas cosas. 


No me quise enredar con el nombre del espectáculo, quise hacer algo sencillo porque,  al fin y al cabo, la gente viene al teatro a verte bailar y escuchar música, voy a salir a bailar, a pasarlo muy bien y que después de hora y media de espectáculo, cuando la gente marche diga que se ha olvidado de todo y se lo ha pasado muy bien. Vamos a reflejar esas ganas que tenemos todos de salir y pasarlo muy bien, es un espectáculo en el que cuento con un cuerpo de baile en donde están mis dos hermanos, Ricardo Fernández, “el Tete” y  Sebastián Fernández,  “el Chino”.


¿Por qué, generalmente, en los espectáculos de flamenco el público no suele bailar?

 “Júbilo”, se ha creado como espectáculo teatral para que el público vaya a verlo, pero vamos a invitar al público a que participe en un tema, compuesto por mí y que aparece al final del espectáculo. Se trata de unos tangos en los que nosotros bajaremos del escenario para interactuar con el público.


Llevamos muchos meses sin poder tocarnos unos a otros, viviendo una situación bastante extraña, y así vamos a intentar llegar más al público, nos verán de cerca y vamos a hacer participar a todo aquel que esté en el teatro, siempre atendiendo todas las medidas de sanidad, queremos encontrar un rato para olvidarnos del virus, aunque siga ahí. Vamos a hacer algo bonito, sin arriesgar, usted ya sabe que la música, el baile i el teatro son seguros.


¿En “Júbilo” vestirá de Armani como ya hizo anteriormente?

En esta ocasión no. Tuvimos varias propuestas pero no llegamos a un acuerdo y vamos a vestirnos con vestuario que tenemos en la compañía y cosas que han diseñado para nosotros,  pero no han sido marcas  como Jean Paul Gaultier, Armani  o Dolce Gabbana que nos encantan, he trabajado mucho con ellos pero esta vez no ha podido ser.


¿Cómo es su relación con el mundo de la moda?

Va surgiendo poco a poco, no es que a mí el mundo de la moda me interesara para entrar en él, aunque no me disgusta,  es un mundo en el que he aprendido muchas cosas, surgió de una manera muy natural, también he representado a marcas de coches, he hecho publicidad de grandes almacenes, he estado en desfiles, he hecho muchas cosas en el mundo de la moda, también  reportajes en revistas de moda. Es un mundo en el que uno también se enriquece  mucho y, especialmente, se aprende.


Usted, es muy joven, con una gran personalidad, ¿cuántos años tiene ahora, 27?

¡Uy!!!,  tengo 24 años. Yo ya llevo muchos años ahí y la gente cree que soy mayor, pero no…


¿Por qué en alguna ocasión le han llamado el “nuevo” Joaquín Cortés cuando usted, a pesar de su juventud, tiene ya una larga trayectoria artística?

Eso fue un titular que llegó en un momento ya hace mucho tiempo, y no sé por qué, ya sabe usted cómo es la prensa, cada vez que cogen una referencia, la cogen de ahí. Yo siempre digo que soy el Yiyo, además soy muy amigo de Joaquín Cortés, nos llevamos estupendamente y para mí es un halago que me comparen con él porque es un fenómeno, lo admiro mucho, pero, y que nadie piense  mal, yo trabajo y me esfuerzo mucho  y también quiero que lo reconozcan.


¿Qué le pasó una vez que tuvo que bailar descalzo?

Fue en  el Teatro Real de Madrid, estaba bailando por soleares  y   se rompió un  tacón que  salió volando por encima del escenario, no tuve más remedio que quitarme las botas y bailar descalzo e improvisar,   los músicos me arroparon y fuimos  “p’adelante”  mientras el público, esa es la verdad, me acogió de manera increíble.


¿Para un flamenco es más fácil bailar descalzo?

Según, yo he hecho coreografías en las que he bailado descalzo, entonces tienes otra manera de expresarte y otra manera de bailar, yo no solo hago zapateado. En “Júbilo”,  introducimos nuevas maneras y por eso he querido contar con mis dos hermanos porque es un poco un estilo que viene de dentro de nosotros mismos, pasamos de bailar de encima de repercusiones flamencas, sin zapatear, bailamos con seis notas flamencas y hacemos un poco de malabares, no sé muy bien si llamarlo de esta manera, no es llegar al escenario y bailar por soleares, entramos con distintas facetas.


EL YIYO

¿Su padre trabaja con ustedes?

Mi padre está siempre detrás de todo, lo que pasa es que no baila, él era futbolista, lo dejó hace muchos años, llegó a jugar en el Español, en segunda división. Siempre está detrás de nosotros, está en los montajes, en los ensayos, le gusta mucho, estamos siempre muy unidos, mi madre  igual, sabe cantar, sabe bailar y también está con todo el grupo.


En el mundo del flamenco  hay pocas mujeres que triunfan y las que están, siempre en el cuadro de palmeros. Está ahí Sara Baras, Manuela Carrasco, la Amaya, triunfar no es fácil, el éxito depende de muchas cosas.


No será cosa de que los hombres no dejan espacio a las mujeres.

Para nada, para nada, al menos en mi caso, desde que empecé siempre he estado rodeado de muchas bailaoras, cantaoras,  en los tablaos flamenco, sobre todo, se ve  a más mujeres que hombres.


Farruquito  ha hecho unas declaraciones en las que ha dicho que Rosalía no pertenece  al mundo del flamenco porque lo que hace ella es “aflamencar”  las canciones, usted  que conoce  a Rosalía, los dos son catalanes, ¿es  cierto lo que dice Farruquito?

A Rosalía  la conozco antes de que fuera conocida, cuando ella estaba aprendiendo inglés, nos tratamos desde hace muchísimos años, últimamente hemos tenido menos cercanía pero nos hemos visto en el Taller de Músics, le he escuchado cantar,  no sé de cuántos años hablamos pero son muchos, cuando yo estaba en el tablao “El Cordobés” venía a vernos allí, y luego, poquito a poco,  se fue introduciendo y pegó ese bombazo que ha pegado, me alegro muchísimo por ella porque,  la verdad,  es que es muy “curranta”  y se lo merece por el trabajo que hace.


Pero, ¿canta flamenco?

Tiene mucha influencia flamenca pero lo que es cantar por solea, por seguidilla o por alegrías no lo hace, diría que ella  hace trap, ese tipo de música  que está de moda a día de hoy, aunque en esa música  electrónica metas una base  de unas palmas o lo que sea,   no puedes decir que eso ya es flamenco.  A mí me gusta el estilo  de Rosalía, porque,  sobre todo,  lo que hace es original, lo que tiene que ser un artista, original, y Rosalía, lo es y siempre se lo digo a ella, eso es algo muy difícil de conseguir, no es lo mismo que Remedios Amaya que canta flamenco, puro, puro, entonces no es lo mismo  que lo que hace Rosalía, a mí lo que me gusta es que sea una artista original.


¿En qué sitio han entendido más su trabajo?

En ese sentido me siento privilegiado porque en todas partes la gente me aplaude, ya sabe usted que un día estás en Barcelona, el otro en Madrid, luego sales de gira por el mundo, voy a un tablao flamenco y la gente que está ahí me encanta porque es muy cercana, no es lo mismo que cuando uno actúa en un teatro muy grande, la gente está lejos.


Una de las cosas que  me marcó fue cuando  tenía 11 años, estábamos de gira por Taiwán donde hicimos varios conciertos, venía también mi padre acompañándome, y  un día en uno de esos conciertos estaba todo el teatro en silencio, y haciendo un solo  escuché “ole”,  era un “ole” español, al salir del teatro a hacerme unas fotos vi a unos cuantos estudiantes españoles que estaban allí y cuando se me acercaron  les dije: “al escuchar ese “ole”, tan lejos de casa, dije que cosa más bonita”, fue como si estuviera en casa. 


Aunque el público es distinto en todas partes, a mí  siempre me ha acogido con un cariño especial, a medida que van pasando los años el público  te va reconociendo un poquito más, y ahora, al empezar el espectáculo,  ya aplaude, ya te acogen de una manera muy bonita.


¿Qué pasa el día en que se encuentra mal y tiene que salir al escenario?

Hay días que salen imprevistos, pasa alguna cosa, pero hay que bailar para todo el mundo y hay que dar la talla, uno siempre intenta estar al cien por cien y darlo todo porque, al fin y al cabo, el público es el que  paga la entrada y hay que trabajar muy bien. Hay que disfrutar.


¿Les ha afectado el tema del “procés” y la política?

Es verdad que según qué decisión tomen los políticos es como va  a ir el mundo, por mucho que se quiera uno desentender  siempre te va afectar o beneficiar la decisión de los políticos, no hemos estado al margen, hemos dedicado nuestro tiempo en hacer nuestro trabajo, pero siempre,  según la dirección que tomen los políticos,  nos va a afectar para bien o para mal, hay que estar un poco con la vista puesta  ahí para ver cómo funciona la cosa.  A día de hoy, la verdad, no estoy a disgusto con la política conforme están las cosas, quitando el tema de la pandemia que nada tiene que ver con la política.


¿Su compañía recibe subvenciones públicas?

Estamos mirando el tema  para la siguiente producción que vamos a crear,  para poder hacer una producción más grande y estamos hablando para que nos ayuden, dentro de unas semanas nos darán la respuesta, nos gustaría que nos echaran una mano, cuesta arrancar un espectáculo a pesar de que nosotros somos muy valientes y luchamos mucho y siempre tiramos para adelante.


Con la pandemia hemos visto clarísimamente  que la música, la cultura, el arte en general, es un bien porque, al final, la música,  ayuda mucho al alma de las personas, hay que alimentar el alma y no es un lujo hacerlo así, ante situaciones como las que estamos viviendo, las personas necesitamos aire, necesitamos poder escuchar música, bailar, tener ánimo y eso es lo que hacemos nosotros y tantos otros más ante situaciones complicadas, una ayuda, es esencial para  tirar adelante. Ha habido mucha gente a la que la música le ha hecho conectar con muchas cosas, le ha servido para alejarse un poco de esa pandemia en la que todos estamos encerrados.


EL YIYO ESTRENA AL TIVOLI

A usted, con 24 años, ¿qué le divierte más, aparte de trabajar?

Disfruto estando cerca de mi familia y poder convivir con ellos y no tener que irme lejos. Obviamente, me voy si me sale alguna cosa.


A mi me pilló la pandemia en mitad de una gira de cuatro meses, había hecho tres meses y medio y me pilló en Madrid y cerraron. Bailar es mi pasión, es mi vida, el trabajo para mí es una manera de ser, aparte de eso, me gusta la familia, el bienestar de estar con ellos, soy bastante simple,  disfrutar de las cosas básicas, estar con mis amigos, con conocidos, para disfrutar no necesito muchas historias, la sencillez  hay que tenerla como base, y, luego, que venga, lo que tenga que venir.


¿Le son útiles las redes sociales para estar conectado con el mundo?

Utilizo varias redes sociales, tengo presencia en Instagram y una página en Facebook, las utilizo para anunciar las fechas de conciertos, la página de Facebook se llama ‘el Yiyo’ y en Instagram,  la o es un cero. Me sirven para conectar con el público, como a cualquier otra persona que haga eventos, y para publicar mi agenda. La gestión està a cargo de mi oficina, aunque yo entro de vez en cuando y contacto con la gente que lo pide a través de un correo. Estoy conectado a la red, pongo algún video que quiero compartir. Soy de esta generación, y me gusta estar en contacto a través de las redes sociales para estar activo.


¿Para bailar se ha inspirado alguna vez en Michael Jackson?

Creo que Michael sirve de inspiración para cualquier músico, para cualquier bailarín, para cualquier persona. Verle  bailar me produce mucho sentimiento, me encanta  porque no sólo soy amante del flamenco, soy amante de la música en general, Michael, es mi artista preferido, he visto sus videos desde que yo era un niño y admiro desde su vestimenta hasta cualquiera de sus gestos.


Me ha influido muchísimo como a otros flamencos les ha influido Paco de Lucia, Carmen Amaya  o Gades, de quien monté  una farruca con el Güito cuando estaba a punto de retirarse, me hablaba mucho de Gades y así fue como aprendí un poco de él, era una bailarín de otra época, tenía mucha elegancia, aprendí de toda aquella generación.


No me ha hablado de Rafael Amargo.

Le  conozco personalmente desde hace muchos años, y hemos coincidido en algún fin de fiesta, o en alguna actuación de café.  Cada uno tiene su estilo, él  también ha conseguido muchas cosas buenas en el mundo del flamenco, su espectáculo “Enramblao”,  que hizo hace años, era muy bueno, ha trabajado muchísimo y es un gran profesional,  más que bailador es un gran artista,  creo que, al final, cada cual tiene su punto, el que no vale para una cosa vale para la otra,  también los hay que,  a través de los años, van desarrollando distintas facetas.

“Bailar es mi pasión, es mi vida, el trabajo para mí es una manera de ser”

Entrevista a Miguel Fernández, 'el Yiyo', bailaor de flamenco
Teresa Berengueras
jueves, 22 de julio de 2021, 11:04 h (CET)

Miguel Fernández, “el Yiyo”, nació en el barrio de San Roque de Badalona, y, seguro, que en la barriga de su madre ya bailaba por seguidillas. Tiene 24 años y desde siempre baila y canta. Vive en el regazo de una familia gitana en donde las celebraciones siempre se hacen a lo grande, cantando y bailando. Desde muy niño desarrolló el arte que lleva dentro viendo actuaciones y espectáculos a través de las redes sociales. Su padre, fue su gran maestro le enseñó a todos aquellos bailaores y cantantes que tenía que conocer.


Con lo que el chico veía y tenía dentro, nació “el Yiyo”, este hombre, que desde los siete años, va por el mundo bailando. Lo ha hecho en Japón, China y en Europa. También ha actuado en los tablados flamencos de Barcelona. Y, con estos largos años de aprendizaje, se ha hecho un nombre en este mundo tan complejo y difícil y ya ha representado, con éxito, los espectáculos que ha creado.


“El Yiyo”, es un hombre importante en el mundo del flamenco, tiene personalidad, nadie puede decir que se parece a alguien, su entrega, su vida, sus formas, son sólo suyas. Cierto, ha tenido un montón de maestros, a todos aquellos que hemos visto por Youtube y tantos otros canales, pero “el Yiyo”, es único, no hay dos.


Aparte del mundo del flamenco, del cante, del baile, el mundo de la moda también  ha llamado a su puerta, su imagen, vale “likes”, eso se transforma en éxito y dinero. El dinero, “el Yiyo”, lo invierte en sus espectáculos, con él, ya actúan sus dos hermanos menores, llamados “el Tete” y “el Chino”.

Ahora, está preparando su próximo estreno, un espectáculo nuevo llamado “Júbilo” que se presentará en el Teatre Tívoli de Barcelona. De él y con él hemos hablado un rato.


Tiene las ideas bien claras, es amable, conoce el mundo en el que se desenvuelve. Esperemos que su arte ocupe muchos años en la escena, esa escena, que el flamenco, parece tener relegada a los tablaos y bien alejada de los teatros y tampoco es eso. Síganle.


EL YIYO ES EL BAILARIN I CANTANTE FLAMENCO DEL MOMENTO

Usted se llama Miguel Fernández, ¿cómo nació el nombre de “el Yiyo”?

Me viene desde chiquitito, siempre estaba bailando, arriba y abajo,   y mis abuelos me llamaban la atención llamándome Miguelillo, al final acabaron poniéndome este diminutivo de el Yiyo.


Usted es gitano y su etnia suele celebrar todo bailando y cantando.

Sí, soy gitano,  también en nuestra etnia hay gente que no celebra  las cosas de esta manera,  pero es cierto  que en nuestra  cultura sobre todo bailar, cantar y tocar un instrumento es muy natural.


¿Para ustedes tocar un instrumento es una cosa natural?

Hacerlo a la perfección no, puedes tener una cierta habilidad para hacerlo, y luego ya la vas desarrollando poco a poco. No todo el mundo nace con una habilidad fácil para tocar la guitarra, la flauta o la percusión.


¿Está impreso en su ADN el cantar, bailar o tocar palmas?

Nuestras celebraciones,  bodas, bautizos, cumpleaños, o cualquier noticia buena, tenemos la costumbre de celebrarlas bailando y cantando.  En mi familia, y en la de casi  todos los gitanos,  pasa un poco lo mismo. Nosotros somos tres hermanos y con  mis dos hermanos menores es natural levantarnos por la mañana, desayunar y acudir al estudio, que tenemos enfrente de casa, mañana y tarde estamos allí, de una manera natural, porque mientras estamos  trabajando lo pasamos muy bien, estamos jugando entre nosotros.


¿Ante algún problema también le hace frente cantando o bailando?

No de la misma manera,  ante una  tragedia o algo feo, obviamente, no vas a cantar y bailar porque eso no es una celebración.  Cuando uno canta una” “soleá”  o una seguidilla,  que son palos muy tristes, refleja un estado de ánimo, porque eso es el flamenco. Yo describo  la “soleá”,  yo la describo como un palo con pena, muy sentimental. Sus letras reflejan mucha pena.


¿En sus actuaciones, qué sacan de dentro  para interesar al público?

En las actuaciones sacamos algo que sale de la verdad pura,  porque aparte de la técnica y de la profesionalidad, lo que hay es verdad,  por mucho talento que tengas, por mucha técnica que hayas aprendido, si no tienes y entregas tu verdad, que sale de dentro, no llegas al público. Cuando subes al escenario con una formación y una serie de experiencias  también puedes ser frío, aunque yo prefiero que encuentren mi verdad y quiero que la gente se vaya diciendo que es  bueno lo que ha sentido, eso es lo que de verdad cuenta.


¿Sus actuaciones son diferentes cada día?

Si, cada día es distinto, en mis espectáculos hay un esquema, sus tiempos, su historia, su montaje, sus cosas, dejo también que haya un poco de improvisación, la mayoría de veces suceden cosas bonitas porque uno está pensando en sus cosas bonitas, estás haciendo aquello que más te gusta, entonces, al estar de una manera tan buena, surgen buenos momentos en esas improvisaciones.


¿Cuál es su escuela?

Fui un poco autodidacta, soy de la nueva generación, del  Youtube y de las redes sociales. Desde bien pequeño he estado con muchos maestros, he compartido escenario con el Güito, pero si me pregunta por mis referentes le diré que no hay nadie en concreto. 


Pero quien siempre ha estado ahí es mi padre, siempre me ha aconsejado en que maestro tenía que fijarme, montó, en San Roque, el barrio en que vivimos, un estudio para mí, siendo yo muy chiquitín me ponía videos para que adivinara quien bailaba, todo aquel esfuerzo fue un buen aprendizaje. Luego, ya un poco más mayor, yo mismo me monté un estudio más grande donde tengo una escuela de baile en la que doy clases, donde acuden mis músicos y desde donde se montan todos mis espectáculos.


EL YIYO TIENE 24 AÑOS

¿Ha actuado en el tablao El Cordobés?

Si, hace unos cuantos años, en mis principios,  estuve trabajando allí, igual que lo hice en la “Sala Tarantos”, los tablaos de flamenco de Barcelona. Después empecé con mis espectáculos y eso cambió un poco, no es que haga de menos a los tablaos,  al contrario, ahora mismo les doy mi apoyo con el tema que estamos viviendo a causa de la pandemia.


¿Es difícil que el gran público llegue al flamenco de manera cotidiana?

Joaquín Cortés, ha llevado el flamenco a cada rincón del mundo, de  Paco de Lucía, ya no vamos ni  a hablar, ha dado la  vuelta al mundo más veces que nadie.   Es verdad que hay menos artistas internacionales y es cierto que hay que luchar  para llegar y para estar siempre. Nuestra  música,  al igual que las otras, tiene mucha calidad y lo que sí es cierto es que es de verdad, al que la entiende,   le vuelve loco, y al que no, le llega igualmente. Por tanto creo que algo tendrá.


¿Hay que entender el flamenco?

Si lo entiendes, mejor, más te va a llegar, tampoco hay que ponerse a estudiarlo para entenderlo a la perfección,  lo más importante  es saber lo que está contando la letra, pero llegar, llega a todo el mundo, porque todo lo que se dice viene de dentro, de la verdad de uno. Al fin y al cabo, la música es música, o te llega o no te llega,  si entiendes la música, el ritmo, la letra y entiendes los sones, te llegará más, porque te sorprenderá más, hay mucha gente que a la que  le llega y no entiende y no sabe ni ritmo, pero tiene algo que aquello que está viendo le hace vibrar. La música tiene mucha verdad,  tiene un sentimiento muy fuerte.


Tiene previsto estrenar en septiembre en el teatro Tívoli de Barcelona “Júbilo”, su nuevo espectáculo.

Es cierto, estrenaremos en Barcelona, queremos hacerlo de manera importante, después lo llevaremos a otras ciudades, y tenemos propuestas para, de nuevo, actuar fuera de España. Cuando montamos un espectáculo queremos que tenga un recorrido de año y medio a dos años, por eso solemos montar un espectáculo cada dos años.


¿Cómo y qué es “Júbilo”?

“Júbilo”, no tiene un hilo argumental que explique una historia,  es la emoción y el sentimiento de lo que estamos  viviendo,   es un poco animación y  fiesta después de estos meses  en los que hemos sufrido  esta pandemia que aún está aquí.  Todos tenemos ganas de salir, explotar, de sentirse, ¡guauuuuu¡, siempre siguiendo las normas de sanidad impuestas,  tenemos ansias de libertad, echamos de menos cantar, y muchas cosas. 


No me quise enredar con el nombre del espectáculo, quise hacer algo sencillo porque,  al fin y al cabo, la gente viene al teatro a verte bailar y escuchar música, voy a salir a bailar, a pasarlo muy bien y que después de hora y media de espectáculo, cuando la gente marche diga que se ha olvidado de todo y se lo ha pasado muy bien. Vamos a reflejar esas ganas que tenemos todos de salir y pasarlo muy bien, es un espectáculo en el que cuento con un cuerpo de baile en donde están mis dos hermanos, Ricardo Fernández, “el Tete” y  Sebastián Fernández,  “el Chino”.


¿Por qué, generalmente, en los espectáculos de flamenco el público no suele bailar?

 “Júbilo”, se ha creado como espectáculo teatral para que el público vaya a verlo, pero vamos a invitar al público a que participe en un tema, compuesto por mí y que aparece al final del espectáculo. Se trata de unos tangos en los que nosotros bajaremos del escenario para interactuar con el público.


Llevamos muchos meses sin poder tocarnos unos a otros, viviendo una situación bastante extraña, y así vamos a intentar llegar más al público, nos verán de cerca y vamos a hacer participar a todo aquel que esté en el teatro, siempre atendiendo todas las medidas de sanidad, queremos encontrar un rato para olvidarnos del virus, aunque siga ahí. Vamos a hacer algo bonito, sin arriesgar, usted ya sabe que la música, el baile i el teatro son seguros.


¿En “Júbilo” vestirá de Armani como ya hizo anteriormente?

En esta ocasión no. Tuvimos varias propuestas pero no llegamos a un acuerdo y vamos a vestirnos con vestuario que tenemos en la compañía y cosas que han diseñado para nosotros,  pero no han sido marcas  como Jean Paul Gaultier, Armani  o Dolce Gabbana que nos encantan, he trabajado mucho con ellos pero esta vez no ha podido ser.


¿Cómo es su relación con el mundo de la moda?

Va surgiendo poco a poco, no es que a mí el mundo de la moda me interesara para entrar en él, aunque no me disgusta,  es un mundo en el que he aprendido muchas cosas, surgió de una manera muy natural, también he representado a marcas de coches, he hecho publicidad de grandes almacenes, he estado en desfiles, he hecho muchas cosas en el mundo de la moda, también  reportajes en revistas de moda. Es un mundo en el que uno también se enriquece  mucho y, especialmente, se aprende.


Usted, es muy joven, con una gran personalidad, ¿cuántos años tiene ahora, 27?

¡Uy!!!,  tengo 24 años. Yo ya llevo muchos años ahí y la gente cree que soy mayor, pero no…


¿Por qué en alguna ocasión le han llamado el “nuevo” Joaquín Cortés cuando usted, a pesar de su juventud, tiene ya una larga trayectoria artística?

Eso fue un titular que llegó en un momento ya hace mucho tiempo, y no sé por qué, ya sabe usted cómo es la prensa, cada vez que cogen una referencia, la cogen de ahí. Yo siempre digo que soy el Yiyo, además soy muy amigo de Joaquín Cortés, nos llevamos estupendamente y para mí es un halago que me comparen con él porque es un fenómeno, lo admiro mucho, pero, y que nadie piense  mal, yo trabajo y me esfuerzo mucho  y también quiero que lo reconozcan.


¿Qué le pasó una vez que tuvo que bailar descalzo?

Fue en  el Teatro Real de Madrid, estaba bailando por soleares  y   se rompió un  tacón que  salió volando por encima del escenario, no tuve más remedio que quitarme las botas y bailar descalzo e improvisar,   los músicos me arroparon y fuimos  “p’adelante”  mientras el público, esa es la verdad, me acogió de manera increíble.


¿Para un flamenco es más fácil bailar descalzo?

Según, yo he hecho coreografías en las que he bailado descalzo, entonces tienes otra manera de expresarte y otra manera de bailar, yo no solo hago zapateado. En “Júbilo”,  introducimos nuevas maneras y por eso he querido contar con mis dos hermanos porque es un poco un estilo que viene de dentro de nosotros mismos, pasamos de bailar de encima de repercusiones flamencas, sin zapatear, bailamos con seis notas flamencas y hacemos un poco de malabares, no sé muy bien si llamarlo de esta manera, no es llegar al escenario y bailar por soleares, entramos con distintas facetas.


EL YIYO

¿Su padre trabaja con ustedes?

Mi padre está siempre detrás de todo, lo que pasa es que no baila, él era futbolista, lo dejó hace muchos años, llegó a jugar en el Español, en segunda división. Siempre está detrás de nosotros, está en los montajes, en los ensayos, le gusta mucho, estamos siempre muy unidos, mi madre  igual, sabe cantar, sabe bailar y también está con todo el grupo.


En el mundo del flamenco  hay pocas mujeres que triunfan y las que están, siempre en el cuadro de palmeros. Está ahí Sara Baras, Manuela Carrasco, la Amaya, triunfar no es fácil, el éxito depende de muchas cosas.


No será cosa de que los hombres no dejan espacio a las mujeres.

Para nada, para nada, al menos en mi caso, desde que empecé siempre he estado rodeado de muchas bailaoras, cantaoras,  en los tablaos flamenco, sobre todo, se ve  a más mujeres que hombres.


Farruquito  ha hecho unas declaraciones en las que ha dicho que Rosalía no pertenece  al mundo del flamenco porque lo que hace ella es “aflamencar”  las canciones, usted  que conoce  a Rosalía, los dos son catalanes, ¿es  cierto lo que dice Farruquito?

A Rosalía  la conozco antes de que fuera conocida, cuando ella estaba aprendiendo inglés, nos tratamos desde hace muchísimos años, últimamente hemos tenido menos cercanía pero nos hemos visto en el Taller de Músics, le he escuchado cantar,  no sé de cuántos años hablamos pero son muchos, cuando yo estaba en el tablao “El Cordobés” venía a vernos allí, y luego, poquito a poco,  se fue introduciendo y pegó ese bombazo que ha pegado, me alegro muchísimo por ella porque,  la verdad,  es que es muy “curranta”  y se lo merece por el trabajo que hace.


Pero, ¿canta flamenco?

Tiene mucha influencia flamenca pero lo que es cantar por solea, por seguidilla o por alegrías no lo hace, diría que ella  hace trap, ese tipo de música  que está de moda a día de hoy, aunque en esa música  electrónica metas una base  de unas palmas o lo que sea,   no puedes decir que eso ya es flamenco.  A mí me gusta el estilo  de Rosalía, porque,  sobre todo,  lo que hace es original, lo que tiene que ser un artista, original, y Rosalía, lo es y siempre se lo digo a ella, eso es algo muy difícil de conseguir, no es lo mismo que Remedios Amaya que canta flamenco, puro, puro, entonces no es lo mismo  que lo que hace Rosalía, a mí lo que me gusta es que sea una artista original.


¿En qué sitio han entendido más su trabajo?

En ese sentido me siento privilegiado porque en todas partes la gente me aplaude, ya sabe usted que un día estás en Barcelona, el otro en Madrid, luego sales de gira por el mundo, voy a un tablao flamenco y la gente que está ahí me encanta porque es muy cercana, no es lo mismo que cuando uno actúa en un teatro muy grande, la gente está lejos.


Una de las cosas que  me marcó fue cuando  tenía 11 años, estábamos de gira por Taiwán donde hicimos varios conciertos, venía también mi padre acompañándome, y  un día en uno de esos conciertos estaba todo el teatro en silencio, y haciendo un solo  escuché “ole”,  era un “ole” español, al salir del teatro a hacerme unas fotos vi a unos cuantos estudiantes españoles que estaban allí y cuando se me acercaron  les dije: “al escuchar ese “ole”, tan lejos de casa, dije que cosa más bonita”, fue como si estuviera en casa. 


Aunque el público es distinto en todas partes, a mí  siempre me ha acogido con un cariño especial, a medida que van pasando los años el público  te va reconociendo un poquito más, y ahora, al empezar el espectáculo,  ya aplaude, ya te acogen de una manera muy bonita.


¿Qué pasa el día en que se encuentra mal y tiene que salir al escenario?

Hay días que salen imprevistos, pasa alguna cosa, pero hay que bailar para todo el mundo y hay que dar la talla, uno siempre intenta estar al cien por cien y darlo todo porque, al fin y al cabo, el público es el que  paga la entrada y hay que trabajar muy bien. Hay que disfrutar.


¿Les ha afectado el tema del “procés” y la política?

Es verdad que según qué decisión tomen los políticos es como va  a ir el mundo, por mucho que se quiera uno desentender  siempre te va afectar o beneficiar la decisión de los políticos, no hemos estado al margen, hemos dedicado nuestro tiempo en hacer nuestro trabajo, pero siempre,  según la dirección que tomen los políticos,  nos va a afectar para bien o para mal, hay que estar un poco con la vista puesta  ahí para ver cómo funciona la cosa.  A día de hoy, la verdad, no estoy a disgusto con la política conforme están las cosas, quitando el tema de la pandemia que nada tiene que ver con la política.


¿Su compañía recibe subvenciones públicas?

Estamos mirando el tema  para la siguiente producción que vamos a crear,  para poder hacer una producción más grande y estamos hablando para que nos ayuden, dentro de unas semanas nos darán la respuesta, nos gustaría que nos echaran una mano, cuesta arrancar un espectáculo a pesar de que nosotros somos muy valientes y luchamos mucho y siempre tiramos para adelante.


Con la pandemia hemos visto clarísimamente  que la música, la cultura, el arte en general, es un bien porque, al final, la música,  ayuda mucho al alma de las personas, hay que alimentar el alma y no es un lujo hacerlo así, ante situaciones como las que estamos viviendo, las personas necesitamos aire, necesitamos poder escuchar música, bailar, tener ánimo y eso es lo que hacemos nosotros y tantos otros más ante situaciones complicadas, una ayuda, es esencial para  tirar adelante. Ha habido mucha gente a la que la música le ha hecho conectar con muchas cosas, le ha servido para alejarse un poco de esa pandemia en la que todos estamos encerrados.


EL YIYO ESTRENA AL TIVOLI

A usted, con 24 años, ¿qué le divierte más, aparte de trabajar?

Disfruto estando cerca de mi familia y poder convivir con ellos y no tener que irme lejos. Obviamente, me voy si me sale alguna cosa.


A mi me pilló la pandemia en mitad de una gira de cuatro meses, había hecho tres meses y medio y me pilló en Madrid y cerraron. Bailar es mi pasión, es mi vida, el trabajo para mí es una manera de ser, aparte de eso, me gusta la familia, el bienestar de estar con ellos, soy bastante simple,  disfrutar de las cosas básicas, estar con mis amigos, con conocidos, para disfrutar no necesito muchas historias, la sencillez  hay que tenerla como base, y, luego, que venga, lo que tenga que venir.


¿Le son útiles las redes sociales para estar conectado con el mundo?

Utilizo varias redes sociales, tengo presencia en Instagram y una página en Facebook, las utilizo para anunciar las fechas de conciertos, la página de Facebook se llama ‘el Yiyo’ y en Instagram,  la o es un cero. Me sirven para conectar con el público, como a cualquier otra persona que haga eventos, y para publicar mi agenda. La gestión està a cargo de mi oficina, aunque yo entro de vez en cuando y contacto con la gente que lo pide a través de un correo. Estoy conectado a la red, pongo algún video que quiero compartir. Soy de esta generación, y me gusta estar en contacto a través de las redes sociales para estar activo.


¿Para bailar se ha inspirado alguna vez en Michael Jackson?

Creo que Michael sirve de inspiración para cualquier músico, para cualquier bailarín, para cualquier persona. Verle  bailar me produce mucho sentimiento, me encanta  porque no sólo soy amante del flamenco, soy amante de la música en general, Michael, es mi artista preferido, he visto sus videos desde que yo era un niño y admiro desde su vestimenta hasta cualquiera de sus gestos.


Me ha influido muchísimo como a otros flamencos les ha influido Paco de Lucia, Carmen Amaya  o Gades, de quien monté  una farruca con el Güito cuando estaba a punto de retirarse, me hablaba mucho de Gades y así fue como aprendí un poco de él, era una bailarín de otra época, tenía mucha elegancia, aprendí de toda aquella generación.


No me ha hablado de Rafael Amargo.

Le  conozco personalmente desde hace muchos años, y hemos coincidido en algún fin de fiesta, o en alguna actuación de café.  Cada uno tiene su estilo, él  también ha conseguido muchas cosas buenas en el mundo del flamenco, su espectáculo “Enramblao”,  que hizo hace años, era muy bueno, ha trabajado muchísimo y es un gran profesional,  más que bailador es un gran artista,  creo que, al final, cada cual tiene su punto, el que no vale para una cosa vale para la otra,  también los hay que,  a través de los años, van desarrollando distintas facetas.

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