La convocatoria de oposiciones de profesorado de Educación Secundaria en Cantabria consagra la enésima desigualdad hacia los hombres bajo la excusa de la dizque paridad, y es que en este mundo desnortado de niños, niñas y niñes, donde se segrega para incluir, ahora se ha dado en separar las listas de docentes por profesores y profesoras para que los tribunales estén compuestos por un número igual de hombres y de mujeres. Esto en especialidades como la mía, supone un agravio comparativo inmenso, ya que al haber mucho menor número de varones que de féminas, supone, en la práctica, que los profesores que hemos elegido esta hermosísima profesión tengamos cinco veces más de posibilidades de ser miembros del tribunal que una profesora. ¿Es esto igualdad? ¿O es la enésima muestra de cómo la desigualdad reina -siempre en la misma dirección últimamente- en este mundo de imbéciles? (¿o debiera decir imbécilos e imbécilas?)
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