Social
Para las gentes de voluntad no hay ocasos
Por ello, es fundamental limar nuestras diferencias si en verdad queremos transformar nuestro futuro y que el porvenir sea más justo y armónico para todos. Querer es poder. Para empezar, los gobiernos tienen que amar más a su gente y servirla mejor.
El buen pastor
Un conocido siquiatra barcelonés, que quiere conservar la identidad en el anonimato, comentaba ayer que se ha producido un aumento notable de las consultas a lo largo de esta semana relacionadas con los efectos de la situación política” (La Vanguardia 8/10/2017).
Un caminante sin amor es como un río son agua
Desde que Machado dijese aquello de: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”; multitud de seres humanos solemos evocarlo, no así viviéndolo, con la asiduidad que hemos de hacerlo.
Todo lo que vive se complementa
En efecto, esta complementariedad que está en la base de todo, debiéramos aprender a valorarla, cuando menos para adquirir otros lenguajes más armónicos y poder vivir unidos.
De una ética indolora a un voluntariado comprometido
He vuelto a hojear el libro que Lipovetsky escribió hace veinticinco años con el título “El crepúsculo del deber” que lleva como subtítulo: “La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos” y la realidad confirma todas sus apreciaciones.
Apuesta por una vida más armónica
De pronto, te encuentras en cualquier esquina un volcán de absurdas luchas que nos dejan sin palabras. Son muchas las atrocidades que se cometen a diario contra personas débiles.
No cabe dialogar con los que activan el odio incumpliendo la ley
Por el bien de todos se requieren servidores auténticos, con compromiso hacia ese bien colectivo, que cultiven la honradez y el sentido de Estado, ejemplarizando sus actuaciones. Los españoles, precisamente, estamos viviendo ahora momentos muy graves para nuestra vida democrática, en parte porque los poderes del Estado caminan como aletargados.
Un mundo único que ha de ser morada de todos
No se puede parcelar el mundo. La especie humana está llamada a entenderse. Nos unen tantos lazos que tiene poco sentido activar las divisiones. Hemos de ser una familia, y como tal, hemos de saber convivir sin muros. No puede cohabitar entre nosotros distancia alguna, puesto que todos nos necesitamos.
Formar, informar y entretener
La mayor parte de la programación de las diversas cadenas televisivas se basa en postulados totalmente distintos a las premisas anteriormente citadas.
Para vivir hay que saber respetar
Tenemos que respetarnos, hasta el punto de que el primer efecto a considerar, es inspirar un gran aprecio por todo ser humano, lo que nos exige articular nuevos abecedarios de acogida.
El momento de la tenebrosidad en escena
Hay mucho pregonero sin conciencia. También abundan los gobernantes mundanos, sin sabiduría alguna. Deberíamos aprender de nuestra propia historia y ser más honestos con nosotros mismos.
Nada dura para siempre
A pesar de los muchos enfrentamientos que nos dividen, puesto que los conflictos parecen propagarse y los desastres naturales, como terremotos y huracanes, tampoco dejan de sorprendernos, siempre hay motivos para abrirse a la esperanza y trabajar unidos por un futuro mejor.
Somos historia y esperanza
Hoy más que nunca necesitamos hazañas conjuntas para rescatarnos unos a otros de las muchas cruces impuestas en el diario de nuestra vida, puesto que ha de ser más armónico, para poder reflexionar y hacer memoria.
Por un estado de ánimo más armónico
No puede fermentar esa tensión de aborrecimiento y venganza por mucho tiempo. Lo prioritario, a mi juicio, radica en la entrega de armas y en volcarse hacia otros horizontes, con otros abecedarios más del corazón que del cuerpo.
¿Progresamos?
Durante mucho tiempo creí que la marcha del mundo era un avance imparable hacia el progreso, hacia una convivencia cada vez más fraterna en la que iban superándose los enfrentamientos de otras épocas, de otros momentos.
Tocando fondo: la degradación de lo humano
Precisamente, esa fuerza transformadora de los corazones, radica en el ropaje interior de cada cual, por lo que es ineludible cohesionar latidos desde todas las culturas y buscar la manera de fraternizar actitudes, sobre todo activando el culto a la coherencia con la autenticidad de lo que somos.