“Wilma” nació de la nada el 16 de octubre de 2005 antes de las 16:30 horas en el Mar Caribe, unos 850 km al este-sureste de Cancún con partida de nacimiento como “Depresión Tropical 24”. El 17 ya era la Tormenta Tropical “Wilma”, el 18 un Huracán Categoría 1 y el 19 antes de las 07:30 horas, se transformó en un catastrófico Huracán de Categoría 5, iniciando su peligroso y lento raid hacia el Golfo de México.
Jueves, 20 de octubre de 2005
Paleotempestología. Nombre extraño, ¿no?. Días pasados un artículo publicado poco después de “Katrina”, “Rita” y “Stan”, en clara alusión a “Wilma” decía que el frágil sistema climático terrestre no se adaptaría a cambios tan veloces impuestos por el calentamiento global del planeta. Hace 8 años que investigo y publico el resultado de mis hallazgos y también me hago a diario esas y otras preguntas.
Creo haber leído mucho y bueno sobre huracanes durante este largo tiempo de mi investigación, y he llegado a la conclusión de que el supuesto cambio climático del planeta que considero no es homogéneamente global y sí heterogéneo, normal y permanente, deja inalterado aquello de que “no hay nada nuevo bajo el sol” en lo referido a huracanes, con la debida reserva del huracán “Catarina” que azotó recientemente el Atlántico Sur afectando el Noreste de Brasil, considerado por los expertos una rareza, calificativo que debería ser ratificado por los paleotempestólogos.
La paleotempestología, es una ciencia que se dedica a conocer el pasado de los huracanes para saber como fueron, compararlos con los actuales y permitir llegar a predecir su comportamiento futuro, a fin de minimizar o evitar estas masacres masivas que estamos presenciando.
Según esta ciencia que estudia las capas de sedimentos en las zonas azotadas por este fenómeno, el mismo es de carácter cíclico y alcanza períodos de máxima virulencia cada 1500 años, situación en la que estamos entrando. A esto se sumaría que el ser humano también es responsable por vivir en zonas de alto riesgo que en el pasado han sido azotadas por vendavales similares con pérdidas aún mayores que hoy.
Esto no significa quitar su cuota parte en el aumento de la cantidad o virulencia de estos fenómenos prehistóricos a la supuesta aceleración antropogénica del efecto invernadero natural, pero creo que hay que ir dejando de ver este problema por partes, tarea de “especialistas” y empezar a verlos como un todo interrelacionado e interactuante, labor que exige cada vez más la existencia de “especialistas” y “generalistas”, capaces de visualizar el todo y no tan solo las partes, siguiendo sistemas de pensamiento complejo y sistémico como los impulsados por pensadores como Morin y Senge.
Si no lo hacemos, nos puede suceder lo que a aquellos 3 ciegos del cuento sufí que estaban agarrados respectivamente a una pata, la trompa y una oreja de un elefante, y creían que el miembro a que vivían aferrados era el elefante todo”.
Viernes 21 de octubre de 2005
Resulta sorprendente que se explique poco o nada sobre los huracanes de siglos pasados, cuando los fenómenos climáticos solo quedaban registrados en los cuadernos de bitácora, pero normalmente luego del paso del huracán, lo más probable era que libro de bitácora y buque, desaparecieran y durmieran en el fondo del mar. Los desastres marítimos se basaban generalmente en relatos de los sobrevivientes.
En el pasado los huracanes viajaban a mucha más velocidad que las noticias. Hoy los vemos en vivo y en directo gracias a los medios de comunicación que nos permiten estar virtualmente en el lugar de los hechos en vez de enterarnos días, semanas o meses después, como ocurría en el pasado muy cercano.
El huracán más terrible de la historia reciente parece haber sido el "Gran Huracán" de 1780 que azotó las Antillas Menores, Martinica, y Barbados, dejando un saldo de 40.326 muertos en tierra y unos cuantos miles más en el mar.
La letanía que no conforma al espíritu investigador ni a “Doña Rosa” del periodista Argentino Bernardo Neustadt, es la que cae en el simplismo de acusar al enemigo único elegido que es el anhídrido carbónico y el consecuente supuesto calentamiento global del planeta. Pero, ¿por qué no se cuenta todo esto otro a la gente para que cada uno pueda enterarse del "todo" y con la luz natural de la razón elegir su propia verdad? No lo entiendo y como "el que calla otorga", yo no me callo para otorgar y digo que no encuentro fundamentos convincentes en esa explicación.
Sábado, 22 de octubre de 2005 (01:35, hora de Madrid)
“Wilma” sigue su errática trayectoria que culminará cuando se transforme en tormenta tropical, depresión y finalmente se esfume como se formó. Una de las principales razones de la existencia de los huracanes en la naturaleza es en mi opinión, similar a la que cumple la “cinta transportadora” oceánica, cual es la transmisión de calor horizontal desde las zonas calientes hacia las frías por razones físicas. Es uno de los abanicos que utiliza la Diosa Gaia (Tierra) de la Teogonía de Hesíodo y de la Hipótesis de Sir James Lovelock para refrescarse. Esta función la vienen cumpliendo desde la prehistoria y la humanidad con la tecnología actual, nada puede hacer para evitarlo. Y si lo lograra, impediría a ese agente natural que cumpla con su función lo que tal vez traería a la larga aparejados males mayores. Las zonas costeras de ese paraíso que es el Mar Caribe y el Golfo de México, están densamente habitadas durante la temporada de huracanes por población nativa y turistas que van en estampida año tras año a disfrutar del calor tropical, las playas y todos sus encantos. Lamentablemente en lo mejor de la diversión, aparecen estos descomunales ventiladores de la naturaleza que al cumplir su función, destruyen todo a su paso. Pero al evaluar el seguramente desastroso saldo de Wilma, lo debemos comparar con el “Gran Huracán” y tantos otros que asolaron a lo largo de los tiempos para ver si realmente “hay algo nuevo bajo el sol” en lo que se refiere a huracanes, antes de seguir con la cantilena de la acusación al recalentamiento del planeta y la aceleración del efecto invernadero por razones humanas.
Domingo, 23 de octubre de 2005 (01:30, hora de Madrid)
Mientras seguimos el terrible e impredecible derrotero de “Wilma” ahora en la costa de México, mañana tal vez en Florida, hagamos un poco de historia. ¿Cómo era el mundo occidental cuando cayó el “Gran Huracán” de 1780 considerado el más terrible de los últimos tiempos históricos?. Se produjo dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea, con procesos tan importantes como el desarrollo de la Primera Revolución Industrial, la Independencia de los EEUU y la Revolución Francesa. Europa era el centro del mundo. A modo de marco de referencia recordemos por ejemplo que en Francia reinaba Luis XVI, en España Carlos III, en Inglaterra Jorge III y en Rusia Catalina la Grande. El transporte terrestre en aquel momento era de tracción animal y la navegación a vela. Si bien ya estaba inventada la máquina a vapor, aún no se había empleado eficaz y masivamente en los medios de transporte pues era muy primitiva e ineficiente, es decir que no había emisiones extra de anhídrido carbónico masivo a la atmósfera fuera de la quema de madera para cocción y calefacción y aceite para iluminación. No había comenzado aún la Era del Carbón y estaba lejos la del Petróleo y el reinado del motor de combustión interna. En las ciudades había mucho más metano que ahora, por flatulencias y estiércol de animales que traccionaban los medios de transporte individual, masivo y de cargas de la época.
Lunes, 24 de octubre de 2005 (23:30, hora de Madrid)
“Wilma” partió de Yucatán como Categoría 2 y se dirigió a La Florida como 3. Entró como 3, atravesó La Florida como 2 donde estuvo 6 horas y al entrar al Atlántico paso nuevamente a Categoría 3.
Martes, 25 de octubre de 2005 (16:30, hora de Madrid)
La gente que sufrió el “Gran Huracán” tuvo menos suerte que la que soportó “Wilma”, ya que los últimos gozaron de alertas tempranas, seguimientos de trayectoria por satélite, monitoreos por modelos computacionales, televisión, helicópteros, rutas, medios de transporte veloces para alejarse, celulares, refugios seguros, planes de evacuación, solidaridad internacional rápida, etcétera. Los primeros, tal vez ni se enteraron que enfrentaron y murieron por obra y gracia de aquel gigantesco huracán.
En este momento “Wilma” a la edad de 9 días, se desplaza sobre el mar con trayectoria paralela a la costa, estimándose que no causará más daños y que el jueves probablemente muera como nació, ya que habiendo nacido de la nada en el mar, se esfumaría en la nada en el mar, dejando tras su paso un saldo de 17 muertos y millonarias pérdidas materiales. Si no estuviésemos nosotros para contar lo vivido, “Wilma” sería una tarea detectivesca más a descifrar por los paleotempestólogos del futuro, a desentrañar del rompecabezas inserto en las hojas estratigráficas del gigantesco libro geológico donde sin duda, dejó estampada su firma inconfundible de catastrófico huracán de categoría 5.
Pero el problema de fondo subsiste y es determinar si la causa está en los Ciclos Naturales o en el Recalentamiento del Planeta. Y yo me pregunto: ¿Es que nadie se acuerda que existen el Sol y los Ciclos de las Manchas Solares que estuvieron sobre el “Gran Huracán”, “Wilma” y todos los huracanes que fueron y que también estarán sobre los que vendrán?. En fin. En mi opinión, las dos posturas tienen parte de la razón, pero la verdad mejor y más completa consistiría en hallar y explicar en un artículo breve, conciso, concreto, fácil como para que lo entienda la abuelita como dijo Einstein, donde esté relatada como un cuento la Resultante Climática o el resultado de la Cinchada Climática en tiempos históricos y geológicos, informe que debería ser realizado por los “especialistas” y “generalistas” del IPCC de la ONU, máximo organismo científico mundial creado para entender todo sobre el Cambio Climático.
Éste, como todos mis artículos, no está referido a ningún país en particular, habida cuenta que el cambio climático es un fenómeno global.
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