El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, presentará este martes en el Congreso el informe que desveló un excesivo margen de discrecionalidad en los gastos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en la etapa del dimitido Carlos Dívar como presidente.
Ese informe de fiscalización sobre el CGPJ en el ejercicio 2010, que en julio fue remitido a las Cortes y recogido por Europa Press, indicaba que el Consejo presidido por Carlos Dívar disponía de un margen de discrecionalidad "excesivo" cuando costeaba los viajes de sus cargos y además contaba con una regulación "insuficiente" al no exigir justificar determinados gastos.
El Tribunal de Cuentas apunta que la principal "debilidad" del control interno del órgano de gobierno de los jueces residía en la insuficiencia y dispersión de normas reglamentarias en su ámbito económico, así como en la ausencia de manuales de procedimiento. Eso sí, precisa que el actual Consejo, que ahora dirige Carlos Lesmes, ha actualizado el régimen de control de gestión y transparencia.
El órgano fiscalizador observó "deficiencias" en la regulación del Consejo, que era "insuficiente" a la hora de justificar el motivo, la cuantía máxima o los cargos que por ejemplo tenían derecho a recibir atenciones protocolarias y representativas.
Además, puso reparos en las indemnizaciones por razón del servicio de estos altos cargos, que únicamente precisaban de autorización cuando viajaban al extranjero. "El elevado importe satisfecho a los vocales se debió principalmente a que trece de ellos se les pagaba el desplazamiento a su residencia", explica.
EL TRABAJO NO TENÍA QUE QUEDAR ACREDITADO
En este sentido, destaca que el modelo de liquidación no contenía un apartado específico en el que incluir el motivo oficial del viaje y "en la mayoría de los casos no quedaba acreditada la realización de las funciones que daban derecho a percibir esas indemnizaciones".
Eso sí, expone que "aun cuando en contados viajes pudiera llegar a cuestionarse que algún gasto derivara de obligaciones propias de la función del alto cargo, en general no hay elementos de juicio que permitan afirmar que las comisiones de servicio llevadas a cabo por los altos cargos del Consejo no hayan cumplido tal requisito".
Dicho esto, recuerda que el procedimiento abierto sobre los polémicos viajes del entonces presidente Dívar fue sobreseído al haber sido reintegrado el importe a los gastos considerados como no justificados y los intereses legales de demora.
El Tribunal de Cuentas analizó también los gastos de los conductores del parque móvil del Estado y del personal de seguridad del Ministerio del Interior que trabajaban para el CGPJ. En este sentido, censuró que se recogieran en concepto de gratificaciones, a pesar de tratarse de personal ajeno al Consejo y que el resumen anual de retenciones e ingresos a cuenta no contenía la mayor parte de las dietas y gastos de desplazamientos.
Comentarios
Casas Viejas
29/oct/14 08:31 h.
Aun siendo grave lo que se sabe sobre el particular no deja de ser leche y picon. Lo gastado nunca se sabrá. Mucho menos lo gastado en la logística de los puentes caribeños. Pero eso para la España corrupta es el chocolate de Moral Santin. Lo grave es problema que se le presenta a la psiquiatría. Es decir, como es posible compaginar los 14 golpes de pecho en misa de 12 con un puente caribeño a la luna de Valencia. Y no estar loco como Machín. Carlos Divar sin ir mas lejos. Parecido al caso de Marta Ferrusola. Parir como una coneja y a la vez mandar a la mierda a la tribu. Como el ex Jefe de la Casa Real, un tal Spottorno. Mirar las pantorrillas de Mariló Montero, apartar a la gente por conducta poco ejemplar, apechugar con el martirio de La Casa y los domingos después de misa hacer las correspondientes rondas por las saunas filipinas de guardia. Y no estar loco. Como el tal Moral Santin, sacar una cátedra de economía, trincar a mansalva en Caja Madrid y adoptar una postura radical a la hora de hablar de comunismo. Lo de su parienta va aparte. De todas formas el caso de ex fiscal Jiménez Villarejos, Baltazar Garzón, Elpidio Silva hay que verlo poniéndose en el lugar del que roba gallinas. Precisamente el ex vocal del CGPJ, un tal Pascual Estevil no robaba gallinas. Extorsionaba a empresarios. Por eso urge que el partido Podemos empitone a la casta. Ahora bien, seamos realistas, si ello llegara a ocurrir el PP y el Psoe ya tienen acordado poner en marcha las recomendaciones del socialista Luis Solana. A saber, poner a un guardia civil al frente de algunas instituciones. El Banco de España, el Senado, el CGPJ, el Tribunal de Cuentas, etc. En la Fundación San Borondon consideran que el Tribunal de Cuentas dijera que piensa hacer con los 190 emparentados que tiene en plantilla. Son estos emparentados los que han mirado/fiscalizado los gastos ocasionados en la época del santurrón Carlos Divar. Todo ello con independencia del paradero del jaguar de Ana Mato. O de la petición del guaperas (Pedro Sánchez) a "Isidoro" para que abandone la puerta giratoria. A la que no le sale del moño dejarlo es a Elena Salgado. Ella con poner cara de asco lo arregla todo. La misma cara de asco que ponía Mafo/Fdez Ordoñez a la hora de controlar. Por lo menos el desgraciado de Mariano Rubio estuvo entre rejas. Seamos realistas, la marca España se mantiene. El Cante por Peteneras o como irse de rositas en un Estado fallido. Mientras tanto Cáritas sacando adelante a 14 millones de desgraciados cuya revolucion termina en la panadería de la esquina. Precisamente en la del besugo de Cándido Méndez y la de ese pobre hombre de los cruceros, un tal Toxo. Y en ese plan. Ninguno.
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