Hoy, diez de marzo, se cumplen veinte años desde que Ovidi Montllor nos dejó marchando a esas largas vacaciones que nos había anunciado en su canción “les meves vacances”, “jo no hauré mort. Faré vacances” Ovidi llegó al mundode la canción casi por casualidad, nacido en Alcoi marchó a Barcelona con la intención de trabajar en el mundo del teatro siguiendo la estela de aquellos primeros papeles en el teatro que había comenzado en el grupo La Cassola de su ciudad natal. En Barcelona conectó con la que sería su familia catalana, los Luchetti, comenzado a actuar en compañías teatrales independientes. Pero un buen día de 1968 unos amigos le animaron a subirse al escenario donde se celebraba el Festival de Cançó Universitaria, grabaría un EP donde registró la “Cançó del llaurador” y “La fera ferotge” y hasta actuaria junto con Pi de la Serra y Raimon en el Palau de la Música.

Retrato de Ovidi. / Foto: Colita.

Y a partir de aquí comenzó su carrera de cantante, una carrera que se truncó a principios de los años 80 con la llegada delos ayuntamientos democráticos que decidieron que gentes como Ovidi, siempre reivindicativo y directo en su protesta, ya no les interesaban, y es que las letras que el cantante escribió todavía hoy son un fiel reflejo de cómo se llevó a cabo aquella transición de la dictadura a una democracia de baja intensidad. La ironía junto con la mala leche de Ovidi han dado a la canción en catalán momentos de gloria pero también han hecho que muchos pensaran, pensáramos, que no todo lo que estaba sucediendo después de la muerte del dictador era de ese rosado color con el que nos lo presentaban. En su canción“Encara nois, encara” del elepé “De manars i garrotades” ya se nos dice que andemos con cuidado que no todo está tan ganado como nos quieren hacer creer: “No rigues massa depresa, que se’t pot glaçar el riure” y hoy, tantos años después, la predicción ovidiana se ha hecho realidad y se nos ha congelado la sonrisa al ver cómo quienes tenían quevelar por el bien público han asaltado las cajas del dinero público estafando la confianza que los votantes pusieron en ellos. Ovidi y sus canciones están hoy más que nunca presentes en nuestra memoria y son tan actuales como lo fueron en el momento de su nacimiento.

No recuerdo cuando fue la primera vez que nos encontramos, seguramente nos presentó Didín Puig que por aquel entonces era la “madre protectora” de algunos de los cantantes catalanes cuando bajaban a actuar a Valencia, ella les acogía ensu casa y si tenían afonía les preparaba té caliente, con miel y limón para paliar los males de la voz, su instrumento de trabajo. Una de las primeras actuaciones que recuerdo haberle visto a principios de los 70 fue en STUDIO un local de Valencia que desapareció, también el València Cinema de la calle Quart fue uno de los locales asiduos donde Ovidi y otros cantantes actuaron en la capital valenciana y donde les entrevisté a casi todos ellos para la revista GORG.

Ovidi Monllor con Toti Soler.


En 1972 grabó el primer elepé “Un entre tants” y a finales del año siguiente se publicó su segundo elepé, “Crònica d’un temps”. Este disco teníamos que presentarlo en los locales del Rat Penat de la plaza de Manises de Valencia Vicent Andrés Estellés, Ovidi y yo, pero nunca pudimos hacerlo. La fecha elegida había sido el 20 de Diciembre y precisamente aquella mañana la metralla etarra lanzó por los aires al “delfín” de Franco, Carrero Blanco recién salido de misa y comulgar murió por un atentado etarra marcando, tal vez, el comienzo del fin de un régimen dictatorial que llevaba casi cuarenta años oprimiendo las libertades del pueblo español. Y nosotros tuvimos que marchar a casa sin poder presentar ante los valencianos aquel segundo elepé de Ovidi Montllor.

Uno de los discos más conseguidos de Ovidi Montllor es el que grabó en 1974 y que en cierta manera fue un homenaje a su pueblo, en “A Alcoi” aparece el tema “Homenatge a Teresa”, todo un recuerdo de infancia del cantante y un homenaje a aquella Teresa de Alcoi a la que un bombardeo volvió loca, pero que con toda la inocencia de su locura fue la maestra callejera más querida por Ovidi niño y todos sus amigos. El cuatro de Febrero de 1975 el cantante y yo nos dirigimos a Alcoi para, en la Casa de Cultura, presentar el disco “A Alcoi”, el aforo del local se quedó pequeño para tanta gente y tantos amigos como acudieron a aquel acto, Ovidi siempre ha sido muy querido por sus paisanos aunque, a veces, no tanto por las autoridades alcoyanas. Aquel día Ovidi cumplía 33 años y nada ni nadie nos hacía pensar que veinte años después tan sólo nos quedarían sus canciones.



El disco "Salvat Papasset", de Montllor.


Meses después, en Abril, Ovidi Montllor debutó en el Olympia de París, un local que durante los grises años de la dictadura franquista acogió a los cantantes catalanes y sirvió de trampolín para que el mundo supiera que había ciudadanos del Estado español que cantaban y hablaban en un idioma diferente al castellano. Por aquellos días yo escribía en Las Provincias y en Mundo Musical, revista especializada en música, y marché a París para ser testigo de aquel memorable recital que, después, daría lugar a la edición de un elepé grabado en directo con algunas de las mejores canciones del recital. Durante el mismo, sentado a mi lado estaba el poeta Vicent Andrés Estellés, que en el momento en que Ovidi acompañado a la guitarra por Toti Soler cantó los primeros versos de “Els amants” diciendo aquello de “No hi havia a València dos amants com nosaltres” dejó escapar alguna que otra lágrima. Ovidi, totalmente de negro, llenaba el escenario del Olympia mientras su voz iba extendiéndose por toda la sala, si Vicent se había emocionado al escuchar sus versos, yo me emocioné ante los primeros versos de la “Carta a casa” aquella voz grave diciendo “Encara plou, Antónia demà será diumenge/ i no passejarem tots tres junts per la/ plaça del poble. Cuideu-vos molt. Besades. Escriu-me més sovint”. En aquellos tiempos la emigración española se hacía notar en París y Alemania, hoy, tantos años después, la emigración española vuelve a llenar las calles de Europa.

Disco "Crònica d'un Temps".


La última vez que vi a Ovidi Montllor fue en los Jardines de Viveros de Valencia, fue la noche del 8 de octubre de 1994, víspera de la festividad nacional del País Valencià. Aquella noche diversos cantantes y grupos valencianos iban a cantar en aquel escenario, Ovidi había sido anunciado, pero nunca cantó. En un momento me acerqué a saludarle a pie de escenario. Delgado, sin voz, nos abrazamos y no nos hicieron falta palabras, para mí fue la despedida de un amigo que meses después se marchó “de vacances” porque Ovidi no ha muerto, y no ha muerto porque nos quedan sus canciones, tan actuales ahora como siempre.

Este año son diversos y numerosos los actos que en su recuerdo y homenaje se han organizado en diversos escenarios y lugares, pero, una vez más las autoridades municipales valencianas se han negado a reconocer los meritos de este valenciano que presumía de serlo en una de sus canciones “Soc valencià, i parle català a la manera de València”. Una vez más el Partido Popular con Fabra y Rita Barberá al frente ha demostrado el odio que tienen hacia la cultura del País Valencià, hacia toda clase de cultura, y con su negativa a otorgar cualquier distinción honorifica a Ovidi Montllor le han hecho un homenaje, pues no hay mejor homenaje que ser ninguneado y negado por los representantes de esa rancia derecha españolista que desde hace años están al frente de la política valenciana.