El afán recaudatorio del Vaticano no tiene límite y cada visita del representante de Dios en la tierra les sirve a los monseñores además de para hacer proselitismo para ir haciendo caja. Cuando Benedicto XVII acude en visita pastoral a algún país moviliza miles de seguidores y los encargados de las arcas vaticanas se estrujan las meninges para que el merchandising funcione a la perfección, hasta ahora en las visitas papales habían puesto a la venta mochilas, sin duda el producto estrella, camisetas con la fotografía del Papa, gorras y abanicos con el amarillo y blanco del estado pontificio para mitigar los ardores del Sol, tazas para el desayuno desde las que un sonriente Papa bendecía el primer ágape del día, bolígrafos para mejor escribir las oraciones y también llaveros por aquello de que el primer Papa fue San Pedro que ahora desde la portería del cielo es el portador de las llaves de la dulce eternidad que espera a los que se porten bien en este mundo de padecimientos.
Pero cuando el Papa aterrice el próximo día 19 en Barajas se va a encontrar con un producto nuevo, miles de rollos de papel higiénico con los colores de la bandera del Vaticano le recibirán enarbolados por las entusiastas manos de los jóvenes que desde diversos lugares del mundo tomarán la capital de España para recibir a su héroe. Confieso que me quede un poco sorprendido cuando me enteré de esta noticia, hasta ahora había visto y comprado en más de una ocasión papel higiénico con los colores de la bandera de las barras y estrellas, era el tiempo de la guerra del Vietnam y casi todos estábamos en contra del imperialismo yanqui por lo que limpiarse el trasero con las barras y las estrellas era tenido como un acto más de protesta. Más tarde aparecieron rollos de papel higiénico con billetes de 500 euros estampados en su superficie, para muchos fue la primera ocasión de tener, aunque fueran falsos, estos billetes en la mano y todo un lujo limpiarse con ellos aunque al paso que vamos pronto podremos hacerlo con euros originales, aunque tan sólo nos podremos permitir el lujo de hacerlo con los billetes de cinco euros, los de 500 se siguen amontonando en las cloacas del dinero negro y los maletines de los corruptos.
Por eso me extrañó sobremanera que el Vaticano diera el visto bueno a la salida al mercado de un papel higiénico con sus colores, me pareció una irreverencia total hasta que algún monseñor explicó que la idea era que los rollos fueran lanzados a modo de serpentinas gigantes al paso del papamóvil por las calles madrileñas, lo que me sigue pareciendo extraño es que si tan sólo van a servir como elementos coloristas lanzados al paso del Papa se hayan fabricado con tres capas de papel, se hayan testado dermatológicamente para que no dañen ningún trasero virgen y se hayan aromatizado para paliar la pestilencia que suele abundar en los retretes. Si tan sólo se van a utilizar como serpentinas a qué viene darles el mismo tratamiento que si de simple papel higiénico se tratara, tal vez los organizadores del evento han pensado que a alguno de los asistentes le puede venir un apretón en el momento más inoportuno y precise del papel aunque sea casi un sacrilegio limpiarse con los colores de su admirado líder. No se si al hacerlo el necesitado de papel estará cometiendo algún tipo de pecado, pero si es así seguro que será venial y le será perdonado simplemente por haber hecho el sacrificio de escuchar cualquiera de los ocho discursos que el Papa hará en su visita madrileña.
Se van a divertir mucho los jóvenes asistentes a esta Jornada Mundial de la Juventud, verán y aplaudirán a su líder, tendrán la oportunidad de confraternizar con otros jóvenes y tal vez en este encuentro se forjen algunas parejas cristianas como desean los monseñores para sin adminículos que veten la procreación ir aumentando la población mundial, verán desfilar a la Legión con su cabra al frente y tal vez, sin quererlo porque es pecado, algunas jóvenes y, por qué no, también algunos jóvenes tendrán malos pensamientos ante la visión de tanta virilidad suelta por las avenidas de Madrid, todo un programa por el que vale la pena viajar hasta Madrid y si hace calor ya saben, a echar mano del abanico amarillo y blanco y si el vientre aprieta y todavía no han lanzado la enorme serpentina corriendo al excusado donde el rollo de papel con los colores papales les será de mucha utilidad. El glamour del Vaticano ya no está tan sólo en los zapatos de Prada del Santo Padre, también aparece en los rollos de papel higiénico.