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Han pasado ya casi seis meses del estreno de “El Cosmonauta”, uno de los proyectos completamente transmedia más importantes de la ficción española y su universo sigue creciendo poco a poco. Bajo el lema “mucho más que una película”, el filme de Riot Collective Cinema ofrece al espectador un mundo de posibilidades distribuido por distintas plataformas y formado por un largometraje, un cortometraje, 32 webisodios, un libro, un mockumentary (falso documental), un bronking of, un final alternativo y la posibilidad de sumergirte en el largo viaje de sus cuatro años preparando la película.
Pero comencemos por el principio. “El Cosmonauta”, proyecto que necesitaba cerca de 800.000 euros para ser llevado a cabo, es financiado mediante crowdfunding (micromecenazgo colectivo) y consigue más de 400.000 a través de donaciones individuales desde 2 euros y el resto de inversiones a través de una subvención del ministerio de Cultura (100.000 euros), la capitalización de los sueldos del equipo y otras inversiones privadas. Así comenzaba la aventura de prepararse para rodar una película por un trío jóvenes de 26 y 27 años. Es necesario recalcar el concepto de “prepararse”, ya que entre las confesiones del director destaca la de que comenzaron a recaudar dinero a través de internet sin ni siquiera tener el guión de la película terminado.
Precisamente por haber financiado la mitad de la película a través de crowdfunding, la distribución de la misma se ha realizado totalmente gratuita a través de internet y bajo licencia Creative Commons. “¿Por qué perder cuatro años de tu vida en hacer una película para luego regalársela al público?”, podría estar preguntándose más de un distribuidor cinematográfico en este momento. Pero los creadores de “El Cosmonauta” lo tienen claro: decidieron aprovechar los nuevos cambios del paradigma de distribución actual, realizando un estreno simultáneo en salas de cine, internet, DVD, usb y televisión (Canal +). La exhibición en internet sería gratis y en HD. Después de todo, pocas cosas pueden doler más a un realizador que ver su obra pixelada, en baja calidad y grabada mediante “streaming” en un portal de descargas ilegales; así que, si no puedes vencer al enemigo, únete a él: los responsables del proyecto decidieron dejar que el espectador eligiera cómo quería ver la película. Por internet y gratis en alta calidad, en la televisión, en el cine, en un DVD... todo de forma simultánea y saltándose las tradicionales esperas de más de un año entre los distintos canales de distribución.
Ante todos estos cambios en el modelo de exhibición cinematográfica surge siempre una misma duda cuando ofreces un contenido gratis en internet: ¿Cómo puedes esperar que los usuarios decidan ir al cine (pagar) por algo que pueden ver gratis, cómodamente en casa y en alta definición? Pero para ello, también tenían la solución: plantear los estrenos como una experiencia, combinando la proyección de la película con los encuentros con el equipo, fiestas asociadas, eventos... Así, optan por ofrecer el valor añadido de una experiencia única. Atendiendo a las cifras actuales, en las que se consume mucha más cultura pero no se está dispuesto a pagar tanto por ella, Riot Cinema Collective prefiere sumarse al enemigo y ha ofrecido a los espectadores, como contrapartida, cosas que no se pueden copiar, de forma similar a lo que ocurre con el fenómeno fan de la industria musical en las giras de los artistas.
Entre las experiencias que ofrece “El Cosmonauta” existe la posibilidad de organizar una proyección de la película en cualquier lugar del mundo. Desde Kyev hasta Fuengirola y pasando por lugares como Toulousse o Montreal, los usuarios han organizado proyecciones de la obra, solicitándolo a través de internet con una mecánica que resulta insultantemente sencilla: si el acceso a la proyección que organizas es gratuito, bienvenido seas. Si vas a cobrar entrada, el 50% de la taquilla será para la productora.
“El Cosmonauta” también ofrece a los fans la posibilidad de crear un nuevo montaje de su trailer y ya hay mas de 100 vídeos realizados por los internautas en los que dan una vuelta de tuerca al teaser inicial de la película. “¿Por qué permitir que miles de usuarios tengan acceso a tu material original para modificarlo a su antojo?”, podría estar preguntándose, de nuevo, más de un realizador audiovisual en este momento. La base del proyecto de Nicolás Alcalá es aprovechar las formas de consumo de cultura actuales, sabiendo que esto genera infinitas nuevas posibilidades, ya no sólo de negocio, sino de distribución y promoción en términos masivos.
Entre los contenidos transmedia de “El Cosmonauta” también se nos presenta “The Hummingbird”, un falso documental sobre un grupo de realizadores que visita el rodaje de la película y que descubren una leyenda negra, siguiendo pistas que les acercarán -y les alejarán a la vez- de la verdad, recorriendo lugares donde se produjeron supuestos hechos desconocidos del programa espacial soviético. Añaden a toda esta experiencia el álbum de recuerdos de “El viaje del cosmonauta”, a modo de diario, notas y pensamientos de los tres protagonistas durante los tres años en que transcurre su historia, mezclados con sucesos históricos y pensamientos de los tres creadores del proyecto en forma de libro que se puede disfrutar tanto impreso como digital.
Y por último, destaca su particular “making of” (cómo se rodó), cuyo nombre ya es un presagio de las calamidades de este equipo rodando la película: “Bronking of”, al más puro estilo “Lost in La Mancha” de Terry Gilliam. En palabras de los creadores, “es el testimonio de una de las cosas más difíciles que hemos hecho en nuestra vida: rodar El Cosmonauta”.
Sorprende la cantidad de horas de contenidos extra para las distintas plataformas que se han creado alrededor de “El Cosmonauta” y es todo este universo el que les ha llevado a ser ganadores de premios como los INVI (Premios a la Innovación Audiovisual en Internet por RTVE), Campus Party, La Red Innova 2010 o LATC. Y es que Nicolás Alcalá, Bruno Teixidor y Carola Rodríguez han sabido entender hacia dónde se dirige el modelo de ficción audiovisual y anticiparse a los cambios que, antes o después, sufrirá el modelo cinematográfico en España, independientemente de las críticas que su largometraje haya recibido como obra de arte.
La directora Justine Triet se hizo con la Palma de Oro en Cannes, así como con el Óscar al Mejor Guion Original, dos Globos de Oro y un BAFTA, entre muchos otros reconocimientos, gracias a este thriller judicial escrito a cuatro manos junto a Arthur Harari.
Adolfo Aristarain está en todas las películas que ha escrito y dirigido: en La parte del león, Tiempo de revancha, Un lugar en el mundo, La ley de la frontera, Martín (Hache), Lugares comunes y Roma -por el momento, su último trabajo-. Y no solo en un personaje, sino en todos los que reflejan su preocupación por encontrar un lugar en el mundo. Él ha encontrado el suyo en Buenos Aires, donde recibió la noticia de que la Academia de Cine le había concedido la Medalla de Oro 2024.
En la España de posguerra, y con un ambiente opresivo de curas ultra franquistas que obligan a sus alumnos a entonar la cara al sol como si les fuera la vida en ello, Ricardo, un buen padre de familia, intelectual de izquierdas, se verá obligado a vivir escondido en su propia casa haciéndose pasar por muerto. Mientras, su mujer Elena será acosada por un joven diácono que atraviesa una fuerte crisis vital.
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