En el arranque del curso escolar y político, el Presidente del Gobierno el lunes día 10 ha pasado el primer examen en su primera entrevista televisiva. Rajoy superó la prueba. Sin excesos, con sobriedad, prudencia y midiendo las dosis necesarias de firmeza, ha desplegado su programa reformista para unos tiempos de turbulencias en los que no caben medias tintas. Me ha parecido que con mayor claridad expositiva que en otras ocasiones, Rajoy comenzó haciendo un diagnóstico de la situación económica y reconociendo que ha tenido que tomar medidas que no estaban previstas. Se esforzó por transmitir un mensaje de confianza, apelando al esfuerzo de todos los españoles, y manejando ideas claras que todo el mundo puede entender: por ejemplo, que no nos podemos permitir seguir gastando más de lo que tenemos, o que es una prioridad reducir el déficit público.
