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En esto de las sensaciones se rebelan las trayectorias emergentes frente a los numerosos intentos de los supuestos expertos. Entramos en el maravilloso mundo de las experiencias intransferibles e inexpugnables donde la vitalidad personal cobra prestancia por encima de sus enemigos. En tan extraordinario panorama se pone de manifiesto el amplio abanico de las posibilidades personales.
Me encantan esos batalladores espíritus poéticos, como aquellos eternos cultivadores del verbo y la palabra, que se muestran en cada paso con pensamientos nuevos, auténticos y cargados de esperanza. Sin embargo, me cansa este ánimo mundano que todo lo reduce al interés, puesto que lleva consigo un afán corrupto, que practica la destrucción de sí mismo y la de los demás, mientras camina sin horizontes, porque es incapaz de mirar las cosas desde muchos puntos de vista.
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