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Francisco Muro de Iscar
Francisco Muro de Iscar

Coherencias e incoherencias

MADRID, 4 (OTR/PRESS)Todos estamos llenos de contradicciones, vivimos con ellas. Unos se acostumbran a convivir y otros acaban en el psiquiatra. Pero cuando se tienen responsabilidades de gobierno de una nación, la incoherencia debería estar castigada severamente bien en las urnas, bien con la asunción real de responsabilidades, es decir con el cese o la dimisión.

Es incoherente que la ministra responsable del apagón haya estado desaparecida y ahora diga que aunque "necesitaremos muchos días para saber la causa... señalar a las renovables es irresponsable y simplista". No lo es, apuntar y lanzar duros mensajes desde el propio Gobierno a las empresas energéticas, llamarlas al orden, descalificar las nucleares, sin un debate riguroso y actual, no ideológico, y no descartar un ataque cibernético. Se extraña alguien de que el Comité de Análisis del apagón siga analizando los datos y haya creado dos grupos de trabajo (algo que no se hizo, por ejemplo, ni con la pandemia ni con la Dana) y es que ahí, precisamente, reside la coherencia: cuanto más se tarde en saber lo que de verdad pasó y quiénes son los responsables, ya habrán sucedido otras cosas que hagan olvidar aquello.

Es incoherente aprobar una ley de eficiencia de la justica, sin consulta previa con los interesados, sin medios personales y materiales, que crea un embudo con los métodos de conciliación, que hace más caro y lento recurrir a la justicia, que aumenta la burocracia y retrasa procedimientos que se podrían resolver rápidamente y que ha puesto de acuerdo a los jueces de familia, de violencia de género, de menores, a los abogados, a los procuradores y a los cientos de miles de afectados. Lo coherente es que, con eso, el ministro Bolaños expulsa de la justicia a miles de ciudadanos.

Es incoherente que se quiera ilegalizar la Fundación Francisco Franco y hasta que se pueda hablar del franquismo y se permitan los homenajes a los etarras asesinos en sus pueblos, que se hayan entregado a sus herederos alcaldías como la de Pamplona, que quienes eran "incompatibles con la democracia" sean ahora "socios de bien" del Gobierno socialista de la nación, que dos tercios de sus presos ya cumplan condenas en casa o que el presidente del PNV presuma de haber expulsado a la Guardia Civil de ese territorio español. O mientras se alarga sin límites el juicio contra Jordi Pujol y su familia y se les blanquea sin reparos.

Es incoherente que se blanquee también a países como China, Marruecos o Túnez y sean descritos como naciones amigas y seguras, mientras los derechos humanos y laborales siguen siendo una asignatura que no conocen ni practican y, sin obligaciones laborales ni respetos horarios, se convierten en competidores privilegiados de los agricultores y de los empresarios españoles.

Es incoherente llegar con la transparencia como bandera y acabar con la corrupción como abrigo. Que los militares españoles tengan que pedir, casi rogar, ser reconocidos como profesión "de riesgo". O que los periodistas seamos sospechosos habituales y se promuevan leyes contra todos los que no están de acuerdo con quien manda. Es incoherente que el Gobierno asuma, por fin, los requerimientos de defensa de Europa y esté mantenido por socios antimilitaristas, que no se apartan del apoyo y del chantaje ni con tanques.

Las incoherencias son muchas. Las "coherencias" del Gobierno son mantener los pactos que lo sostienen con enemigos declarados de España y de la Constitución. O sostener en sus puestos a los ministros que no hacen nada -la lista es larga, interminable- y a los que molestan un poco, pero, poco, como Yolanda Díaz, mientras sigan haciendo lo que hacen Montero, Bolaños, Puente y Albares; al presidente del Tribunal Constitucional, al fiscal general del Estado, al muñidor del CIS, a los presidentes de RTVE y de la agencia Efe, a los presidentes de Telefónica, de Red Eléctrica, de Indra y otras muchas. Y, mientras crece la desigualdad, mantener a los presidentes de las energéticas y de los bancos, ganando cada vez más, pero bajo amenaza de que los pueden quitar cuando quieran. Si no hicieran eso, estarían muertos. Inmunidad e impunidad a menudo van de la mano. Hay quien sabe dónde está de verdad el poder y algunos que todavía no se han enterado.

Una vicepresidenta del Gobierno, catedrática de Derecho Constitucional y ahora presidenta del Consejo de Estado dijo un día que "el dinero público no es de nadie". Una ex ministra de Educación, ahora embajadora de España en el Vaticano aseguró que "los niños no pertenecen a sus padres". Hace muy poco, una ex diputada socialista, consejera del Consejo de Seguridad Nuclear, nombrada a dedo, afirmó sin ruborizarse que para ocupar este cargo "no es imprescindible tener conocimientos técnicos extraordinarios en esta materia, y, a veces, tener demasiados conocimientos es contraproducente".

1 de mayo de 2025.

Lo peor que le puede pasar a un país es estar instalado en la provisionalidad y en la improvisación porque eso significa que ni los que gobiernan saben lo que van a hacer al día siguiente, o lo que les van a dejar hacer los que les sostienen, ni los gobernados saben lo que les va a caer encima en razón a los caprichos, a la debilidad y a la dependencia del presidente y su Gobierno. El lastre de este Gobierno y de su presidente no sólo es excesivo sino que crece cada día.

28 de abril de 2025.

Vivimos en un mundo marcado por las guerras más injustas, duraderas y crueles -Ucrania, Gaza, Sudán, Congo, Yemen, Nigeria...- con la complicidad, la indiferencia o la tolerancia de los demás países y de las instituciones democráticas internacionales, donde los inocentes pagan con su vida, donde crecen las desigualdades sociales y no hay alimentos ni agua ni educación para cientos de millones de niños y adolescentes, donde se levantan muros y barreras para evitar que los perseguidos, los vulnerados, los que sufren puedan escapar. Vivimos en un tiempo en el que políticos mediocres pero poderosos abusan del poder, se sirven de él, se enriquecen ilegítimamente, encarcelan y oprimen a quienes se les enfrentan, engañan a sus ciudadanos, descalifican e insultan a sus rivales y utilizan la democracia para pervertirla. Disfrutamos de una economía donde cada día los ricos son más ricos y acumulan obscenas cantidades de dinero mientras se multiplican los más pobres, los que no tienen nada y solo conocen la miseria, la humillación y el sufrimiento. Formamos parte de una sociedad materialista y superficial que ha cambiado los valores del esfuerzo, del compromiso, de la trascendencia por no se sabe qué pero que, en muchos produce angustia, desesperanza y vacío y que mira al migrante como una amenaza aunque no pone ningún obstáculo a que haga los trabajos más duros, sea explotado por empresarios sin escrúpulos o hacinado en los nuevos campos de concentración.

24 de abril de 2025.

Cuando un Gobierno está más preocupado en sobrevivir que en gobernar, los que sufren su precariedad son los ciudadanos, sobre todo, los que menos tienen. Y si el Gobierno es un gobierno social-comunista "de progreso", que alardea de sus logros, las cifras no deberían desmentirlo. La hasta hace unos meses vicepresidenta primera del Gobierno y ahora vicepresidenta europea, Teresa Ribera, alardeaba hace pocas semanas de lo bien que va España: "Nadie, ni en la UE ni en Occidente, presenta cifras parecidas que han llegado después de una profunda transformación del modelo productivo, de un esfuerzo colectivo y de una dirección política notable". Si es así, que en algunos casos no lo es - lo de la dirección política "notable" es discutible, pero decir que el modelo productivo ha sufrido una "profunda transformación" es una soberana mentira-, ¿por qué el creciente malestar ciudadano sino la desigualdad elevada y la pobreza de casi una cuarta parte de los españoles desmienten su afirmación?

21 de abril de 2025.

Estos días de Semana Santa viene bien abandonar los debates muchas veces mezquinos de la baja política, las veleidades de unos y de otros, las mentiras que ocultan la realidad y centrarse en lo que de verdad importa: vivir una vida digna, hacer que la vida de los demás lo sea. Si los políticos se dedicaran a eso y no a lo suyo, nos iría mucho mejor a todos. Si todos pusiéramos un poco de nuestra parte para conquistar una vida digna para todos, el mundo sería mucho mejor.

17 de abril de 2025.

En un poema dedicado al amor, en "La consolación de la filosofía", dice Boecio: "¡Qué dichosa serías, raza humana/ si el Amor que gobierna las estrellas/ gobernase también en vuestras almas!" Hermosa reflexión en tiempos de oscuridad como los que vivimos, donde fuera de casa un gobernante con tanto poder como capacidad para el despropósito está apunto de crear, si no la hecho ya, una de las mayores crisis de la historia reciente de la humanidad, enfrentando a unos con otros, provocando conflictos que pueden devolver a la humanidad al peo pasado, condenando a los más pobres a serlo aún más y haciendo que las leyes valgan menos que la banalidad de un gobernante cargado de soberbia y desprecio por todos los que no son como él. "El progreso de la humanidad no puede depender de la destrucción", dice el escritor chino Yan Lianke. Que se lo digan a Trump.

14 de abril de 2025.
 
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