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El poder

Que tendrá que todos quieren alcanzarlo y cuando se sientan en la silla no quieren bajo ningún concepto soltarse de ella
Carmen Muñoz
domingo, 24 de diciembre de 2017, 13:20 h (CET)

No somos capaces de escarmentar de las necedades y desatinos ocurridos a lo largo de nuestra historia pues seguimos repitiendo una y otra vez los mismos fracasos, las mismas acciones negativas para la ciudadanía, los mismos golpes ancestrales.


Al orgullo y la envidia incrustados en nuestros genes, se le ha sumado ahora la ineptitud y mediocridad de nuestros representantes políticos. El querer alcanzar el poder a cualquier precio nos ha llevado a tener que soportar la situación actual catalana. Somos el hazmerreir en el exterior porque no son capaces de comprender lo que está sucediendo en una región que ha sido la más beneficiada en el siglo pasado, pionera y cabeza en muchas actividades importantes españolas, entre ellas la económica, y como de buenas a primeras se está destruyendo paulatinamente.


Pero los que mejor conocemos todo ese proceso somos los que desde hace mas de 40 años venimos diciendo que el sistema educativo español es totalmente nefasto. Que nunca debió transferirse a las autonomías y que al igual que la sanidad y justicia debieron quedar siempre bajo la tutela del gobierno central, consensuado de tal forma, que fuese el color que fuese el del gobierno en turno no se modificase, (o en su caso siempre para mejorarlo). Se sabía que en Cataluña desde que gobernaba Jordi Pujol se ha estado adoctrinando a los niños desde su más tierna infancia en contra del resto el país y ningún gobierno, repito, ningún gobierno ha hecho nada por resolver el problema, todos han mirado para otro lado y son varias generaciones engañadas, inculcadas en un afán separatista aludiendo la falsedad de que España los ha invadido. Nunca fue Cataluña independiente, nunca, cuando Francia quiso adueñarse de ella, fue el reino de Aragón la que le dio cobijo en tiempos de Ramiro II el Monje (1164 ) . Pero gota a gota se forman las estalactitas, del mismo modo, generación tras generación se han ido modelando sentimientos y al aumentar odios y resentimientos se ha creado un caldo de cultivo que ha desembocado en la ruptura de una sociedad totalmente dividida, rota y lo peor es que es dentro las mismas familias, amigos, compañeros de trabajo etc.


Como las votaciones del 21 D si fueron legales, Puigdemont y comparsa, aunque su partido no ganó por gran diferencia, sumando los bloques independentistas, siguen proclamando la república catalana como si lo que se hubiese votado fuese eso, retorciendo las palabras y dando pábulo a una fábula creada por ellos mismos y enredando al personal creyente de esos afanes.


Esta situación tardara muchos años, si es que se tienen ganas de arreglarlo, en revertir. Para ello, el presidente del gobierno no ha de ser ni gris, ni pusilánime, aplicar la ley cuando haga falta con todas sus consecuencias y de forma completa, no a medias ni dejando cabos sueltos. Nunca debería haberse llegado a la situación actual catalana. Cuando surge un problema de ese calado hay que atajarlo de raíz y al principio, sobre todo teniendo la ley de su parte. - La enseñanza debe ser veraz y no se manipule al antojo del que ocupe la silla de turno. - Que a la política lleguen personas formadas cultural y moralmente, con un bagaje laboral y una serie de conocimientos previos al puesto que vayan a desempeñar. - Que piensen en el bien de los ciudadanos, que no se llenen los bolsillos con el dinero público, etc., etc..


Mi deseo para el próximo año es que todo el párrafo anterior, que en la actualidad es una utopía, deje de serlo y se convierta en realidad, si no en todo, al menos en parte.

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