Si exceptuamos el tatuaje que luce Elena Valenciano en su hombro izquierdo, el resto de su cuerpo y alma me cae bien; lo del tatuaje puede ser que por mi edad esas pupas incrustadas en el cuerpo eran especialmente cosas de “caballeros legionarios” por aquello del amor a la madre y a la misma patria, madre.
No es que la carrera de la tal Valenciano, segunda de la torre de mandos del PSOE de Rubalcaba, durante su etapa como ex-parlamentaria europea sea un potosí de heroicidades, pero bueno allá que la cúspide del PSOE de don Alfredo P. apueste por ella para representar a España en Europa, pues los esforzados trabajos por sacar al partido de algunas cloacas debe tener su premio, y ella, Elena, se lo ha ganado a pulso.
Pues bien, resulta que Elena ha venido al territorio de Susana, oh Susana, para afirmar que Andalucía es un modelo para Europa. Dicho sea de paso, tengo que afirmar que un servidor de ustedes y de mi esposa ama a esta tierra como si fuese suya, aunque de tierra, dicha sea la verdad, nada más que poseo la que se encuentra en dos macetas depositadas en la ventana desde la que escribo estas torpes líneas.
Usted o tú, como desees que te nombre amiga Elena Valenciano, puedes hacer esa la anterior afirmación desde una doble perspectiva, a saber, pelotillear a Susana, yunque y martillo del PSOE nacional, o por qué en realidad te crees que por esta tierra de María Santísima y de numerosos corruptos y corruptores a los perros los atan con longanizas.
Si es por pelotillear, pues vale ya que más o menos todos y todas alguna vez hemos manoseado el lomo de algún terrateniente para hacerle una pajilla con los ojos cerrados con el fin de evitar nuestra propia vergüenza, no es mi caso digamos sin paliativos.
Ahora bien, querida Elena, número one del PSOE para la elecciones europeas, si tú afirmas que el gobierno de Andalucía, y mira que la quiero, es el modelo que debe implantarse en Europa lo mejor es, si los españoles son conscientes, que hagas las maletas y te marches a conseguir la presidencia de los EEUU.
Si con más del 33% de paro y un porrón de hogares donde no entra un euro y con un informe educativo que nos pone a la cola de Europa y con unos andaluces que tienen que volver a la vendimia francesa para que el estómago no les quede descolgado y con unos jornaleros que esperan una limosna para ir tirando y con unos EREs que ponen en tela de juicio a las instituciones andaluzas, usted, querida Elena, pone a esta esquilmada tierra como ejemplo de prosperidad lo mejor, palabrilla de honor, es que dedique el resto de su existencia a borrar el pequeño tatuaje que ahora, vaya usted a saber el por qué, tiende a disimular.
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