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No puede ser ese desperdicio de dinero en una monarquía de cuento de hadas mientras el pueblo sufre penurias

El nuevo rey se va a enterar de la que vamos a montar

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Soy republicano, soy el pueblo y soy ultra demócrata. ¿Quieren algo más? Si el lector tiene claro lo anterior se dará cuenta de que tengo razón en todo y por lo tanto lo que usted piense sobra, no importa, está de más. Puesto que soy demócrata no puedo ser monárquico, ¿acaso conoce alguien una monarquía democrática, progresista y querida por el pueblo?, la república es la mejor opción para defender las libertades del pueblo, como se pudo comprobar de 1931 a 1936. El Estado Español debe proseguir el preclaro camino de grandes repúblicas como Venezuela o Bolivia, donde el pueblo se ha hecho dueño de sus destinos, expulsando a los oligarcas y emprendiendo un definitivo camino de progreso y libertades.

Por lo tanto no puedo quedarme de manos caídas cuando se proclame al Borbón, debo salir a la calle y reclamar una jefatura del Estado no hereditaria, donde se asegure la libertad y el progreso económico del pueblo, como Cuba, por ejemplo. No puedo quedarme de manos cruzadas mientras el Estado despilfarra su dinero en pomposas ceremonias cuyos gastos salen de los bolsillos del pueblo.

Por eso, porque estamos en una crisis económica que descarga sus efectos en el ciudadano de a pie, voy a salir a la calle a enfrentarme con los esbirros del poder y a destrozar el mobiliario urbano, a quemar contenedores, a derribar señales, a romper escaparates; los grandes poderes de la oligarquía tienen que aprender, no puede ser ese desperdicio de dinero en una monarquía de cuento de hadas mientras el pueblo sufre penurias.

Combatiremos el capitalismo hasta que arda la ciudad, no pararemos mientras quede en pie una tienda de ultramarinos aunque la defienda su oligarca propietario escopeta en mano, no pararemos mientras exista un policía capitalista para, cuando caiga el último, sustituirlos a todos por una eficaz policía ciudadana al servicio del pueblo, como en Corea del norte, no pararemos mientras quede algo que destrozar, mientras haya algo que derribar en este sistema putrefacto que impide a los jóvenes salir a la calle a protestar libre y democráticamente.

Soy republicano, soy el pueblo y soy ultra demócrata. ¿Quieren algo más? Si el lector tiene claro lo anterior se dará cuenta de que tengo razón en todo y por lo tanto lo que usted piense sobra, no importa, está de más. O piensa como yo y sale conmigo a subvertir la sociedad o es un malnacido, fascista, cavernario y más peligroso que un sacristán meapilas. Debe ser disciplinado en un campo de reeducación para lo cual cuando tomemos el poder llegaremos a provechosos acuerdos con Corea del Norte, Irán o Venezuela. Viva Rusia.

El nuevo rey se va a enterar de la que vamos a montar

No puede ser ese desperdicio de dinero en una monarquía de cuento de hadas mientras el pueblo sufre penurias
Pedro de Hoyos
martes, 17 de junio de 2014, 07:26 h (CET)
Soy republicano, soy el pueblo y soy ultra demócrata. ¿Quieren algo más? Si el lector tiene claro lo anterior se dará cuenta de que tengo razón en todo y por lo tanto lo que usted piense sobra, no importa, está de más. Puesto que soy demócrata no puedo ser monárquico, ¿acaso conoce alguien una monarquía democrática, progresista y querida por el pueblo?, la república es la mejor opción para defender las libertades del pueblo, como se pudo comprobar de 1931 a 1936. El Estado Español debe proseguir el preclaro camino de grandes repúblicas como Venezuela o Bolivia, donde el pueblo se ha hecho dueño de sus destinos, expulsando a los oligarcas y emprendiendo un definitivo camino de progreso y libertades.

Por lo tanto no puedo quedarme de manos caídas cuando se proclame al Borbón, debo salir a la calle y reclamar una jefatura del Estado no hereditaria, donde se asegure la libertad y el progreso económico del pueblo, como Cuba, por ejemplo. No puedo quedarme de manos cruzadas mientras el Estado despilfarra su dinero en pomposas ceremonias cuyos gastos salen de los bolsillos del pueblo.

Por eso, porque estamos en una crisis económica que descarga sus efectos en el ciudadano de a pie, voy a salir a la calle a enfrentarme con los esbirros del poder y a destrozar el mobiliario urbano, a quemar contenedores, a derribar señales, a romper escaparates; los grandes poderes de la oligarquía tienen que aprender, no puede ser ese desperdicio de dinero en una monarquía de cuento de hadas mientras el pueblo sufre penurias.

Combatiremos el capitalismo hasta que arda la ciudad, no pararemos mientras quede en pie una tienda de ultramarinos aunque la defienda su oligarca propietario escopeta en mano, no pararemos mientras exista un policía capitalista para, cuando caiga el último, sustituirlos a todos por una eficaz policía ciudadana al servicio del pueblo, como en Corea del norte, no pararemos mientras quede algo que destrozar, mientras haya algo que derribar en este sistema putrefacto que impide a los jóvenes salir a la calle a protestar libre y democráticamente.

Soy republicano, soy el pueblo y soy ultra demócrata. ¿Quieren algo más? Si el lector tiene claro lo anterior se dará cuenta de que tengo razón en todo y por lo tanto lo que usted piense sobra, no importa, está de más. O piensa como yo y sale conmigo a subvertir la sociedad o es un malnacido, fascista, cavernario y más peligroso que un sacristán meapilas. Debe ser disciplinado en un campo de reeducación para lo cual cuando tomemos el poder llegaremos a provechosos acuerdos con Corea del Norte, Irán o Venezuela. Viva Rusia.

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