| ||||||||||||||||||||||
Los sofocos son uno de los principales síntomas de la menopausia y se agravan durante el verano. La incontinencia urinaria suele aparecer en esta etapa a causa del debilitamiento del suelo pélvico.
Se aumenta la velocidad del viento debido a días de intenso calor y si a eso se suman altos márgenes de humedad y una atmósfera agitada, es más que probable que se produzca una tormenta de este tipo.
Los medios de difusión transmiten una sensación de que nos estamos introduciendo subrepticiamente en las “calderas de Pedro Botero”. A lo largo de toda mi dilatada vida cada año hemos pasado unos días en los que hemos sufrido “las calores”.
Los medios de comunicación, nos pasan una batería de números y de porcentajes que cualquiera sabe si son verdad. Por mi parte he dejado de creérmelos ya se refieran al número de parados, de nuevos contratos o de infectados por el COVID o la viruela del mono. Esto parece el fin del mundo.
Sufrimos un calor asfixiante con temperaturas altísimas en algunos pueblos y ciudades. Para combatirlo en la calle, poco podemos hacer más allá de tirar de abánico, vestir con menos ropa y llevar siempre una botellita de agua fría en el bolso, aunque también puede ayudarnos un cambio de look y decirle adiós a la coleta. Cinco profesionales de la peluquería nos acercan cinco de los cortes más fresquitos para afrontar mejor esta implacable canícula estival.
Es la frase que está en boga hoy día. La escuchamos por doquier. Todo el mundo hace aspavientos y manifiesta su desagrado por estos calores, estas calores que nos agobian. Serpentea como una culebrilla la idea de que esto es inusitado, que antes no pasaba, que, por culpa del cambio climático, estamos padeciendo un tiempo de sofocante calor que antes no se conocía.
Cuando comienza el buen tiempo, también llegan las temidas plagas típicas del verano. Las moscas, los mosquitos, las hormigas, las cucarachas o las avispas son compañeros casi inseparables en la época de calor. En algunos casos, son solo algo molestos, pero no pican, sin embargo, en otros casos, sí hay que vigilar y evitar riesgos.
El calor y el sol de esta época del año nos afecta a todos. Especialmente a la hora de vestir, buscamos las prendas más ligeras y cómodas posibles para poder soportar las altas temperaturas en nuestro día a día, algo que algunos moteros también hacen no llevando casco o guantes, utilizando pantalones y camisetas cortas o yendo descalzos o con chanclas, poniendo, en muchas ocasiones, en riesgo su integridad física en caso de sufrir un accidente.
Las altas temperaturas afectan de forma directa sobre nuestros mayores, aumentando la transpiración transepidérmica, esto es la eliminación de agua a través de la epidermis, lo que provoca la aparición de la xerosis y deshidratación de la misma. En caso de visitar la playa o la piscina, es recomendable evitar la exposición solar durante las horas centrales del día.
Los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene registro. El empeoramiento de la crisis del cambio climático provocó olas de calor y récords de incendios, sequías devastadoras y la temporada más activa de huracanes en el Atlántico registrada hasta el momento
Tras estrenar estación hace unos días, llega la primera bajada de las temperaturas. Sí, porque este otoño viene cargado de lluvia y frío. Una climatología habitual de esta época ante la que será imprescindible prepararse. Sobre todo y tal y como apunta el comparador acierto.com, teniendo en cuenta la coyuntura actual.
En verano dormimos peor debido al aumento de las temperaturas, el clima bochornoso y la humedad nocturna, factores que propician que demos vueltas y vueltas en la cama intentando conciliar el sueño sin éxito. Por este motivo, tener un dormitorio fresco es todo un oasis.Y es que es ahora cuando más echamos de menos tener una cama en la que descansar a una temperatura óptima. La plataforma habitissimo te aporta una serie de consejos para que puedas dormir a pierna suelta y fresco.
Aunque sobrevivir al verano sin aire acondicionado puede resultar misión imposible en las regiones donde más aprieta el sol, podemos escapar del calor con una serie de medidas que permitirán no destrozar el medio ambiente ni fusilar nuestros bolsillos.
En la nueva normalidad, las mascarillas de protección son de uso obligatorio en espacios cerrados, transporte público y en aquellas ocasiones en las que no se pueda garantizar la distancia de seguridad de dos metros. Los tejidos poco transpirables y la sudoración propia del verano pueden acabar asfixiando nuestros poros, provocando erupciones con pústulas similares a los granos de acné. Además, la presión y roce que ejerce sobre nuestra piel puede generar irritaciones, descamación, picor y escozor.
Julio fue extremadamente cálido en el cuadrante suroeste de la península, en el oeste y sur de Castilla y León y en zonas del centro y sur de Galicia. En el resto de la España peninsular resultó muy cálido, excepto en algunas zonas del Cantábrico, valle del Ebro, Cataluña, Valencia y Murcia, donde fue cálido, llegando a ser normal en algunos puntos del interior del País Vasco y de Navarra. En Baleares resultó en conjunto cálido, mientras que en Canarias fue muy cálido, llegando a resultar extremadamente cálido en zonas altas.
Aunque se trata de un problema que se puede atajar manteniendo una hidratación adecuada, siguiendo una dieta equilibrada y evitando actividades exteriores en las horas centrales del día, este año la sensación de fatiga se está viendo incrementada por la presión emocional que muchas personas experimentan, fruto del impacto de la pandemia.
Durante los últimos días hemos visto cómo los termómetros se han disparado a lo largo y ancho del territorio español. Hasta tal punto que en algunas zonas se han superado los 42 grados. Según Aemet, además, se han notificado registros de entre cuatro y siete grados superior a lo habitual en estas fechas. Un calor que, sin embargo, no nos afecta a todos por igual. Uno de los colectivos más vulnerables es el de los niños.
El verano es un buen momento para estar activo mientras se disfruta del aire libre y más después de los duros momentos de confinamiento que todos hemos pasado. Si bien los cielos soleados y las temperaturas cálidas brindan muchas oportunidades para el disfrute, ésta también es la época del año en que los riesgos de deshidratarse y enfermarse por el calor son mayores.
Durante las últimas semanas algunas zonas de España se han visto afectadas por un notable incremento de las temperaturas. Un calor que, tal y como apunta Acierto.com, puede acabar afectando a nuestra salud y a nuestra vida cotidiana si no tomamos las medidas necesarias. Entre otros, las altas temperaturas pueden generar agotamiento, náuseas y deshidratación, incrementar el riesgo de sufrir calambres, etcétera.
En verdad que las temperaturas parecen insoportables y buscamos los remedios para suavizarlas que están a nuestro alcance: aire acondicionado, los más privilegiados, agua de la nevera, duchas cada pocas horas, búsqueda de la sombra cuando salimos a la calle, en fin procuramos evadirnos, de la mejor manera posible de estas temperaturas asfixiantes.
|