Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Experiencia | Muerte | Michael Robinson

​Otro día triste

​Lo más irónico de la muerte es que es lo único cierto que sabemos nada más nacer; la vida solo consiste en ir esquivándola, o planearla
Eduardo Cassano
miércoles, 29 de abril de 2020, 09:41 h (CET)

Nos despertamos cada mañana y nos sentimos vivos, pero acto seguido buscamos la información de las muertes del día anterior.

Ayer murió Michael Robinson. Desde que se conoció su enfermedad empezó la cuenta atrás pero él siguió haciendo lo que más quería, vivir. Y lo hizo trabajando como el que no llega a final de mes, haciendo disfrutar a los que les escuchábamos disfrutar también a él. Lástima que no viera ganar a su Liverpool una primera Premiar League que ya tenía prácticamente ganada.

Era un inglés que nunca acabó de hablar bien el castellano, pero formaba parte de su encanto. Probablemente fue el locutor más parcial que recuerdo, con esa manera de sufrir el fútbol, narrar los goles y callar, como el que se calla las hemorroides.

Se está muriendo gente que no se había muerto antes, como diría el filósofo de Güemez. Y algunos como Sabina llevan años avisando para prepararnos, pero lo cierto es que uno no termina de acostumbrarse ni aceptarlo.

Lo más irónico de la muerte es que es lo único cierto que sabemos nada más nacer; la vida solo consiste en ir esquivándola, o planearla.

Noticias relacionadas

Hay noticias que rayan el insulto y el desprecio hacia quienes se dirigen. Que son asumidas como una verdad irrefutable y que en ese globo sonda enviado no tiene la menor respuesta indignada de quienes las reciben. El problema, por tanto, no es la noticia en sí, sino la palpable realidad de que han convertido al ciudadano en un tipo pusilánime. En un mendigo de migajas a quien los grandes poderes han decidido convertirle, toda su vida, en un esclavo del trabajo.

La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.

Frente a las amenazas del poder, siempre funcionaron los contrapesos. Hacen posible la libertad individual, que es la única real, aunque veces no seamos conscientes de la misma, pues se trata de una condición, como la salud, que solo se valora cuando se pierde. Los tiranos, o aspirantes a serlo, persiguen siempre el objetivo de concentrar todos los poderes. Para evitar que lo logren, están los contrapesos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto