Advertencia: El Secretario General del PSOE es Pedro Sánchez, no
sandez. ‘Sánchez’ y ‘sandez’ tienen cinco letras comunes y una no
común, la ‘ch’, que convierte Sánchez en un apellido; y la ‘d’, que dota a
‘sandez’ (diccionario RAE) del significado de despropósito, simpleza,
necedad, o cualidad de sandio. Hay también una vírgula, que existe en
‘Sánchez’ y lo desliga de sandez.
“¡Eso es una auténtica sandez!. Estas palabras nos vienen a la mente - y
alguna vez a los labios - casi cada vez que escuchamos a un político... Pero
con frecuencia no podemos averiguar exactamente qué hace que sus
afirmaciones se puedan rubricar con el certificado de sandez”. El texto, del libro
“Aristóteles y un armadillo van a la capital!, de Thomas Cathcart y Daniel Klein,
me resultaba reciente. Lo busqué para compararlo con las notas que había
tomado en el primer desayuno informativo de Europa Press tras el verano.
“¿Quién mejor para inaugurar el curso que Pedro Sánchez en este
momento informativo?. El acto se iniciaba con la pregunta que hacía en la
presentación el Presidente de Europa Press, Martín de Cabiedes, mientras los
socialistas se asentaban en los salones del Hotel Villamagna. En lugares
principales, Rodríguez Zapatero, Lambán, Secretarios generales de Sindicatos
UGT y CC.OO, portavoces socialistas en Congreso y Senado, y “los de Pedro”.
En lugares no principales, los de siempre, buscando sitió los no ubicados y y
ocupando asientos el aparato socialista que acompaña al líder. Y los relegados,
con Abel Caballero, ex ministro, alcalde de Vigo, Presidente de la Federación
Española de Municipios y Provincias, en primer lugar, acaso pagando su falta
de sintonía con Sánchez (no pidió el voto para él en las Elecciones Generales);
y un sacerdote con clériman que nadie conocía.
Dada la actualidad política, el momento informativo, al que aludía Martín
de Cabiedes, estaba en la situación creada por el desafío de la Generalitat de
Cataluña al Estado. Pero Pedro Sánchez se olvidó del desafío y lo sustituyó por
un discurso plúmbeo, cansino y propio de quien, en vez de ocuparse de lo
importante, se vuelca en lo que conoce. Con frases huecas (‘uno estudia
economía para no ser engañado por economistas’), ideas fuera de lugar
(‘Curva del olvido que puede servir para olvidar una década dramática’),
propósitos de izquierda rancia (la lección para la izquierda socialista- de la
crisis pasada - es que nunca se ocupó de la economía, sino de la política),
conclusiones inconsistentes (‘Si hay un nombre propio es el apellido de Draghi’.
‘Si el mundo está cambiando, la izquierda tiene que preguntarse qué hacer...,
España tiene que cambiar de actores para transformar el futuro), y deseos con
forma de propuestas...
Propuestas, a barullo, para usar (desperdiciar) el tiempo que ofrecía
Europa Press: ‘Queremos unir. Rehacer el Pacto social...Sólo en estas
condiciones presidiré un Congreso de Ministros (¿?). Ahora el objetivo es que
el PSOE sea una socialdemocracia solvente... Mientras se debate la España de
los despachos, la recuperación sigue con problemas... La debilidad del país es
el empobrecimiento... La política conservadora está trazando una división entre
ricos y pobres... La Reforma Laboral creó la figura de trabajadores pobres...
Vamos a proponer un pacto de rentas que eleve los salarios... El objetivo es
que en 2021 los salarios tengan más peso en el PIB que antes de la crisis.
Aumentar la cobertura de la Seguridad Social. Nuevo Pacto de Toledo (para
evitar pérdida de capacidad de los jubilados)’. En octubre, el PSOE presentará
unos Presupuestos Generales alternativos a los del Gobierno. Datos. Cifras. Y
frases e ideas para el final: Protección de diferencias de sexos. El crecimiento y
la justicia social no son como el agua y el aceite. España está ausente en
política exterior y en más asuntos. Corrupción. España merece otro gobierno.
Hoja de ruta. Presentar a la sociedad la realidad socialista. Después, España
tendrá que decidir. Una ocasión para el encuentro.
Acabado el discurso evanescente, el moderador enfrentó a Sánchez a
una actualidad que dividió en 3 bloques: Cataluña. Política General. Y temas
específicos del PSOE.
En la primera de ellas, sobre Cataluña, fue donde, cotejando notas, leí
los comentarios que se dijeron en la Mesa de Prensa: “Cacao de conceptos”.
“Empanada mental”. “Con esto, como dicen los peperos: hay Mariano para
rato”.
Y es que el Secretario General del PSOE, al hablar sobre la situación en
Cataluña, se fue a los conceptos nación y nacionalidad. Y se metió en el jardín
con galimatías que usa para tratar el asunto: Proyecto constitucional del PSOE.
Muchas naciones. Y una respuesta tan tantan (valga el adjetivo que no está en
el diccionario de la RAE) que confunde: Proyecto constitucional con varias
naciones. España es nación. Y hay territorios que han querido ser nación.
Como era lógico, la profesionalidad obliga hasta con los invitados, el
moderador de Europa Press, periodista, hubo de repreguntar por las naciones
que a juicio de Sánchez, hay en España.
La contestación fue demoledora: La nación es un concepto complejo.
Hay 3 territorios (en España): Cataluña, País Vasco, y Galicia. Al menos con
lengua propia.
Recordé lo leído en el libro de Aristóteles y el armadillo. Y comprobé que
en el caso de Sánchez, cuando habla de nación y naciones en España, no hay
que buscara dónde está la sandez a la que se referían Cathcart y Klein en su
libro: Ahí.
A pesar de ello, por afecto al PSOE y socialistas y por algo más, me
resisto a homologar y distingo entre sandez y Pedro Sánchez.