Una de las cosas que más enfada al público cuando se está disputando un partido de fútbol, es el engaño por el engaño. Esto es, el teatro y el cuento que muchos futbolistas le echan a según qué entradas, acciones y lances del encuentro.
Uno de los jugadores que desde su llegada al fútbol estatal ha desatado esa catarsis de odio en el respetable, es Cristiano Ronaldo. De las mil y una veces que se ha tirado al suelo protestando duras entradas, en casi todas, sólo han sido simulaciones, puro teatro.
Y como Cristiano hay muchos más, pero que es el portugués abusa en ese tipo de acciones y la gente se acaba cansando de tanta pantomima. Pero ahora le ha salido una gran competidor en la carrera hacia el estrellato en el arte de fingir. Sí, estoy hablado de David Navarro.
No, no estoy a favor de criminalizar a un jugador que entra duro, en las disputas por el control del esférico. Pero sí estoy a favor, de que un jugador reciba un buena sanción si encima de hacer daño a un compañero, tiene la caradura de hacer un paripé para que no le sancionen.
El historial de David Navarro no es precisamente el más ejemplar. Después del espectáculo que demostró tras el encuentro que disputaron el Inter y el Valencia en el 2007, al salir del banquillo a propinarle un puñetazo a Burdisso y salir corriendo como un auténtico cobarde, lo de este pasado domingo se queda en otra anécdota. para seguir rellenando su currículum en “el buen hacer” dentro de los terrenos de juego.
En aquel momento la UEFA, le sancionó con siete meses de suspensión, que quedó en uno porque al final pidió disculpas públicamente y llamó al jugador. En esta ocasión, espero que también tenga una sanción, y no económica que tenga que pagar su club. Sino que pague sin jugar cierto tiempo, por el error cometido en San Mamés.
Duele que te den un codazo, y eso pasa en todos los encuentros, pero duele más que encima que te dan se rían de ti. En el fútbol vale todo, pero también hay que saber donde se mete uno, por lo que luego puede pasar. Y a la larga, son las diferentes cámaras de televisión las que deshacen todo este entuerto.
Otros que también tienen que estar tragándose el papelón de su vida, son los propios compañeros de Navarro y el propio club. Como compañero no te queda otra que salir a defender a un colega, como club deberían dar ejemplo y llamar al orden,
Y mientras todos y todas seguimos hablando de este tema, Llorente sigue con tres grapas en la cabeza y con la cara de tonto que se te queda por tener que vivir en primera persona todo este circo romano.