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Gabriela López
En el ámbito del cuidado estético de las uñas el esmalte tradicional cada vez pierde más adeptos. La búsqueda de una manicura perfecta y/o divertida ha provocado que muchas personas recurran a las uñas postizas y, en los últimos años, a las uñas de gel.
La popularidad de las
uñas de gel se debe sobre todo a los buenos resultados que ofrecen frente al resto de las manicuras: aspecto natural, aplicación sencilla y larga duración, pues únicamente deben retocarse una o dos veces al mes.
Sin embargo, los dermatólogos advierten sobre sus inconvenientes. Aunque los riesgos no son graves si se realiza esta manicura esporádicamente, en el caso de recurrir a la técnica del gel de forma continuada (alrededor de dos veces al mes) los peligros pueden ser mucho mayores.
En segundo lugar, los expertos llaman la atención sobre las altas probabilidades de generar hongos, debido a la humedad y la escasa ventilación que tienen las uñas cubiertas con el gel. Los hongos hacen su aparición generando una capa de moho blancuzco, que si no se trata inmediatamente puede provocar una infección grave y de difícil tratamiento.
Por último, según los últimos estudios de JAMA Dermatology, el uso de las lámparas de rayos ultravioleta durante el procedimiento, empleadas para secar y fijar el gel, puede aumentar el riesgo a padecer cáncer de piel; pues es la misma radiación utilizada en los centros de bronceado.
Para prevenir estos peligros los dermatólogos recomiendan mantener las uñas constantemente hidratadas y aplicar protector solar en las manos durante el procedimiento, para minimizar así el daño ocasionado por la radiación ultravioleta.
Señalan, además, que realizarse esta manicura cada dos semanas es excesivo y perjudicial para la salud de las uñas y la protección frente a infecciones; desaconsejándola tajantemente a aquellas personas que presenten problemas de uñas finas o débiles.
La recomendación de los dermatólogos es, en definitiva, que la manicura de gel debe ser un procedimiento únicamente ocasional, pues se debe dar el tiempo necesario a las uñas para que se recuperen y reparen de forma natural.
Los peligros de las uñas de gel | |||
Debe ser un procedimiento ocasional | |||
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Gabriela López En el ámbito del cuidado estético de las uñas el esmalte tradicional cada vez pierde más adeptos. La búsqueda de una manicura perfecta y/o divertida ha provocado que muchas personas recurran a las uñas postizas y, en los últimos años, a las uñas de gel. La popularidad de las uñas de gel se debe sobre todo a los buenos resultados que ofrecen frente al resto de las manicuras: aspecto natural, aplicación sencilla y larga duración, pues únicamente deben retocarse una o dos veces al mes. Sin embargo, los dermatólogos advierten sobre sus inconvenientes. Aunque los riesgos no son graves si se realiza esta manicura esporádicamente, en el caso de recurrir a la técnica del gel de forma continuada (alrededor de dos veces al mes) los peligros pueden ser mucho mayores.
En segundo lugar, los expertos llaman la atención sobre las altas probabilidades de generar hongos, debido a la humedad y la escasa ventilación que tienen las uñas cubiertas con el gel. Los hongos hacen su aparición generando una capa de moho blancuzco, que si no se trata inmediatamente puede provocar una infección grave y de difícil tratamiento. Por último, según los últimos estudios de JAMA Dermatology, el uso de las lámparas de rayos ultravioleta durante el procedimiento, empleadas para secar y fijar el gel, puede aumentar el riesgo a padecer cáncer de piel; pues es la misma radiación utilizada en los centros de bronceado. Para prevenir estos peligros los dermatólogos recomiendan mantener las uñas constantemente hidratadas y aplicar protector solar en las manos durante el procedimiento, para minimizar así el daño ocasionado por la radiación ultravioleta. Señalan, además, que realizarse esta manicura cada dos semanas es excesivo y perjudicial para la salud de las uñas y la protección frente a infecciones; desaconsejándola tajantemente a aquellas personas que presenten problemas de uñas finas o débiles. La recomendación de los dermatólogos es, en definitiva, que la manicura de gel debe ser un procedimiento únicamente ocasional, pues se debe dar el tiempo necesario a las uñas para que se recuperen y reparen de forma natural. |
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