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Todo el servilismo del gobierno arzobispal con la oligarquía agro-ganadera no pudo evitar el fracaso de esta falsa burguesía forjada de una sola pieza

La Aftosa o el fracaso de la oligarquía paraguaya

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Desde tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), pocos gobiernos habían hecho tanto por complacer a la oligarquía agro-ganadera paraguaya como el del cura Fernando Lugo.  La política claudicante ante los sectores más reaccionarios de la sociedad había quedado en claro cuando a poco de asumir, Lugo claudicó ante los traficantes de granos transgénicos que lo  amenazaban con “tractorazos” ante cualquier intento, por mínimo que sea, de favorecer a las grandes mayorías excluidas por el modelo exportado por las transnacionales como Monsanto.

Se sucedieron varios asesinatos de campesinos sin tierra en protestas sangrientas, arrestos masivos y deportaciones a campos de concentración, hasta que el ex ministro del interior Rafael Filizzola dejada en claro que los sojales eran de la policía.

Todos los funcionarios que intentaron modificar la estructura feudal del campo paraguayo terminaron destituidos y reemplazados por gerentes del poder económico dentro de la administración arzobispal.  Por si fuera poco, con el pretexto de combatir  a la guerrilla del EPP, el gobierno luguista mostró su peor rostro represor y militarizó vastas áreas rurales del Paraguay, donde se cometieron todo tipo de vejámenes y violaciones a los Derechos Humanos.

En el contexto de esa campaña represiva sufragada por la Colombia de Uribe y la embajada de Estados Unidos, un comunicado el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) condenó  al gobierno del cura Fernando Lugo por torturar a su prisionero Gabriel Zárate antes de asesinarlo, y calificaron de "festival de torturas" la faena de los sicarios del cura Fernando Lugo, “quienes le recordaron la venganza de sus amos oligarcas al heroico comandante Simón (Gabriel Zárate)” consignaban los insurgentes.

Calificaban también  a Lugo y sus esbirros de cueva de lacras, defensores de un orden injusto impuesto por yanquis y oligarcas verdugos del pueblo.

El forense Pedro Flores testimonió que los miembros los insurgentes fueron torturados antes de ser ejecutados por los rangers entrenados por Colombia y EEUU,  que llevaron adelante una verdadera cacería humana en Paraguay. Las falacias que presentaban a Fernando Lugo como referente de la "izquierda" bolivariana, quedaron así desmentidas de forma rotunda en la realidad de los hechos. Sin embargo, saciar la sed de sangre de la oligarquía no evitó el fracaso de la oligarquía ganadera, que tan siquiera pudo controlar los brotes de aftosa, a pesar de tanto consentimiento.

Fracaso de una mentira

Varias voces se elevaron esta semana en el mundillo político paraguayo, pidiendo que el titular de SENACSA Daniel Rojas sea destituido, de tal suerte a que pueda “dedicarse enteramente a las carreras de caballos” según señaló un legislador. La ironía aludía a la presencia fotografiada de Rojas en las carreras de caballos, afición que comparte con el abogado luguista Marcos Fariña.

Rojas fue imputado recientemente por  haber enviado a un funcionario de la institución a su cargo a oficiar de capataz en una estancia , que según todos los indicios, pertenecería al cura presidente Lugo, quien habría usado como testaferro para apropiarse de ella al abogado Marcos Fariña.  Por si todo fuera poco, durante brotes de aftosa las vacas gerenciadas por Fariña circulaban con permisos oficiales y  libremente por las rutas del país. Así demostraban estos cortesanos lo mucho que pensaban cambiar al Paraguay.

El fracaso luguista también tiene su traducción propagandística. En tanto la prensa mediática de derechas insiste con sus mentiras “bolivarianas” sobre Lugo, un artículo revelador sobre el mismo supera 60.000 lecturas en un sitio venezolano, evidenciando lo desfasado de la versión luguista que difunden Aldo Zucolillo, el ministro consorte Humberto Rubin y otros propietarios de medios que jugaron todas sus fichas por el cura (Ver el contador al pié de la nota en el enlace: http://www.aporrea.org/internacionales/n155916.html).

La última encuesta demuestra que Lugo es reprobado por más del 70 por ciento de la población, lo cual cierra un fracaso completo, sólo comparable con la incapacidad de la oligarquía paraguaya de contener los brotes de aftosa llevando al Paraguay a un nuevo bochorno y aislamiento internacional.

Habría que ver qué proponen ahora los propietarios de medios paraguayos que promocionaron a Lugo con su catarata de falsedades, para salvar a la patria de semejante coyuntura. Como dijera Dostoievsky, después de todo fracaso rotundo los planes mejor elaborados parecen absurdos.

La Aftosa o el fracaso de la oligarquía paraguaya

Todo el servilismo del gobierno arzobispal con la oligarquía agro-ganadera no pudo evitar el fracaso de esta falsa burguesía forjada de una sola pieza
Luis Agüero Wagner
jueves, 5 de enero de 2012, 07:41 h (CET)
Desde tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), pocos gobiernos habían hecho tanto por complacer a la oligarquía agro-ganadera paraguaya como el del cura Fernando Lugo.  La política claudicante ante los sectores más reaccionarios de la sociedad había quedado en claro cuando a poco de asumir, Lugo claudicó ante los traficantes de granos transgénicos que lo  amenazaban con “tractorazos” ante cualquier intento, por mínimo que sea, de favorecer a las grandes mayorías excluidas por el modelo exportado por las transnacionales como Monsanto.

Se sucedieron varios asesinatos de campesinos sin tierra en protestas sangrientas, arrestos masivos y deportaciones a campos de concentración, hasta que el ex ministro del interior Rafael Filizzola dejada en claro que los sojales eran de la policía.

Todos los funcionarios que intentaron modificar la estructura feudal del campo paraguayo terminaron destituidos y reemplazados por gerentes del poder económico dentro de la administración arzobispal.  Por si fuera poco, con el pretexto de combatir  a la guerrilla del EPP, el gobierno luguista mostró su peor rostro represor y militarizó vastas áreas rurales del Paraguay, donde se cometieron todo tipo de vejámenes y violaciones a los Derechos Humanos.

En el contexto de esa campaña represiva sufragada por la Colombia de Uribe y la embajada de Estados Unidos, un comunicado el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) condenó  al gobierno del cura Fernando Lugo por torturar a su prisionero Gabriel Zárate antes de asesinarlo, y calificaron de "festival de torturas" la faena de los sicarios del cura Fernando Lugo, “quienes le recordaron la venganza de sus amos oligarcas al heroico comandante Simón (Gabriel Zárate)” consignaban los insurgentes.

Calificaban también  a Lugo y sus esbirros de cueva de lacras, defensores de un orden injusto impuesto por yanquis y oligarcas verdugos del pueblo.

El forense Pedro Flores testimonió que los miembros los insurgentes fueron torturados antes de ser ejecutados por los rangers entrenados por Colombia y EEUU,  que llevaron adelante una verdadera cacería humana en Paraguay. Las falacias que presentaban a Fernando Lugo como referente de la "izquierda" bolivariana, quedaron así desmentidas de forma rotunda en la realidad de los hechos. Sin embargo, saciar la sed de sangre de la oligarquía no evitó el fracaso de la oligarquía ganadera, que tan siquiera pudo controlar los brotes de aftosa, a pesar de tanto consentimiento.

Fracaso de una mentira

Varias voces se elevaron esta semana en el mundillo político paraguayo, pidiendo que el titular de SENACSA Daniel Rojas sea destituido, de tal suerte a que pueda “dedicarse enteramente a las carreras de caballos” según señaló un legislador. La ironía aludía a la presencia fotografiada de Rojas en las carreras de caballos, afición que comparte con el abogado luguista Marcos Fariña.

Rojas fue imputado recientemente por  haber enviado a un funcionario de la institución a su cargo a oficiar de capataz en una estancia , que según todos los indicios, pertenecería al cura presidente Lugo, quien habría usado como testaferro para apropiarse de ella al abogado Marcos Fariña.  Por si todo fuera poco, durante brotes de aftosa las vacas gerenciadas por Fariña circulaban con permisos oficiales y  libremente por las rutas del país. Así demostraban estos cortesanos lo mucho que pensaban cambiar al Paraguay.

El fracaso luguista también tiene su traducción propagandística. En tanto la prensa mediática de derechas insiste con sus mentiras “bolivarianas” sobre Lugo, un artículo revelador sobre el mismo supera 60.000 lecturas en un sitio venezolano, evidenciando lo desfasado de la versión luguista que difunden Aldo Zucolillo, el ministro consorte Humberto Rubin y otros propietarios de medios que jugaron todas sus fichas por el cura (Ver el contador al pié de la nota en el enlace: http://www.aporrea.org/internacionales/n155916.html).

La última encuesta demuestra que Lugo es reprobado por más del 70 por ciento de la población, lo cual cierra un fracaso completo, sólo comparable con la incapacidad de la oligarquía paraguaya de contener los brotes de aftosa llevando al Paraguay a un nuevo bochorno y aislamiento internacional.

Habría que ver qué proponen ahora los propietarios de medios paraguayos que promocionaron a Lugo con su catarata de falsedades, para salvar a la patria de semejante coyuntura. Como dijera Dostoievsky, después de todo fracaso rotundo los planes mejor elaborados parecen absurdos.

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