Que Puigdemont abra dos nuevos dominios en el extranjero de la web
para informar y que se inscriban voluntarios en relación con el
referéndum ilegal del 1 de octubre es algo que revela muchas cosas. Una
de ellas es la desobediencia a la decisión judicial evitando sus
consecuencias a través de las redes informáticas existentes en el mundo.
Además, por si no fuera suficiente Junqueras no informará a Montoro de
los gastos del referéndum hasta que haya pasado.
Rajoy está pensando en cortar la luz a los colegios electorales en Cataluña
para evitar la votación puede ser, en algunos casos, innecesario o ineficaz,
ya que habrá suficiente luz natural o porque pueden poner generadores
de emergencia. Los funcionarios no deben incumplir el ordenamiento
jurídico vigente en toda Cataluña que es una parte de España, ya que
habrá, en ese caso, responsabilidades a determinar por los jueces.
Está bien que el Gobierno central estudie pedir a los jueces que bloqueen
los servicios informáticos para impedir la votación en el referéndum
inconstitucional. El problema es que se pueden escrutar los resultados de
la consulta ilegal aunque sea más lentamente, lo que supone que los
independentistas se salen con la suya también.
Con todo el respeto a Mariano Rajoy y a su Gobierno creo que el problema
catalán se les está yendo de las manos, aunque espero equivocarme. Los
indicios de lo que he dicho parecen muy claros. Se ha tolerado demasiado
el incumplimiento de sentencias de los altos tribunales y de leyes que si se
cumplen en el resto del territorio español.
Además, para rizar el rizo el rotativo británico Financial Times considera
que se le acaba el tiempo para solucionar el tema de la república catalana
ya proclamada o anunciada, de forma ilegal, en el Nou Camp con una
pancarta. La cuestión no es, como escribe Gardner, que la solución al
independentismo catalán esté, simplemente, en alcanzar un acuerdo
sobre una opción intermedia entre el estatuto autonómico y la
independencia. No es tan fácil. Ni tampoco se resuelve el desafío
independentista con que la Generalitat cobre sus propios impuestos y
pague una parte al Gobierno central. Y suponer que es comparable la
situación de Escocia con la de Cataluña es no tener en cuenta que el Reino
Unido posee características y condiciones políticas y sociales diferentes al
Reino de España.
Intentar por todos los medios impedir la celebración del referéndum en
Cataluña con más efectivos policiales me parece muy bien, pero ya se verá
lo que sucede el 1 de octubre. Por si faltara algo más Puigdemont y Colau
han firmado un pacto de no agresión para el 1-0. Y los desafíos parece que
seguirán en las próximas jornadas.
Considero que Rajoy tenía que haber puesto en marcha la vía del artículo
155 de la Constitución española hace meses, al menos, para imponer a la
Generalitat catalana el cumplimiento forzoso de sus obligaciones legales y
se hubiera evitado lo que está ocurriendo estos días hasta llegar a la tan
crucial fecha. No se ha hecho y ahora no queda más remedio que tapar los
agujeros como se pueda, y existe un cierto riesgo, en mi opinión, de que
se autoproclame la república catalana.