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Etiquetas | Crítica literaria | Biografía | Carlos V | Geoffrey Parker
Todo libro escrito pretende siempre dar respuesta a una serie de cuestiones que preocupan o interesan a su autor

‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’ de Geoffrey Parker. Monumental biografía

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A lo largo del tiempo, la escuela historiográfica británica ha producido una serie de hispanistas de gran nivel. Raymond Carr, Paul Preston, Hugh Thomas, John Elliott, Henry Kamen o Geoffrey Parker son una muestra de ello. Precisamente Geoffrey Parker (Nottingham, Reino Unido, 1943), reconocido especialista en los siglos XVI y XVII, alumno aventajado de Elliot (durante mi etapa universitaria Elliott era autor de obligada lectura y consulta), con más de treinta títulos en su haber, acaba de poner a la venta en las librerías su hasta ahora último trabajo: ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’, publicada por Planeta. Los libros de Parker se han erigido en obras de referencia, indispensables para cualquier ser humano que se acerque a un periodo histórico tan interesante como la Edad Moderna que, no lo olviden, comprende desde Colón y su descubrimiento, hasta la revolución francesa y sus guillotinados. Centradas varias de sus publicaciones (‘La gran estrategia de Felipe II’, ‘Felipe II; la biografía definitiva’ o ‘El rey imprudente, la biografía esencial de Felipe II’) en la figura del monarca español Felipe II, es ahora, en 2019, cuando ha visto la luz una monumental biografía, en el que aborda la figura de su padre, Carlos V. Las novecientas noventa páginas que componen el volumen, incluido, un índice onomástico y una copiosa bibliografía (cincuenta y nueve páginas), están divididas en cuatro partes (El joven Carlos; Juego de tronos; «Soberano desde donde sale el sol hasta el ocaso»; y Caída) y unos Apéndices.


«¿Necesita verdaderamente el mundo otro libro sobre Carlos V, soberano de España, Alemania, Países Bajos, media Italia y gran parte de la América central y del sur?» De este modo inicia Geoffrey Parker su biografía carolina y encuentra pronto respuesta a su pregunta: sí. Aunque, según el catálogo WorldCat, sobre su imperial figura se han escrito más de quinientas obras, que abarcan desde las memorias redactadas por el propio emperador hasta los más recientes estudios historiográficos, según el británico todas ellas contienen errores o ignoran algunas fuentes documentales. Una de las dificultades más importantes que supone acometer la tarea de biografiar al habsburgués es la ingente cantidad de documentación que existe en torno a su figura y que es obligado manejar. Dejando aparte su fecunda producción epistolar, se calcula que Carlos V firmó más de cien mil documentos en diversas lenguas, «añadiendo una postdata ológrafa a muchos de ellos», según Parker.

Carlos V se afanó en inmortalizar su figura para la posteridad. Posó para retratistas, patrocinó la elaboración de crónicas, encargó obras de música y arte, construyó palacios y protagonizó exhibiciones propagandísticas de gran nivel, especialmente a través de sus solemnes entradas en las ciudades. Su efigie se reprodujo en monedas, libros y carteles y contrató a cientos de poetas, pintores, escultores, vidrieros, impresores, joyeros, historiadores y escribientes para proyectar su imagen de la manera más adecuada a los usos de entonces. Una aparatosa y completa operación de marketing, como pueden comprobar.

Todo libro escrito pretende siempre dar respuesta a una serie de cuestiones que preocupan o interesan a su autor. Y eso no sólo ocurre con los escritores de ficción. También con los sabuesos de la historia. En este sentido, Geoffrey Parker deja bien claras sus intenciones de arrojar luz sobre tres asuntos clave: cómo tomó Carlos V las decisiones cruciales que le llevaron a crear, preservar y expandir su imperio; ¿cuáles fueron las causas de sus fracasos políticos: defectos estructurales o limitaciones personales?; y ¿cómo era vivir en el mundo de Carlos? ¿Cómo era ser un emperador? Para conseguir su propósito, las fuentes de documentación disponibles son suficientes aunque dispares, porque no todo lo que hizo el Carlos V quedó recogido en documentos escritos. Desconocemos cómo era su vida mientras comía, defecaba o dormía y, sobre todo, lo que sucedía en estos tiempos muertos que existen en la vida de todo ser humano. ¿En qué los empleaba? ¿Qué hacía después de ganar una batalla? Se sabe que dedicaba un tiempo diario a la oración y que durante la Semana Santa se recluía en un convento, donde se negaba a tratar cualquier asunto de incumbencia pública. Quizá para compensar esta circunstancia, abundantes amigos y enemigos escribieron mucho sobre él. Hasta su abdicación y desde su nacimiento, «los diplomáticos extranjeros observaron e informaron de todas sus acciones, palabras y gestos; y una docena o más de testigos presenciales dejaron constancia de actos públicos importantes», afirma Parker. También los cortesanos conocieron de primera mano su existencia viajera. De sus viajes por tierra hay constancia por escrito y, cuando se retiró a Yuste, dos monjes llevaban un diario donde informaban de todo lo que su señor había dicho y hecho.

En esta biografía, Parker ha abordado tanto los aspectos positivos de la vida del emperador (su interés por defender los derechos de los nativos americanos tras conocer la muerte de todos los naturales de la Española y de Cuba) y los negativos (cuando Carlos negó su intención de saquear Roma y apresar al papa Clemente, cuando incumplió su promesa solemne de casar a Felipe, su hijo, con una princesa portuguesa o cuando mantuvo confinada bajo vigilancia a su madre Juana).

En un momento dado, Carlos V encargó a Juan Páez de Castro (Quer, Guadalajara, ¿1510?-1570), versado en seis idiomas, conocedor del Derecho, Historia Natural, Matemáticas y diseñador de la biblioteca de San Lorenzo del Escorial, la escritura de su vida. Fueron tantos los buenos propósitos de Páez, tantos sus desvelos «para dar el lustre que yo deseo a esta obra», que ambos, emperador y escribano, murieron antes de que Páez hubiera conseguido escribir ni tan solo una línea de su magna obra. A pesar de la imposibilidad que encierra escribir una biografía completa, como afirma Geoffrey Parker, él ha tratado de seguir el esquema de trabajo que el quereño pergeñó para escribir la biografía de su señor. Para ello ha consultado miles de legajos, testimonios, documentos y bibliografía especializada, amén de hacer servir sus propios conocimientos y experiencia acumulada tras años de investigación histórica y visitar muchos de los lugares que pisó el mismo emperador. El resultado, salta a la vista, es esta espléndida biografía ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’. Monumental en todos los sentidos. Disfrútenla con calma.
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Ficha técnica

- Geoffrey Parker
- ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’
- Editorial Planeta, 2019.
- Tapa dura, 990 páginas.
- Precio: 24,90 €.

‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’ de Geoffrey Parker. Monumental biografía

Todo libro escrito pretende siempre dar respuesta a una serie de cuestiones que preocupan o interesan a su autor
Herme Cerezo
jueves, 14 de marzo de 2019, 16:22 h (CET)

A lo largo del tiempo, la escuela historiográfica británica ha producido una serie de hispanistas de gran nivel. Raymond Carr, Paul Preston, Hugh Thomas, John Elliott, Henry Kamen o Geoffrey Parker son una muestra de ello. Precisamente Geoffrey Parker (Nottingham, Reino Unido, 1943), reconocido especialista en los siglos XVI y XVII, alumno aventajado de Elliot (durante mi etapa universitaria Elliott era autor de obligada lectura y consulta), con más de treinta títulos en su haber, acaba de poner a la venta en las librerías su hasta ahora último trabajo: ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’, publicada por Planeta. Los libros de Parker se han erigido en obras de referencia, indispensables para cualquier ser humano que se acerque a un periodo histórico tan interesante como la Edad Moderna que, no lo olviden, comprende desde Colón y su descubrimiento, hasta la revolución francesa y sus guillotinados. Centradas varias de sus publicaciones (‘La gran estrategia de Felipe II’, ‘Felipe II; la biografía definitiva’ o ‘El rey imprudente, la biografía esencial de Felipe II’) en la figura del monarca español Felipe II, es ahora, en 2019, cuando ha visto la luz una monumental biografía, en el que aborda la figura de su padre, Carlos V. Las novecientas noventa páginas que componen el volumen, incluido, un índice onomástico y una copiosa bibliografía (cincuenta y nueve páginas), están divididas en cuatro partes (El joven Carlos; Juego de tronos; «Soberano desde donde sale el sol hasta el ocaso»; y Caída) y unos Apéndices.


«¿Necesita verdaderamente el mundo otro libro sobre Carlos V, soberano de España, Alemania, Países Bajos, media Italia y gran parte de la América central y del sur?» De este modo inicia Geoffrey Parker su biografía carolina y encuentra pronto respuesta a su pregunta: sí. Aunque, según el catálogo WorldCat, sobre su imperial figura se han escrito más de quinientas obras, que abarcan desde las memorias redactadas por el propio emperador hasta los más recientes estudios historiográficos, según el británico todas ellas contienen errores o ignoran algunas fuentes documentales. Una de las dificultades más importantes que supone acometer la tarea de biografiar al habsburgués es la ingente cantidad de documentación que existe en torno a su figura y que es obligado manejar. Dejando aparte su fecunda producción epistolar, se calcula que Carlos V firmó más de cien mil documentos en diversas lenguas, «añadiendo una postdata ológrafa a muchos de ellos», según Parker.

Carlos V se afanó en inmortalizar su figura para la posteridad. Posó para retratistas, patrocinó la elaboración de crónicas, encargó obras de música y arte, construyó palacios y protagonizó exhibiciones propagandísticas de gran nivel, especialmente a través de sus solemnes entradas en las ciudades. Su efigie se reprodujo en monedas, libros y carteles y contrató a cientos de poetas, pintores, escultores, vidrieros, impresores, joyeros, historiadores y escribientes para proyectar su imagen de la manera más adecuada a los usos de entonces. Una aparatosa y completa operación de marketing, como pueden comprobar.

Todo libro escrito pretende siempre dar respuesta a una serie de cuestiones que preocupan o interesan a su autor. Y eso no sólo ocurre con los escritores de ficción. También con los sabuesos de la historia. En este sentido, Geoffrey Parker deja bien claras sus intenciones de arrojar luz sobre tres asuntos clave: cómo tomó Carlos V las decisiones cruciales que le llevaron a crear, preservar y expandir su imperio; ¿cuáles fueron las causas de sus fracasos políticos: defectos estructurales o limitaciones personales?; y ¿cómo era vivir en el mundo de Carlos? ¿Cómo era ser un emperador? Para conseguir su propósito, las fuentes de documentación disponibles son suficientes aunque dispares, porque no todo lo que hizo el Carlos V quedó recogido en documentos escritos. Desconocemos cómo era su vida mientras comía, defecaba o dormía y, sobre todo, lo que sucedía en estos tiempos muertos que existen en la vida de todo ser humano. ¿En qué los empleaba? ¿Qué hacía después de ganar una batalla? Se sabe que dedicaba un tiempo diario a la oración y que durante la Semana Santa se recluía en un convento, donde se negaba a tratar cualquier asunto de incumbencia pública. Quizá para compensar esta circunstancia, abundantes amigos y enemigos escribieron mucho sobre él. Hasta su abdicación y desde su nacimiento, «los diplomáticos extranjeros observaron e informaron de todas sus acciones, palabras y gestos; y una docena o más de testigos presenciales dejaron constancia de actos públicos importantes», afirma Parker. También los cortesanos conocieron de primera mano su existencia viajera. De sus viajes por tierra hay constancia por escrito y, cuando se retiró a Yuste, dos monjes llevaban un diario donde informaban de todo lo que su señor había dicho y hecho.

En esta biografía, Parker ha abordado tanto los aspectos positivos de la vida del emperador (su interés por defender los derechos de los nativos americanos tras conocer la muerte de todos los naturales de la Española y de Cuba) y los negativos (cuando Carlos negó su intención de saquear Roma y apresar al papa Clemente, cuando incumplió su promesa solemne de casar a Felipe, su hijo, con una princesa portuguesa o cuando mantuvo confinada bajo vigilancia a su madre Juana).

En un momento dado, Carlos V encargó a Juan Páez de Castro (Quer, Guadalajara, ¿1510?-1570), versado en seis idiomas, conocedor del Derecho, Historia Natural, Matemáticas y diseñador de la biblioteca de San Lorenzo del Escorial, la escritura de su vida. Fueron tantos los buenos propósitos de Páez, tantos sus desvelos «para dar el lustre que yo deseo a esta obra», que ambos, emperador y escribano, murieron antes de que Páez hubiera conseguido escribir ni tan solo una línea de su magna obra. A pesar de la imposibilidad que encierra escribir una biografía completa, como afirma Geoffrey Parker, él ha tratado de seguir el esquema de trabajo que el quereño pergeñó para escribir la biografía de su señor. Para ello ha consultado miles de legajos, testimonios, documentos y bibliografía especializada, amén de hacer servir sus propios conocimientos y experiencia acumulada tras años de investigación histórica y visitar muchos de los lugares que pisó el mismo emperador. El resultado, salta a la vista, es esta espléndida biografía ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’. Monumental en todos los sentidos. Disfrútenla con calma.
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Ficha técnica

- Geoffrey Parker
- ‘Carlos V. Una nueva vida del emperador’
- Editorial Planeta, 2019.
- Tapa dura, 990 páginas.
- Precio: 24,90 €.

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