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El viaje de Estado y su protocolo

​En la visita a Cuba podemos identificar como acto protocolario el recibimiento oficial a los monarcas españoles por parte del presidente de Cuba y su esposa en el Palacio de la Revolución
María del Carmen Portugal Bueno
jueves, 14 de noviembre de 2019, 08:44 h (CET)

El viaje de Estado de Sus Majestades los Reyes a la República de Cuba ha originado diferentes análisis desde el punto de vista político, histórico, cultural e incluso económico. Ahora es tiempo de hablar de su protocolo.

Los viajes de Estado son aquellas visitas que el Jefe de Estado de un país realiza a otro con carácter oficial. En el caso concreto de este artículo, el Jefe de Estado de España, Felipe VI, realiza un viaje de Estado de carácter oficial a Cuba. Y en correspondencia, es recibido por el Jefe del Estado anfitrión, en este caso Miguel Díaz-Canel.

Toda visita de Estado está acompañada por séquitos. Concretamente por un séquito oficial, uno técnico y otro de servicio. En el caso del primero, en el viaje de Sus Majestades los Reyes a Cuba, ha estado formado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones y por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe. El séquito técnico es el integrado, por ejemplo, por el servicio de protocolo, comunicación y asesores. Y con respecto al de servicio, este está constituido por ayudantes de cámara y servicio doméstico.

En referencia a la estructura de este acto oficial, podemos distinguir tres momentos clave: la llegada, la visita propiamente dicha y la salida.

El experto en protocolo, Francisco López-Nieto, nos explica que el protocolo de llegada «se inicia una vez ha tomado tierra el avión en que llega el Jefe del Estado extranjero». En el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, los Reyes de Españas fueron recibidos por el embajador de España en Cuba, por el embajador de Cuba en España y por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, entre otras autoridades cubanas.

En la visita propiamente dicha, que en esta ocasión dura tres días, se celebran diferentes actos y actividades con un doble carácter: «unos actos son simplemente protocolarios, aunque se aprovechan para intercambiar discursos de contenido político; otros son prácticamente actividades de trabajo», explica López-Nieto quien añade que también se organizan actividades de carácter cultural.

En la visita a Cuba podemos identificar como acto protocolario el recibimiento oficial a los monarcas españoles por parte del presidente de Cuba y su esposa en el Palacio de la Revolución. Y en cuanto a los actos culturales se pueden señalar las visitas realizadas a las calles de La Habana Vieja, a la catedral o al Museo de Arte Colonial.

Finalmente, en referencia a la salida del viaje de Estado, siguiendo las enseñanzas de Francisco López-Nieto, esta se realiza en dos momentos diferenciados. La primera se organiza en la residencia oficial del Jefe de Estado anfitrión y la segunda en el aeropuerto. Precisamente esta es la que pone fin al viaje de Estado.

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