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“Me llamo Sergio, tengo 27 años y soy exconsumidor de pornografía desde hace más de dos años. De toda mi vida, he vivido realmente 13 de verdad, el resto los he pasado como adicto al placer del porno. Cuando cumplí 11 años, un compañero de clase de informática me enseñó un videojuego virtual con el que acabé siendo adicto en el transcurso de los años…"
Recientemente, se emitía en TV3, el documental “Generación Porno”. Un documental que ha puesto sobre la mesa una realidad inquietante que arroja datos como que el 50% de los niños de 11 a 13 años ha visto pornografía en internet. Esto, tal y como se ha asegurado, tiene consecuencias nefastas, puesto que el consumo precoz de porno violento es un factor destacado en el incremento de la violencia sexual de menores.
Andaba yo preguntándome qué es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad para que se muestre tan insensible ante noticias tan alarmantes como las de que en un colegio de Cáceres tres compañeros de clase de ¡seis años! han agredido sexualmente a una niña de la misma edad o que se ha utilizado la Inteligencia Artificial mediante una app para que un grupo de menores de Almendralejo (Badajoz) hayan desnudado virtualmente a sus compañeras.
La industria del entretenimiento para adultos, más conocida como la pornografía, ha sido objeto de controversia y debate durante décadas. Uno de los temas más críticos y persistentes dentro de esta industria es la cosificación de la mujer. La cosificación, entendida como la reducción de una persona a un mero objeto sexual, plantea cuestionamientos profundos sobre género, igualdad y ética en un contexto en el que las representaciones visuales desempeñan un papel crucial en la formación de nuestras percepciones sociales.
Últimamente se está intentando desexualizar todo, y no me malinterpretéis, lo veo perfecto, no debería haber diferencias simplemente por ser mujer u hombre, pero… ¿en serio creéis que mujeres y hombres somos iguales? Yo creo que somos dos planetas tan alejados el uno del otro que fingimos entendernos, porque estamos programados para eso.
El sistema está a punto de quebrar. Esa es la afirmación que ha hecho recientemente el Centro Nacional para los Niños Desaparecidos y Explotados en un reciente estudio sobre la pornografía infantil que se distribuye en internet. Por más medios que se ponen sobre la mesa y más recursos destinados a combatirla, la situación no deja de agravarse con más y más casos registrados y con unas fuerzas de seguridad totalmente desbordadas ante una ola que se le hace especialmente grande.
Fruto de la irrupción de las nuevas tecnologías, la industria pornográfica española ha conseguido desarrollarse en las redes, pasando de ser un entretenimiento a un negocio. Gracias a ello en España han labrado sus carreras los mejores actores y actrices del panorama internacional, algunos tan reconocidos como Nacho Vidal, Lucía Lapiedra o Rebeca Linares.
El trabajo nos provoca estrés y ansiedad. Sin duda, los ritmos en el ámbito laboral han cambiado radicalmente gracias a la llegada de Internet. Todo ello junto a los problemas personales, políticos y sociales, nos generan una gran angustia.
Las nuevas generaciones han crecido junto a una pantalla con conexión permanente; una ventana a un mundo en el que el 30% del contenido es pornográfico, según un estudio de Psychology Today.
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