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La política institucional ofrece diariamente los más chuscos espectáculos

Rufián situacionista

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La exministra Dolors Monserrat, merced a su inhabilidad oratoria, recitó el pasado día 17 de octubre un auténtico poema dadaísta desde su escaño parlamentario. Mezcló doña Dolors una serie de recortes de actualidad con el objetivo de endosar al partido rival un dialéctico crochet, mas lo que consiguió fue ejecutar un acto que, en un alarde de generosidad, la vicepresidenta Carmen Clavo definió como “performance”. Cual si hubiera recortado fragmentos de noticias de actualidad ensamblándolos aleatoriamente, dio rienda suelta a su hilarante “show”. La periodista Natalia Junquera lo reflejó magistralmente en una crónica: “la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, le dio el turno de palabra y durante los siguientes minutos Montserrat se esforzó —y logró— en hacerse un hueco en la competitiva lista de ‘trending topics’ de las redes. ‘Tienen a las prostitutas desconcertadas’, afeó al Ejecutivo en un momento de su intervención, convertida en toda una fiesta de referencias geográficas, históricas, futbolísticas, de la Tierra a la Luna y de Waterloo a las ‘herriko tabernas abertzales’” (1), y la cosa siguió: “Enseguida llegaron los símiles: ‘Usted pone un esfuerzo ímprobo, pero su Gobierno parece el camarote de los hermanos Marx’” (2), y continuó añadiendo, por ejemplo: “Tienen a Màxim Huerta perplejo, por una sociedad instrumental lo enviaron a la Luna, y Borrell, Celaá y Pedro Duque continúan en la Tierra. Y Montón dice que no entiende nada, que solo plagió el máster, o sea, el programa final de máster y quien plagió la tesis continúa vivito” (3).


No mostró excesivo talento ni destreza la señora Montserrat a la hora de generar un momento impactante que contribuyera a menoscabar la imagen del Gobierno (ganándose, así, el favor ciudadano, y partisano); consiguió, por el contrario, ponerse en evidencia a sí misma; quizá por ello habría de pedir asesoría allende sus propias filas, quizá al diputado Rufián, quien se ha revelado como un diestro generador de “situaciones” que, partiendo de una denuncia, dejan cierto poso mediático, a fuer de granjearle cierta vitola de azote de lo execrable.


El diputado Gabriel Rufián llegó en su momento al Parlamento de la Nación y a fe que aprovecha cada momento que habita en tan ilustre casa para, cuando menos, dejar recados por doquier (y no exentos de fundamentos por lo general, todo sea dicho), bien emitidos vía oral en sesiones de control parlamentario o de debate sobre el estado de la Nación, o en comisiones de investigación varias; bien mediante acciones performativas de variado tenor: luciendo camisetas con estampados relativos a la candente cuestión que toque, llevando impresoras al escaño, o esposas...


El temperamento situacionista de Rufián, no lo es en puridad, toda vez que desarrolla sus acciones desde la institución (si bien ejerciendo de caballo de Troya), llevando a cabo aquel verso de la canción de Kortatu: “aunque esté todo perdido, siempre queda molestar”… y molesto es para muchos el bueno de Rufián, un tipo que hace uso de técnicas situacionistas en un ámbito peregrino, ya que integra el espectáculo entendido (por Debord y otros) como forma de dominación, pues hoy los políticos integran un espectáculo tan bufo que se hace cada vez más difícil superarlo por la vía satírico-espectacular. La provocación viene desde arriba, de manera burda por demás, brindándole los programas casi hechos a espacios como El Intermedio.


Siguiendo con Rufián, quien tanto empezara a dar que hablar desde la pronunciación de aquel discurso uno de cuyos párrafos traemos aquí: “¿No les da vergüenza ser republicanos pero monárquicos, socialistas pero neoliberales, obreros pero en consejos de administración y de izquierdas pero dando el poder a la derecha? Les aviso que el mercado de marcas blancas del PP está saturado, entre los Cínicos Naranjas y su escisión Forocoches”. Hemos de decir que su partido ya está experimentado en acciones provocativas con eco mediático, como cuando el entonces diputado Joan Puig, allá por 2005, se bañó en la célebre piscina mallorquina de Pedro J Ramírez en aras de reivindicar un derecho de paso suspendido administrativamente. Y otros célebres provocadores brotados de entre las filas de Esquerra Republicana fueron el malogrado Heribert Barrera, con sus polémicas manifestaciones; Carod Rovira, tan puntilloso con la forma en que se lo nombraba en Madrid o en China; Joan Tardá, tan extemporáneo y expeditivo…


Y si a la señora Montserrat le da así como aprensión solicitar asesoría a Rufián, hoy el PP tiene a gentes como Fernando Martínez Maíllo o Teodoro García, denodados buscadores de la epatante declaración (en pos de alcanzar algún día la hernandiana estela), de quienes pueden aprender las señoras Montserrat y García Tejerina. Iremos viendo.


Notas

(1) Junquera, N. (18-10-2018): “La ‘performance’ de Dolors Monserrat”, “El País”, p. 16.

(2) Ibid.

(3) Ibid.

Rufián situacionista

La política institucional ofrece diariamente los más chuscos espectáculos
Diego Vadillo López
viernes, 19 de octubre de 2018, 08:35 h (CET)

La exministra Dolors Monserrat, merced a su inhabilidad oratoria, recitó el pasado día 17 de octubre un auténtico poema dadaísta desde su escaño parlamentario. Mezcló doña Dolors una serie de recortes de actualidad con el objetivo de endosar al partido rival un dialéctico crochet, mas lo que consiguió fue ejecutar un acto que, en un alarde de generosidad, la vicepresidenta Carmen Clavo definió como “performance”. Cual si hubiera recortado fragmentos de noticias de actualidad ensamblándolos aleatoriamente, dio rienda suelta a su hilarante “show”. La periodista Natalia Junquera lo reflejó magistralmente en una crónica: “la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, le dio el turno de palabra y durante los siguientes minutos Montserrat se esforzó —y logró— en hacerse un hueco en la competitiva lista de ‘trending topics’ de las redes. ‘Tienen a las prostitutas desconcertadas’, afeó al Ejecutivo en un momento de su intervención, convertida en toda una fiesta de referencias geográficas, históricas, futbolísticas, de la Tierra a la Luna y de Waterloo a las ‘herriko tabernas abertzales’” (1), y la cosa siguió: “Enseguida llegaron los símiles: ‘Usted pone un esfuerzo ímprobo, pero su Gobierno parece el camarote de los hermanos Marx’” (2), y continuó añadiendo, por ejemplo: “Tienen a Màxim Huerta perplejo, por una sociedad instrumental lo enviaron a la Luna, y Borrell, Celaá y Pedro Duque continúan en la Tierra. Y Montón dice que no entiende nada, que solo plagió el máster, o sea, el programa final de máster y quien plagió la tesis continúa vivito” (3).


No mostró excesivo talento ni destreza la señora Montserrat a la hora de generar un momento impactante que contribuyera a menoscabar la imagen del Gobierno (ganándose, así, el favor ciudadano, y partisano); consiguió, por el contrario, ponerse en evidencia a sí misma; quizá por ello habría de pedir asesoría allende sus propias filas, quizá al diputado Rufián, quien se ha revelado como un diestro generador de “situaciones” que, partiendo de una denuncia, dejan cierto poso mediático, a fuer de granjearle cierta vitola de azote de lo execrable.


El diputado Gabriel Rufián llegó en su momento al Parlamento de la Nación y a fe que aprovecha cada momento que habita en tan ilustre casa para, cuando menos, dejar recados por doquier (y no exentos de fundamentos por lo general, todo sea dicho), bien emitidos vía oral en sesiones de control parlamentario o de debate sobre el estado de la Nación, o en comisiones de investigación varias; bien mediante acciones performativas de variado tenor: luciendo camisetas con estampados relativos a la candente cuestión que toque, llevando impresoras al escaño, o esposas...


El temperamento situacionista de Rufián, no lo es en puridad, toda vez que desarrolla sus acciones desde la institución (si bien ejerciendo de caballo de Troya), llevando a cabo aquel verso de la canción de Kortatu: “aunque esté todo perdido, siempre queda molestar”… y molesto es para muchos el bueno de Rufián, un tipo que hace uso de técnicas situacionistas en un ámbito peregrino, ya que integra el espectáculo entendido (por Debord y otros) como forma de dominación, pues hoy los políticos integran un espectáculo tan bufo que se hace cada vez más difícil superarlo por la vía satírico-espectacular. La provocación viene desde arriba, de manera burda por demás, brindándole los programas casi hechos a espacios como El Intermedio.


Siguiendo con Rufián, quien tanto empezara a dar que hablar desde la pronunciación de aquel discurso uno de cuyos párrafos traemos aquí: “¿No les da vergüenza ser republicanos pero monárquicos, socialistas pero neoliberales, obreros pero en consejos de administración y de izquierdas pero dando el poder a la derecha? Les aviso que el mercado de marcas blancas del PP está saturado, entre los Cínicos Naranjas y su escisión Forocoches”. Hemos de decir que su partido ya está experimentado en acciones provocativas con eco mediático, como cuando el entonces diputado Joan Puig, allá por 2005, se bañó en la célebre piscina mallorquina de Pedro J Ramírez en aras de reivindicar un derecho de paso suspendido administrativamente. Y otros célebres provocadores brotados de entre las filas de Esquerra Republicana fueron el malogrado Heribert Barrera, con sus polémicas manifestaciones; Carod Rovira, tan puntilloso con la forma en que se lo nombraba en Madrid o en China; Joan Tardá, tan extemporáneo y expeditivo…


Y si a la señora Montserrat le da así como aprensión solicitar asesoría a Rufián, hoy el PP tiene a gentes como Fernando Martínez Maíllo o Teodoro García, denodados buscadores de la epatante declaración (en pos de alcanzar algún día la hernandiana estela), de quienes pueden aprender las señoras Montserrat y García Tejerina. Iremos viendo.


Notas

(1) Junquera, N. (18-10-2018): “La ‘performance’ de Dolors Monserrat”, “El País”, p. 16.

(2) Ibid.

(3) Ibid.

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