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La humedad no se ve, pero se siente. Y en los edificios históricos, se acumula durante años hasta que deja huella: grietas, manchas, olor a cerrado, materiales que se deterioran. La piedra se resquebraja, la madera se hincha, el papel se ondula. Lo que parecía una simple mancha se convierte, con el tiempo, en una amenaza para el alma de un edificio. En este escenario, Humix irrumpe con una propuesta innovadora y respetuosa.
Cuando hablamos de cuidar una vivienda o un local comercial, hay algo que a menudo se subestima hasta que se convierte en un problema evidente: las humedades. Más allá de ser una simple cuestión estética, su presencia puede comprometer seriamente tanto la estructura de los edificios como la salud de quienes los habitan. Las humedades por capilaridad, en particular, son un desafío silencioso que afecta a más inmuebles de los que imaginas, sobre todo en zonas bajas y sótanos.
Es bastante común que en las estructuras se presente humedad. Por eso, es necesario resolver tales condiciones con sistemas de impermeabilizaciones. Esta es la alternativa más efectiva a mediano y largo plazo. Básicamente, consiste en la aplicación de sustancias tales como resinas, emulsiones, polímeros y la fibra de vidrio, además de otros.
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