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Jesús Salamanca

No rotundo a la huelga

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No apoyamos la huelga general, porque es una huelga pactada ante la deteriorada y desprestigiada imagen de los sindicatos obreros o Sindicalismo Vertical Unificado. No se puede secundar una llamada que procede de la falsedad, la hipocresía, el engaño, el fraude, el acomodo y la traición a la España de trabajadores y parados, así como NO se debe secundar la huelga, cuya convocatoria procede de quienes más daño han hecho y más puestos de trabajo han destruido en los últimos cuatro años, en colaboración con el Gobierno y en provecho propio o de sus familiares.

Los sindicatos obreros están aislados y deben seguir así hasta su desaparición; bien es cierto que hay que trabajar para abrir la Constitución y hacer las modificaciones oportunas. El modelo sindical trasnochado que defiende el sindicalismo obrero ya no tiene lugar en nuestra sociedad democrática y modernizada.

Tenemos que conseguir que el día 29 NO se note en el consumo ni en el tráfico ni en los colegios ni en la empresa y mucho menos en los servicios básicos. Hemos de conseguir que la normalidad impere en la sociedad y si, llegado el caso, los piquetes coactivos intentan molestar, será el momento de actuar con contundencia, rotundidad y mano dura, pero dentro de la ley.

Ni jóvenes ni jubilados deben salir a la calle para dar imagen de huelga ni alimentar la algarada que pretenden los sindicatos obreros del Sindicalismo Vertical. Un sindicalismo que daña a los trabajadores y recibe millones para seguir manteniendo el actual Latrocinio sindical, antes conocido como Patrimonio de Abuso y Pernada (PAP). Los abuelos deben seguir llevando a sus nietos al colegio y los jóvenes acudiendo al instituto, colegio o centro educativo correspondiente.

Debe ser un día de normalidad, de participación en las tareas cotidianas y de evitar vociferar inútilmente. Los sindicatos obreros convocantes tienen que escuchar la voz de nuestra indiferencia; debemos aprender a defender nuestra dignidad frente al abuso sindical y el fraude de los 'burdeles' sindicales. La huelga tiene sus riesgos: no es el momento; llega con cuatro años de retraso; a nosotros nos descuentan cientos de euros, mientras que a los sindicatos les incentivan y no les descuentan nada. Pretenden que paguemos sus vicios y su mala gestión. Y claro que hemos de pagarlo, pero con la indiferencia y con la mano abierta, frente a la criminalidad del puño cerrado que ha caldeado la Historia de siglos.

Cada vez son más las organizaciones que han anunciado que NO apoyarán las algaradas del Sindicato Vertical. Cada vez son más quienes se desmarcan del lujo sindical de yates, millones de euros, copiosas y caras comidas de alta alcurnia, imitación al empresariado y 'babeo' infantil frente al Gobierno.

El día 29 de septiembre, millones de trabajadores, parados y jubilados están obligados a hacer una peineta de larga duración a UGT y a CC.OO. Hay que decirles en voz alta que la sociedad civil no va a parar hasta que abandonen sus ‘madrigueras’ de pernada y cambien el modelo anquilosado que hoy manipulan y del que abusan.

Invocamos a la resistencia ciudadana frente a los atropellos y el abuso de los sindicatos obreros, ante los retrocesos en que nos han sumido. Hacemos un llamamiento a los consumidores, ciudadanos y usuarios de los servicios públicos para que no rechacen el choque frente al modelo sindical del látigo, el vicio, el ocio, el engaño y el atropello.

¡NO vayas a la huelga, ciudadano, demuestra tu sensatez cívica!

No rotundo a la huelga

Jesús Salamanca
Jesús  Salamanca
viernes, 17 de septiembre de 2010, 22:00 h (CET)
No apoyamos la huelga general, porque es una huelga pactada ante la deteriorada y desprestigiada imagen de los sindicatos obreros o Sindicalismo Vertical Unificado. No se puede secundar una llamada que procede de la falsedad, la hipocresía, el engaño, el fraude, el acomodo y la traición a la España de trabajadores y parados, así como NO se debe secundar la huelga, cuya convocatoria procede de quienes más daño han hecho y más puestos de trabajo han destruido en los últimos cuatro años, en colaboración con el Gobierno y en provecho propio o de sus familiares.

Los sindicatos obreros están aislados y deben seguir así hasta su desaparición; bien es cierto que hay que trabajar para abrir la Constitución y hacer las modificaciones oportunas. El modelo sindical trasnochado que defiende el sindicalismo obrero ya no tiene lugar en nuestra sociedad democrática y modernizada.

Tenemos que conseguir que el día 29 NO se note en el consumo ni en el tráfico ni en los colegios ni en la empresa y mucho menos en los servicios básicos. Hemos de conseguir que la normalidad impere en la sociedad y si, llegado el caso, los piquetes coactivos intentan molestar, será el momento de actuar con contundencia, rotundidad y mano dura, pero dentro de la ley.

Ni jóvenes ni jubilados deben salir a la calle para dar imagen de huelga ni alimentar la algarada que pretenden los sindicatos obreros del Sindicalismo Vertical. Un sindicalismo que daña a los trabajadores y recibe millones para seguir manteniendo el actual Latrocinio sindical, antes conocido como Patrimonio de Abuso y Pernada (PAP). Los abuelos deben seguir llevando a sus nietos al colegio y los jóvenes acudiendo al instituto, colegio o centro educativo correspondiente.

Debe ser un día de normalidad, de participación en las tareas cotidianas y de evitar vociferar inútilmente. Los sindicatos obreros convocantes tienen que escuchar la voz de nuestra indiferencia; debemos aprender a defender nuestra dignidad frente al abuso sindical y el fraude de los 'burdeles' sindicales. La huelga tiene sus riesgos: no es el momento; llega con cuatro años de retraso; a nosotros nos descuentan cientos de euros, mientras que a los sindicatos les incentivan y no les descuentan nada. Pretenden que paguemos sus vicios y su mala gestión. Y claro que hemos de pagarlo, pero con la indiferencia y con la mano abierta, frente a la criminalidad del puño cerrado que ha caldeado la Historia de siglos.

Cada vez son más las organizaciones que han anunciado que NO apoyarán las algaradas del Sindicato Vertical. Cada vez son más quienes se desmarcan del lujo sindical de yates, millones de euros, copiosas y caras comidas de alta alcurnia, imitación al empresariado y 'babeo' infantil frente al Gobierno.

El día 29 de septiembre, millones de trabajadores, parados y jubilados están obligados a hacer una peineta de larga duración a UGT y a CC.OO. Hay que decirles en voz alta que la sociedad civil no va a parar hasta que abandonen sus ‘madrigueras’ de pernada y cambien el modelo anquilosado que hoy manipulan y del que abusan.

Invocamos a la resistencia ciudadana frente a los atropellos y el abuso de los sindicatos obreros, ante los retrocesos en que nos han sumido. Hacemos un llamamiento a los consumidores, ciudadanos y usuarios de los servicios públicos para que no rechacen el choque frente al modelo sindical del látigo, el vicio, el ocio, el engaño y el atropello.

¡NO vayas a la huelga, ciudadano, demuestra tu sensatez cívica!

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