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Etiquetas | Historia | Lorca

Lorca: Ciudad del Sol, ciudad con historia

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Situada a tan solo 71 kilómetros de la capital murciana, Lorca es la tercera ciudad más importante de la Región de Murcia tras la propia Murcia y Cartagena.

Un breve paseo por su historia
La fundación de la ciudad se hunde en la mitología, pues a lo largo de la historia varios autores han afirmado que Lorca tiene sus orígenes en un asentamiento levantado por un príncipe troyano que la llamó Eliocroca; esto es, “Ciudad del Sol” o “Gobierno del Sol”. Esta es, no obstante, la más extendida de las diferentes versiones.

Gracias a las numerosas excavaciones llevadas a cabo en el lugar, se sabe que la presencia humana en la zona se remonta a finales del Neolítico, quizá por la riqueza del valle del Guadalentín en recursos minerales y agua. Posteriormente, ya en la Edad de los Metales, se asentarían poblados argáricos cuyos restos aún pueden verse en las pedanías de la ciudad.

Durante el período de dominación romana, Lorca se convirtió en un importante centro de la región, siempre asociado a la ciudad de Cartago Nova, actual Cartagena, y que llegó a aparecer en el Itinerario de Antonio y el Concilio de Elvira como una de las ciudades situadas en plena Vía Augusta. Por su riqueza histórica y su patrimonio arqueológico, Lorca está considerada la ciudad con mayor número de yacimientos de toda la región.

En el año 713, Lorca se convierte en la capital de las siete ciudades que conforman el Reino o Kura de Tudmir –provincia autónoma cristiana dentro del territorio andalusí gobernada por el rey Teodomiro– hasta que es nombrada dependiente del Califato de Córdoba y, más tarde dependiente de los Reinos de Almería y Valencia. No obstante, con la desmembración definitiva del Califato, la ciudad de Lurqa se constituye como una taifa independiente.

Debido a su importancia económica y su situación estratégica como puerta al Reino Nazarí de Granada, la ciudad se convierte en un punto de vital importancia para la España cristiana tras la conquista por parte de Fernando III y su hijo Alfonso X el Sabio. Tiempo después se convertiría en un punto de resistencia contra las revueltas musulmanas, como la que llevó a su hermana Vera a sufrir un sitio, y contra los turcos que avanzaban por el Mediterráneo.

Ya en el siglo XIX, Lorca ofrece el aspecto de una ciudad preindustrial; sin embargo, la pérdida del comercio y las numerosas catástrofes sufridas – cuyo ejemplo más reciente es el terremoto de 2011– causarían el empobrecimiento de la zona hasta la llegada de la primera máquina de vapor en 1865. La nueva tendencia de crecimiento se verá, por extraño que parezca, impulsada durante la Guerra Civil.

Tradición, cultura y patrimonio
Tradicionalmente, la economía de la localidad ha estado fuertemente ligada a la agricultura y la ganadería, así como a las industrias derivadas de estos sectores. Asimismo, dada la gran cantidad de recursos mineros, la extracción de minerales como azufre y manganeso.

Además, son destacables sus productos artesanos, expuestos anualmente en la Feria de Artesanía de la Región de Murcia (FERAMUR), así como en el Mercado de Artesanía de Semana Santa y el Centro de Artesanía.

No obstante, hoy Lorca es un importante centro turístico y comercial que abastece de servicios al valle del Guadalentín y a buena parte de la Región de Murcia y la provincia de Almería, por su turismo rural, sus fiestas y su rica gastronomía.

Precisamente, entre sus fiestas destacan los carnavales, las de San Juan, o su Feria Grande, que se celebra a mediados de septiembre. Asimismo, son destacables las romerías como la del 17 de enero, anunciada a disparo de trabuco para celebrar la festividad de San Antón; o la del 2 de febrero, dedicada a la Virgen de la Salud y celebrada en La Hoya.

Pero, sin lugar a dudas, la fiesta más representativa de Lorca es su Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980 y de Interés Turístico Internacional en 2007.

Aunque tiene su origen en una pequeña procesión llevada a cabo en 1885 cuyo fin era representar la entrada de Jesucristo en Jerusalén, en la actualidad es todo un espectáculo en que desfilan carrozas, caballos, demás elementos procesionales ataviados con lujosos trajes y bordados.

Cuando llega la Semana Santa, el pueblo se divide entre sus dos pasos más importantes, el de la Real e Ilustre Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario –blancos– y el de la Hermandad de Labradores –azules–; aunque no son las únicas cofradías de la ciudad (morados, encarnados, negros y del Resucitado).

Su rica gastronomía, capaz de deleitar los paladares más exquisitos, resulta de la unión de los platos típicos de las diferentes áreas de la comarca lorquina, y está basada principalmente en las legumbres, hortalizas y cereales cultivados en la región, así como en sus ricas carnes de caza y de su ganadería porcina y, cómo no, en los productos procedentes de las costas cercanas a la localidad. Platos estrellas son las migas de carne o pescado, guisos de liebre o perdiz con gurullos; así como numerosos productos tales como la butifarra, la morcilla, o sus vinos afrutados.

Entre los lugares que el viajero no puede dejar de visitar están sus museos arqueológicos como el de Los Cipreses y el Museo Arqueológico Municipal, además de los relacionados con la Semana Santa y los abundantes yacimientos arqueológicos del valle del Guadalentín; la Plaza de España, la Plaza de Toros, el conjunto monumental de Santo Domingo, y las numerosas iglesias como la de San Francisco, la del Carmen, la de San Cristóbal, la de San Diego, y otras tantas; además, sorprende la belleza de edificios como el Palacio de los Condes de San Julián, el antiguo Convento de la Merced o la Colegiata de San Patricio, declarada Monumento Histórico Artístico en 1941 y gravemente afectada por el seísmo que destruyó parte de la ciudad en 2011. Por supuesto, dentro del itinerario no podría faltar la célebre Fortaleza del Sol, emblema indiscutible de la ciudad.

Actividades y alojamiento
Para quienes busquen un turismo histórico-cultural, rural y de playa, Lorca se adivina como un destino clave. Sus importantes yacimientos, la belleza de sus sierras, donde disfrutar de actividades deportivas como el senderismo, y sus ocho kilómetros de costa mediterránea, la convierten en un magnífico punto para unas vacaciones completas.

A muy buen precio, el viajero encontrará tanto casas rurales como hoteles y pensiones de gran calidad y belleza desde donde podrá disfrutar de una ciudad sin parangón.

Lorca: Ciudad del Sol, ciudad con historia

Francisco Cano Carmona
lunes, 24 de noviembre de 2014, 09:50 h (CET)
Situada a tan solo 71 kilómetros de la capital murciana, Lorca es la tercera ciudad más importante de la Región de Murcia tras la propia Murcia y Cartagena.

Un breve paseo por su historia
La fundación de la ciudad se hunde en la mitología, pues a lo largo de la historia varios autores han afirmado que Lorca tiene sus orígenes en un asentamiento levantado por un príncipe troyano que la llamó Eliocroca; esto es, “Ciudad del Sol” o “Gobierno del Sol”. Esta es, no obstante, la más extendida de las diferentes versiones.

Gracias a las numerosas excavaciones llevadas a cabo en el lugar, se sabe que la presencia humana en la zona se remonta a finales del Neolítico, quizá por la riqueza del valle del Guadalentín en recursos minerales y agua. Posteriormente, ya en la Edad de los Metales, se asentarían poblados argáricos cuyos restos aún pueden verse en las pedanías de la ciudad.

Durante el período de dominación romana, Lorca se convirtió en un importante centro de la región, siempre asociado a la ciudad de Cartago Nova, actual Cartagena, y que llegó a aparecer en el Itinerario de Antonio y el Concilio de Elvira como una de las ciudades situadas en plena Vía Augusta. Por su riqueza histórica y su patrimonio arqueológico, Lorca está considerada la ciudad con mayor número de yacimientos de toda la región.

En el año 713, Lorca se convierte en la capital de las siete ciudades que conforman el Reino o Kura de Tudmir –provincia autónoma cristiana dentro del territorio andalusí gobernada por el rey Teodomiro– hasta que es nombrada dependiente del Califato de Córdoba y, más tarde dependiente de los Reinos de Almería y Valencia. No obstante, con la desmembración definitiva del Califato, la ciudad de Lurqa se constituye como una taifa independiente.

Debido a su importancia económica y su situación estratégica como puerta al Reino Nazarí de Granada, la ciudad se convierte en un punto de vital importancia para la España cristiana tras la conquista por parte de Fernando III y su hijo Alfonso X el Sabio. Tiempo después se convertiría en un punto de resistencia contra las revueltas musulmanas, como la que llevó a su hermana Vera a sufrir un sitio, y contra los turcos que avanzaban por el Mediterráneo.

Ya en el siglo XIX, Lorca ofrece el aspecto de una ciudad preindustrial; sin embargo, la pérdida del comercio y las numerosas catástrofes sufridas – cuyo ejemplo más reciente es el terremoto de 2011– causarían el empobrecimiento de la zona hasta la llegada de la primera máquina de vapor en 1865. La nueva tendencia de crecimiento se verá, por extraño que parezca, impulsada durante la Guerra Civil.

Tradición, cultura y patrimonio
Tradicionalmente, la economía de la localidad ha estado fuertemente ligada a la agricultura y la ganadería, así como a las industrias derivadas de estos sectores. Asimismo, dada la gran cantidad de recursos mineros, la extracción de minerales como azufre y manganeso.

Además, son destacables sus productos artesanos, expuestos anualmente en la Feria de Artesanía de la Región de Murcia (FERAMUR), así como en el Mercado de Artesanía de Semana Santa y el Centro de Artesanía.

No obstante, hoy Lorca es un importante centro turístico y comercial que abastece de servicios al valle del Guadalentín y a buena parte de la Región de Murcia y la provincia de Almería, por su turismo rural, sus fiestas y su rica gastronomía.

Precisamente, entre sus fiestas destacan los carnavales, las de San Juan, o su Feria Grande, que se celebra a mediados de septiembre. Asimismo, son destacables las romerías como la del 17 de enero, anunciada a disparo de trabuco para celebrar la festividad de San Antón; o la del 2 de febrero, dedicada a la Virgen de la Salud y celebrada en La Hoya.

Pero, sin lugar a dudas, la fiesta más representativa de Lorca es su Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980 y de Interés Turístico Internacional en 2007.

Aunque tiene su origen en una pequeña procesión llevada a cabo en 1885 cuyo fin era representar la entrada de Jesucristo en Jerusalén, en la actualidad es todo un espectáculo en que desfilan carrozas, caballos, demás elementos procesionales ataviados con lujosos trajes y bordados.

Cuando llega la Semana Santa, el pueblo se divide entre sus dos pasos más importantes, el de la Real e Ilustre Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario –blancos– y el de la Hermandad de Labradores –azules–; aunque no son las únicas cofradías de la ciudad (morados, encarnados, negros y del Resucitado).

Su rica gastronomía, capaz de deleitar los paladares más exquisitos, resulta de la unión de los platos típicos de las diferentes áreas de la comarca lorquina, y está basada principalmente en las legumbres, hortalizas y cereales cultivados en la región, así como en sus ricas carnes de caza y de su ganadería porcina y, cómo no, en los productos procedentes de las costas cercanas a la localidad. Platos estrellas son las migas de carne o pescado, guisos de liebre o perdiz con gurullos; así como numerosos productos tales como la butifarra, la morcilla, o sus vinos afrutados.

Entre los lugares que el viajero no puede dejar de visitar están sus museos arqueológicos como el de Los Cipreses y el Museo Arqueológico Municipal, además de los relacionados con la Semana Santa y los abundantes yacimientos arqueológicos del valle del Guadalentín; la Plaza de España, la Plaza de Toros, el conjunto monumental de Santo Domingo, y las numerosas iglesias como la de San Francisco, la del Carmen, la de San Cristóbal, la de San Diego, y otras tantas; además, sorprende la belleza de edificios como el Palacio de los Condes de San Julián, el antiguo Convento de la Merced o la Colegiata de San Patricio, declarada Monumento Histórico Artístico en 1941 y gravemente afectada por el seísmo que destruyó parte de la ciudad en 2011. Por supuesto, dentro del itinerario no podría faltar la célebre Fortaleza del Sol, emblema indiscutible de la ciudad.

Actividades y alojamiento
Para quienes busquen un turismo histórico-cultural, rural y de playa, Lorca se adivina como un destino clave. Sus importantes yacimientos, la belleza de sus sierras, donde disfrutar de actividades deportivas como el senderismo, y sus ocho kilómetros de costa mediterránea, la convierten en un magnífico punto para unas vacaciones completas.

A muy buen precio, el viajero encontrará tanto casas rurales como hoteles y pensiones de gran calidad y belleza desde donde podrá disfrutar de una ciudad sin parangón.

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