La entidad para gestión de derechos de propiedad intelectual DAMA, en colaboración con
Bloguionistas, presentó la conferencia en la que el director por antonomasia de la comedia
madrileña confesaba que llegó al género casi por error, además de adelantar su último proyecto.
“¿Por qué se ríen, Fernando?”
Matadero Madrid acogió la tarde del martes 10 de marzo la conferencia “El efecto Colomo o
cómo escribir y dirigir comedia en un país como éste”, convocada por DAMA. El veterano director
Fernando Colomo, siempre con una sonrisa en los labios, comenzó bien pronto a desnudar su
carrera ante los presentes: “Nunca me planteé hacer comedia”. Citó que, en su juventud, sus
referentes eran Godard, Truffaut, Rohmer, Antonioni. Quizá incluso Bergman. Pero nunca Billy
Wilder. “Fue cuando me colocaron en comedia cuando empecé a buscar maestros del género”.
El desfile de anécdotas que preñaron la conferencia se inició entonces, cómo no, rememorando
la presentación de su primer largometraje. Durante la proyección de ‘Tigres de papel’ (1977) en
el Festival de San Sebastián, una película con vocación de drama, el público comenzó a reír a
carcajadas. Carmen Maura, su protagonista, palideció y le preguntó al director: “¿Por qué se ríen,
Fernando?”. La respuesta de Colomo fue: “Tú calla y decimos que es una comedia”.
Las reglas para hacer comedia: “La vida alegre”
¿Cuándo quiso realmente hacer comedia? “’El caballero del dragón’ me arruinó. La única forma de
pagar esto era hacer una película para ganar dinero”. Y esa película fue ‘La vida alegre’, de 1987.
Fernando Colomo sabía que este género era comercial, y necesitaba desesperadamente hacer
taquilla. Y, efectivamente, la hizo.
La primera regla de la comedia, igual que en cualquier otro género, es echar mano de experiencias
reales. “Coges las cosas que ves alrededor. Cualquier escritor hace eso”. En ‘La vida alegre’, por
ejemplo, se basó en su hermana. “Las cosas que conoces de primera mano dan verdad. La gente
conecta y la historia funciona”.
La segunda regla es jugar con lo inesperado. “Cuando el espectador se espera algo, no se
ríe. Cuando encuentra algo inesperado, ríe”. Comentó por ejemplo el famoso gag en el que el
personaje de Antonio Resines tira por la puerta del coche, para que no lo encuentre su esposa, un
zapato, creyéndolo de su amante y que la infidelidad sería descubierta. El público cree que el gag
ha terminado cuando, en realidad, la escena continúa al detenerse el automóvil y la amiga que
acompaña como pasajera al matrimonio no encuentra uno de sus zapatos.
La tercera regla, el trabajo en equipo. “Hay gags muy preparados y otras cosas que salen al
trabajar con los actores”. Para Fernando Colomo, director, productor y actor, la química con el
equipo durante la producción es imprescindible. La espontaneidad juega un papel muy importante
en sus relatos. “Trato de que haya buen rollo en el rodaje”.
¿Una cuarta regla? Ensayar. Siempre. “Me reservo dos semanas para ensayar antes del rodaje”.
Y aún tuvo un quinto consejo: “Si puedes rodar por orden, hazlo”. En ‘La vida alegre’ el final
se rodó en la segunda semana de rodaje, y, según Colomo, se nota: los actores aún no habían
interiorizado los personajes y faltaba complicidad.
Su último proyecto: ‘Isla bonita’
Fernando Colomo terminó hablando del film que aún está ultimando. Tanto que todavía no está
seguro del título. No sólo porque todo el mundo la llame ‘La isla bonita’ (añadiendo el artículo,
como la conocida canción de Madonna), sino porque no quiere que recuerde a la premiada ‘La
isla mínima’. Incluso preguntó a los asistentes su opinión sobre qué nombre resultaba más
atractivo: ‘Isla bonita’ o ‘Amores aislados’. Aún alberga dudas, y eso que es una historia que nació
en paralelo a ‘La línea del cielo’, que dirigió en 1983.
Esta vez Antonio Resines no es el protagonista. El mismo Colomo se encarga del papel principal.
Parece lógico ya que, según sus propias palabras: “un 80% soy yo”. El resultado es una película
de ficción con un aspecto cercano al documental, en el que los flashbacks no son ni más ni menos
que escenas de películas anteriores encajadas perfectamente en el argumento y donde otra vez
la espontaneidad es fundamental. “En ‘Isla bonita’ consigo que todos hagamos de actores aunque
no lo seamos”. Por este motivo no escribió un guion, sino una escaleta: “Si voy a trabajar con no-
actores es mejor no escribir diálogos”.
La pregunta del millón, más que la duda sobre su título o la interpretación, es la siguiente: ¿será
una comedia premeditada o fortuita?
La entidad para gestión de derechos de propiedad intelectual DAMA, en colaboración con
Bloguionistas, presentó la conferencia en la que el director por antonomasia de la comedia
madrileña confesaba que llegó al género casi por error, además de adelantar su último proyecto.
“¿Por qué se ríen, Fernando?”
Matadero Madrid acogió la tarde del martes 10 de marzo la conferencia “El efecto Colomo o
cómo escribir y dirigir comedia en un país como éste”, convocada por DAMA. El veterano director
Fernando Colomo, siempre con una sonrisa en los labios, comenzó bien pronto a desnudar su
carrera ante los presentes: “Nunca me planteé hacer comedia”. Citó que, en su juventud, sus
referentes eran Godard, Truffaut, Rohmer, Antonioni. Quizá incluso Bergman. Pero nunca Billy
Wilder. “Fue cuando me colocaron en comedia cuando empecé a buscar maestros del género”.
El desfile de anécdotas que preñaron la conferencia se inició entonces, cómo no, rememorando
la presentación de su primer largometraje. Durante la proyección de ‘Tigres de papel’ (1977) en
el Festival de San Sebastián, una película con vocación de drama, el público comenzó a reír a
carcajadas. Carmen Maura, su protagonista, palideció y le preguntó al director: “¿Por qué se ríen,
Fernando?”. La respuesta de Colomo fue: “Tú calla y decimos que es una comedia”.
Las reglas para hacer comedia: “La vida alegre”
¿Cuándo quiso realmente hacer comedia? “’El caballero del dragón’ me arruinó. La única forma de
pagar esto era hacer una película para ganar dinero”. Y esa película fue ‘La vida alegre’, de 1987.
Fernando Colomo sabía que este género era comercial, y necesitaba desesperadamente hacer
taquilla. Y, efectivamente, la hizo.
La primera regla de la comedia, igual que en cualquier otro género, es echar mano de experiencias
reales. “Coges las cosas que ves alrededor. Cualquier escritor hace eso”. En ‘La vida alegre’, por
ejemplo, se basó en su hermana. “Las cosas que conoces de primera mano dan verdad. La gente
conecta y la historia funciona”.
La segunda regla es jugar con lo inesperado. “Cuando el espectador se espera algo, no se
ríe. Cuando encuentra algo inesperado, ríe”. Comentó por ejemplo el famoso gag en el que el
personaje de Antonio Resines tira por la puerta del coche, para que no lo encuentre su esposa, un
zapato, creyéndolo de su amante y que la infidelidad sería descubierta. El público cree que el gag
ha terminado cuando, en realidad, la escena continúa al detenerse el automóvil y la amiga que
acompaña como pasajera al matrimonio no encuentra uno de sus zapatos.
La tercera regla, el trabajo en equipo. “Hay gags muy preparados y otras cosas que salen al
trabajar con los actores”. Para Fernando Colomo, director, productor y actor, la química con el
equipo durante la producción es imprescindible. La espontaneidad juega un papel muy importante
en sus relatos. “Trato de que haya buen rollo en el rodaje”.
¿Una cuarta regla? Ensayar. Siempre. “Me reservo dos semanas para ensayar antes del rodaje”.
Y aún tuvo un quinto consejo: “Si puedes rodar por orden, hazlo”. En ‘La vida alegre’ el final
se rodó en la segunda semana de rodaje, y, según Colomo, se nota: los actores aún no habían
interiorizado los personajes y faltaba complicidad.
Su último proyecto: ‘Isla bonita’
Fernando Colomo terminó hablando del film que aún está ultimando. Tanto que todavía no está
seguro del título. No sólo porque todo el mundo la llame ‘La isla bonita’ (añadiendo el artículo,
como la conocida canción de Madonna), sino porque no quiere que recuerde a la premiada ‘La
isla mínima’. Incluso preguntó a los asistentes su opinión sobre qué nombre resultaba más
atractivo: ‘Isla bonita’ o ‘Amores aislados’. Aún alberga dudas, y eso que es una historia que nació
en paralelo a ‘La línea del cielo’, que dirigió en 1983.
Esta vez Antonio Resines no es el protagonista. El mismo Colomo se encarga del papel principal.
Parece lógico ya que, según sus propias palabras: “un 80% soy yo”. El resultado es una película
de ficción con un aspecto cercano al documental, en el que los flashbacks no son ni más ni menos
que escenas de películas anteriores encajadas perfectamente en el argumento y donde otra vez
la espontaneidad es fundamental. “En ‘Isla bonita’ consigo que todos hagamos de actores aunque
no lo seamos”. Por este motivo no escribió un guion, sino una escaleta: “Si voy a trabajar con no-
actores es mejor no escribir diálogos”.
La pregunta del millón, más que la duda sobre su título o la interpretación, es la siguiente: ¿será
una comedia premeditada o fortuita?
Los jóvenes españoles han adoptado de manera masiva las plataformas de streaming, relegando a un segundo plano la televisión tradicional. La inmediatez y la posibilidad de consumir contenido a la carta han marcado un cambio en los hábitos de las generaciones más jóvenes. La televisión lineal no satisface las expectativas de un público acostumbrado a la interactividad en un mundo digital. En España, el 64% de los jóvenes entre 18 y 24 años prefiere programas en streaming.
El fenómeno del deporte habla un lenguaje universal de enorme atractivo para los espectadores. Tanto es así que el deporte está detrás de una de cada cinco nuevas suscripciones de servicios de TV de pago o vídeo bajo demanda (VoD) en el mundo, según el estudio Entertainment on Demand, de Kantar Worldpanel.
Netflix ha desvelado el título de su nuevo proyecto producido por Javier Calvo y Javier Ambrossi por parte de Suma Content. Superestar es el nombre de la nueva ficción creada por Nacho Vigalondo, una serie que girará en torno a los comienzos artísticos de la cantante Yurena, que se dio a conocer como Tamara, un fenómeno que se convirtió en un auténtico icono popular del inicio de la década de los 2000 tras el lanzamiento de la canción No cambié y su posterior álbum Superestar.