Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Artículo opinión
Fernando Lugo entre el juicio político y la espada de la prensa hegemónica

Fernando Lugo ante el juicio político

|

La historia norteamericana nos recuerda cómo terminó el escándalo Watergate. Enfrentado a un desafuero inevitable, Nixon anunció apesadumbrado en cadena nacional: “Mañana al mediodía renunciaré a la presidencia; inmediatamente después, el vicepresidente rendirá el juramento de ley”.

Al día siguiente, a la hora señalada, abandonaba la oficina oval y frente a una multitud de periodistas trepaba al helicóptero que lo trasladaría al juicio inflexible de la posteridad. Con los brazos en alto y haciendo una poco creíble “v” de la victoria, el polémico mandatario dijo adiós. En ese momento, la enigmática sonrisa de Tricky Dick (Ricardito el Tramposo, mote que lo persiguió siempre) revelaba una tristeza infinita.

Era el epílogo del cerco político que surgió con las investigaciones de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein y que, tras dos años de audiencias legislativas, acorraló al presidente y su círculo de incondicionales, algunos de los cuales como Harry Robbins, John Ehrlichmann y John Dean fueron a prisión. El pecado de estos últimos no fue autorizar espionaje a los demócratas, sino mentir e inventar historias para encubrir al presidente, de manera idéntica a lo que hoy hacen en Paraguay quienes rodean al obispo-presidente Fernando Lugo.

En la última semana de marzo de 1999, se produjo el asesinato del vicepresidente paraguayo Luís María Argaña. La espiral de violencia que se desató concluyó días después con la renuncia del entonces presidente Raúl Cubas Grau. Al igual que en el caso del presidente norteamericano Richard Nixon, en la gestión del juicio político, los medios de comunicación y la presión popular jugaron un papel decisivo.

En la misma circunstancia de Nixon, Cubas abordó un avión de la Fuerza Aérea Brasileña que lo llevó al exilio, aeronave que tal vez volvió a realizar un sobrevuelo fantasmal sobre Paraguay, sólo que esta vez con la forma de un Hércules C 130 y bajo la bandera bolivariana de Hugo Chávez.  Al menos, eso es lo que insinúa Aldo Zucolillo, amo del gobierno arzobispal.

Sobre la tumba del cerdo inflable

El abogado inglés John Gimlette se inspiró en Paraguay para escribir su exitoso best seller “Sobre la Tumba del Cerdo Inflable”, y es innegable que no le faltó tino para elegir el tema de un libro humorístico. Y eso a pesar de haberlo concebido antes de la llegada al poder del obispo-presidente Fernando Lugo.

Los partidarios del clérigo se esfuerzan en presentar el inminente juicio político que se les prepara como un golpe de estado, un atentado contra la voluntad popular, aunque entre ellos se encuentren muchos que ya participaron en marzo de 1999 de la destitución del presidente Raúl Cubas, quien había ganado las elecciones con un 54 por ciento de los votos, diferencia mucho más amplia de la que obtuvo el obispo.

El pecado de Cubas había sido indultar a su principal aliado político, el militar retirado Lino Oviedo, aunque en orden inverso al caso de Nixon, que tras renunciar fue indultado por Gerald Ford.

Desesperados ante el inminente juicio político de su jefe, los luguistas intentaron confundir a la opinión pública acusando de golpistas a quienes propugnan el juicio político o impeachment. Los divagues luguistas, redactados en una proclama titulada “Democracia o Barbarie”, podrían enmarcarse en lo que en sicología se conoce como Proyección, un mecanismo de defensa a través del cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo atribuyendo incorrectamente a los demás, sentimientos, impulsos o pensamientos propios. Para esclarecer el tema a los extraviados, mas abajo se encuentran las definiciones de impeachment y golpe de estado, dos cosas bien diferentes.

Impeachment

El Impeachment es una figura del Derecho anglosajón (específicamente en Estados Unidos y Gran Bretaña) mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público. El parlamento o congreso debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado (normalmente en la cámara alta). Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares.

El término impeachment literalmente significa "bochorno", y tiene su origen en la Edad media, cuando el parlamento inglés lanzó acusaciones contra el rey y sus colaboradores por derrochar caudales públicos, avergonzándolos. Las traducciones al español más comunes son "moción de censura", "impugnación", "impedimento", o "acusación pública" (también se usa "juicio político").

Golpe de estado

Un golpe de Estado (calco del francés coup d'État) es la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad.

Por encima del bien y del mal

Escribió Burke que un pueblo nunca renuncia a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión, algo que hace un tiempo se pretende lograr en Paraguay.

En este pais, la libertad de interpretar la Constitución y la realidad política se ha convertido en patrimonio exclusivo del obispo Fernando Lugo y sus partidarios, quienes afirman que su líder es una especie de figura sagrada del paganismo, que se encuentra por encima de la moral y las leyes, ya que ni siquiera es pasible de ser sometido al impeachment o juicio político.

Han logrado con sus mentiras y deshonestidad intelectual, como durante su falaz proselitismo, la adhesión de intelectuales y gobiernos extranjeros, aunque ya haya quedado claro que Lugo perjudica la integración regional.  ¿Cuáles son los motivos para defender a un fantoche como Lugo, a quien lo único que interesa es lograr el favor de medios hegemónicos y estrechar lazos con la embajada norteamericana y sobre todo, los dólares de USAID?

El objetivo de la campaña de falacias luguistas es evidente: intentar amedrentar a quienes se manifiestan en favor del juicio político. Como en una obra de Theodore Dreiser, los jueces de la política paraguaya han decidido así defender la verdad con mentiras.

Nada más certero para definir el curso de los actuales acontecimientos en Paraguay, que la definición de Groucho Marx: La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Fernando Lugo ante el juicio político

Fernando Lugo entre el juicio político y la espada de la prensa hegemónica
Luis Agüero Wagner
lunes, 9 de enero de 2012, 08:43 h (CET)
La historia norteamericana nos recuerda cómo terminó el escándalo Watergate. Enfrentado a un desafuero inevitable, Nixon anunció apesadumbrado en cadena nacional: “Mañana al mediodía renunciaré a la presidencia; inmediatamente después, el vicepresidente rendirá el juramento de ley”.

Al día siguiente, a la hora señalada, abandonaba la oficina oval y frente a una multitud de periodistas trepaba al helicóptero que lo trasladaría al juicio inflexible de la posteridad. Con los brazos en alto y haciendo una poco creíble “v” de la victoria, el polémico mandatario dijo adiós. En ese momento, la enigmática sonrisa de Tricky Dick (Ricardito el Tramposo, mote que lo persiguió siempre) revelaba una tristeza infinita.

Era el epílogo del cerco político que surgió con las investigaciones de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein y que, tras dos años de audiencias legislativas, acorraló al presidente y su círculo de incondicionales, algunos de los cuales como Harry Robbins, John Ehrlichmann y John Dean fueron a prisión. El pecado de estos últimos no fue autorizar espionaje a los demócratas, sino mentir e inventar historias para encubrir al presidente, de manera idéntica a lo que hoy hacen en Paraguay quienes rodean al obispo-presidente Fernando Lugo.

En la última semana de marzo de 1999, se produjo el asesinato del vicepresidente paraguayo Luís María Argaña. La espiral de violencia que se desató concluyó días después con la renuncia del entonces presidente Raúl Cubas Grau. Al igual que en el caso del presidente norteamericano Richard Nixon, en la gestión del juicio político, los medios de comunicación y la presión popular jugaron un papel decisivo.

En la misma circunstancia de Nixon, Cubas abordó un avión de la Fuerza Aérea Brasileña que lo llevó al exilio, aeronave que tal vez volvió a realizar un sobrevuelo fantasmal sobre Paraguay, sólo que esta vez con la forma de un Hércules C 130 y bajo la bandera bolivariana de Hugo Chávez.  Al menos, eso es lo que insinúa Aldo Zucolillo, amo del gobierno arzobispal.

Sobre la tumba del cerdo inflable

El abogado inglés John Gimlette se inspiró en Paraguay para escribir su exitoso best seller “Sobre la Tumba del Cerdo Inflable”, y es innegable que no le faltó tino para elegir el tema de un libro humorístico. Y eso a pesar de haberlo concebido antes de la llegada al poder del obispo-presidente Fernando Lugo.

Los partidarios del clérigo se esfuerzan en presentar el inminente juicio político que se les prepara como un golpe de estado, un atentado contra la voluntad popular, aunque entre ellos se encuentren muchos que ya participaron en marzo de 1999 de la destitución del presidente Raúl Cubas, quien había ganado las elecciones con un 54 por ciento de los votos, diferencia mucho más amplia de la que obtuvo el obispo.

El pecado de Cubas había sido indultar a su principal aliado político, el militar retirado Lino Oviedo, aunque en orden inverso al caso de Nixon, que tras renunciar fue indultado por Gerald Ford.

Desesperados ante el inminente juicio político de su jefe, los luguistas intentaron confundir a la opinión pública acusando de golpistas a quienes propugnan el juicio político o impeachment. Los divagues luguistas, redactados en una proclama titulada “Democracia o Barbarie”, podrían enmarcarse en lo que en sicología se conoce como Proyección, un mecanismo de defensa a través del cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo atribuyendo incorrectamente a los demás, sentimientos, impulsos o pensamientos propios. Para esclarecer el tema a los extraviados, mas abajo se encuentran las definiciones de impeachment y golpe de estado, dos cosas bien diferentes.

Impeachment

El Impeachment es una figura del Derecho anglosajón (específicamente en Estados Unidos y Gran Bretaña) mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público. El parlamento o congreso debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado (normalmente en la cámara alta). Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares.

El término impeachment literalmente significa "bochorno", y tiene su origen en la Edad media, cuando el parlamento inglés lanzó acusaciones contra el rey y sus colaboradores por derrochar caudales públicos, avergonzándolos. Las traducciones al español más comunes son "moción de censura", "impugnación", "impedimento", o "acusación pública" (también se usa "juicio político").

Golpe de estado

Un golpe de Estado (calco del francés coup d'État) es la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad.

Por encima del bien y del mal

Escribió Burke que un pueblo nunca renuncia a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión, algo que hace un tiempo se pretende lograr en Paraguay.

En este pais, la libertad de interpretar la Constitución y la realidad política se ha convertido en patrimonio exclusivo del obispo Fernando Lugo y sus partidarios, quienes afirman que su líder es una especie de figura sagrada del paganismo, que se encuentra por encima de la moral y las leyes, ya que ni siquiera es pasible de ser sometido al impeachment o juicio político.

Han logrado con sus mentiras y deshonestidad intelectual, como durante su falaz proselitismo, la adhesión de intelectuales y gobiernos extranjeros, aunque ya haya quedado claro que Lugo perjudica la integración regional.  ¿Cuáles son los motivos para defender a un fantoche como Lugo, a quien lo único que interesa es lograr el favor de medios hegemónicos y estrechar lazos con la embajada norteamericana y sobre todo, los dólares de USAID?

El objetivo de la campaña de falacias luguistas es evidente: intentar amedrentar a quienes se manifiestan en favor del juicio político. Como en una obra de Theodore Dreiser, los jueces de la política paraguaya han decidido así defender la verdad con mentiras.

Nada más certero para definir el curso de los actuales acontecimientos en Paraguay, que la definición de Groucho Marx: La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Noticias relacionadas

Realmente, la función de la filosofía se desarrolla, como un saber crítico de segundo grado, que analiza los contenidos de las diversas ciencias. Es un saber que se interesa por toda la realidad y el presente. Ya en vida de su creador Gustavo Bueno, su materialismo demostró una potencia explicativa extraordinaria, superior a la de otras corrientes o sistemas filosóficos.

Hay cosas cómicas que hay que tomar muy en serio. Son gansadas que retratan nuestro mundo. Representan el ombliguismo que nos rodea. El término es magistral: define aquello que cree está en el centro del cuerpo (del universo), sin reparar que su función se volvió inútil hace ya tiempo.

Hace unos días recibí de la editorial Anagrama el libro de Roberto Saviano titulado Los valientes están solos. Libro apasionante que he comenzado a devorar por la forma directa de contar una historia de coraje e integridad que terminó con los restos del juez Falcone volando por los aires a consecuencia del atentado perpetrado por la Cosa Nostra, al mando de ese tipo con cara de paleto bobo, Salvatore Totò Riina.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto