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Un pesado legado dejarán los falsos bolivarianos capitaneados por el cura Fernando Lugo en Paraguay

El Legado de los falsos bolivarianos

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Dijo el escritor británico Clive Staples Lewis que muchas veces nos reímos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros. Si con alguien se cumplió la admonición sin atenuantes, fue con el supuesto “marxista y bolivariano obispo de los pobres”, Fernando Lugo.

Apenas despuntaba el “fenómeno político” Fernando Lugo de la mano de los publicistas de Stroessner (Aldo Zucolillo, Humberto Rubin, etc.) publicamos en el sitio Aporrea un artículo titulado “Los financistas ocultos del obispo Fernando Lugo” (http://www.aporrea.org/actualidad/a53579.html).

Faltaba un mes para que el cura ganara las elecciones paraguayas de abril del 2008, y en dicho artículo hacíamos una denuncia sobre los verdaderos intereses que se agazapaban detrás del falso teólogo de la liberación: la prensa de la SIP, el periodismo a sueldo del National Endowment for Democracy, sindicatos de periodistas cooptados por la AFL-CIO, ONG regadas por fuertes sumas en dólares por USAID.

El resultado pronto corroboró nuestras advertencias, y lo hizo mucho antes de que las filtraciones de Wikileaks demostraran de que estos falsos bolivarianos en realidad eran manejados por control remoto desde la embajada norteamericana.

Una señal premonitoria fue que el mismo Partido de Derechas Patria Querida denunció la presencia de militares colombianos que habían ingresado de incógnito al Paraguay para actuar en la represión de los adversarios del régimen aglutinados en el EPP.

Poco después el coronel Humberto Jerez, agregado militar de la Embajada de Colombia, cuya participación en un seminario en el Comando en Jefe había provocado la reacción del entonces ministro de Defensa Luis Nicanor Bareiro Spaini, fue condecorado secretamente por el comando de las Fuerzas Militares por término de misión, por el mismo cura Fernando Lugo.

El Comando de las Fuerzas Militares intentó ocultar la ceremonia, para seguir con la farsa del supuesto “bolivarianismo” de Lugo, y no comunicó a los medios de lamisma. Incluso no se permitió el ingreso de los periodistas, denotando el interés en seguir con el engaño de manera premeditada.

Lo que vino después ya lo conocemos. Bajo la batuta de los agentes de Uribe, el gobierno del cura Fernando Lugo inició una sangrienta caza de brujas contra militantes marxistas en el interior del Paraguay, que dejó secuelas permanentes y muchos inocentes privados de su libertad. Varios de ellos hoy reclaman refugio en países limítrofes, y sus vidas están destrozadas.

El Legado

¿Cuál será el legado a la política paraguaya de semejante estafa política?

Hoy las organizaciones de Derechos Humanos describen así al legado luguista:

“Aviones no tripulados, detectores de mentiras, armas largas con visores nocturnos, sistema de identificación en manos de potencias extranjeras. Se agudizan las contradicciones sociales implicadas por el retroceso político que supone la injerencia yankee en los asuntos internos. Este proceso tiene como soporte económico privatista impuesto por la fuerza “pura y dura” al pueblo mediante la más moderna tecnología represiva que hoy muestra la doctrina de seguridad nacional en Paraguay”.

Sobre la traición al proyecto bolivariano, puntualizan:

“ El proceso de injerencia yankee favorable a la militarización que justifica esta reedición stronista sin stroessner en Paraguay tal como lo denunciaramos el año pasado: “nos visitó Frank Mora, adjunto de “Hillary,” para asegurar el reemplazo del ministro Bareiro Spaini, decíamos que lo que “ saco de la cancha” al ex ministro, fue la negativa al plan de represión militar diseñado por EE.UU., al que llamaron “Iniciativa para la Zona Norte. El nuevo ministro Cecilio Pérez Bordón, no tuvo escrúpulos en anunciar lo que el general patriota Bareiro Spaini se negó:” las Fuerzas Armadas están para cooperar con la Policía Nacional, conforme lo disponga el comandante en jefe. Estamos atentos a cualquier pedido de colaboración.”
Así se consumó la traición al sueño bolivariano en Paraguay, bajo la dirección del siempre sonriente cura Fernando Lugo, que dejará como herencia la pesada y perenne desconfianza en la izquierda paraguaya. Ya lo escribió Shakespeare: Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos.

El Legado de los falsos bolivarianos

Un pesado legado dejarán los falsos bolivarianos capitaneados por el cura Fernando Lugo en Paraguay
Luis Agüero Wagner
miércoles, 21 de septiembre de 2011, 06:57 h (CET)
Dijo el escritor británico Clive Staples Lewis que muchas veces nos reímos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros. Si con alguien se cumplió la admonición sin atenuantes, fue con el supuesto “marxista y bolivariano obispo de los pobres”, Fernando Lugo.

Apenas despuntaba el “fenómeno político” Fernando Lugo de la mano de los publicistas de Stroessner (Aldo Zucolillo, Humberto Rubin, etc.) publicamos en el sitio Aporrea un artículo titulado “Los financistas ocultos del obispo Fernando Lugo” (http://www.aporrea.org/actualidad/a53579.html).

Faltaba un mes para que el cura ganara las elecciones paraguayas de abril del 2008, y en dicho artículo hacíamos una denuncia sobre los verdaderos intereses que se agazapaban detrás del falso teólogo de la liberación: la prensa de la SIP, el periodismo a sueldo del National Endowment for Democracy, sindicatos de periodistas cooptados por la AFL-CIO, ONG regadas por fuertes sumas en dólares por USAID.

El resultado pronto corroboró nuestras advertencias, y lo hizo mucho antes de que las filtraciones de Wikileaks demostraran de que estos falsos bolivarianos en realidad eran manejados por control remoto desde la embajada norteamericana.

Una señal premonitoria fue que el mismo Partido de Derechas Patria Querida denunció la presencia de militares colombianos que habían ingresado de incógnito al Paraguay para actuar en la represión de los adversarios del régimen aglutinados en el EPP.

Poco después el coronel Humberto Jerez, agregado militar de la Embajada de Colombia, cuya participación en un seminario en el Comando en Jefe había provocado la reacción del entonces ministro de Defensa Luis Nicanor Bareiro Spaini, fue condecorado secretamente por el comando de las Fuerzas Militares por término de misión, por el mismo cura Fernando Lugo.

El Comando de las Fuerzas Militares intentó ocultar la ceremonia, para seguir con la farsa del supuesto “bolivarianismo” de Lugo, y no comunicó a los medios de lamisma. Incluso no se permitió el ingreso de los periodistas, denotando el interés en seguir con el engaño de manera premeditada.

Lo que vino después ya lo conocemos. Bajo la batuta de los agentes de Uribe, el gobierno del cura Fernando Lugo inició una sangrienta caza de brujas contra militantes marxistas en el interior del Paraguay, que dejó secuelas permanentes y muchos inocentes privados de su libertad. Varios de ellos hoy reclaman refugio en países limítrofes, y sus vidas están destrozadas.

El Legado

¿Cuál será el legado a la política paraguaya de semejante estafa política?

Hoy las organizaciones de Derechos Humanos describen así al legado luguista:

“Aviones no tripulados, detectores de mentiras, armas largas con visores nocturnos, sistema de identificación en manos de potencias extranjeras. Se agudizan las contradicciones sociales implicadas por el retroceso político que supone la injerencia yankee en los asuntos internos. Este proceso tiene como soporte económico privatista impuesto por la fuerza “pura y dura” al pueblo mediante la más moderna tecnología represiva que hoy muestra la doctrina de seguridad nacional en Paraguay”.

Sobre la traición al proyecto bolivariano, puntualizan:

“ El proceso de injerencia yankee favorable a la militarización que justifica esta reedición stronista sin stroessner en Paraguay tal como lo denunciaramos el año pasado: “nos visitó Frank Mora, adjunto de “Hillary,” para asegurar el reemplazo del ministro Bareiro Spaini, decíamos que lo que “ saco de la cancha” al ex ministro, fue la negativa al plan de represión militar diseñado por EE.UU., al que llamaron “Iniciativa para la Zona Norte. El nuevo ministro Cecilio Pérez Bordón, no tuvo escrúpulos en anunciar lo que el general patriota Bareiro Spaini se negó:” las Fuerzas Armadas están para cooperar con la Policía Nacional, conforme lo disponga el comandante en jefe. Estamos atentos a cualquier pedido de colaboración.”
Así se consumó la traición al sueño bolivariano en Paraguay, bajo la dirección del siempre sonriente cura Fernando Lugo, que dejará como herencia la pesada y perenne desconfianza en la izquierda paraguaya. Ya lo escribió Shakespeare: Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos.

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