La clasificación general dio un vuelco en Bagneres de Bigorre, con Alberto Contador consiguiendo el liderato de la prueba, mientras que el triunfo de etapa fue para Thomas Voeckler.

Ricardo Alonso-Bartol / SIGLO XXI
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Este popular refrán no se le olvidará en un tiempo a Andy Schleck tras lo acontecido en la etapa de hoy del Tour de Francia, la cual afrontaba con el jersey amarillo. El ciclista luxemburgués había dejado pasar algunas opciones de lanzar su ataque a su máximo rival, Contador, para recuperarle tiempo con el que afrontar de una manera más tranquila la contrarreloj final. Hoy decidió que podía ser un buen día, y su ataque durísimo en los últimos kilómetros de Balès se vio frenado cuando su cadena se salía, algo que le obligaba a parar, viendo como su rival por el maillot amarillo y sus oponentes en la lucha por el podio se marchaban, lanzándose en el descenso con 20 segundos de ventaja.

A Andy ya le habían perdonado la vida en Spa, Bélgica, cuando sufría una caída que en otras ocasiones hubiera tirado por tierra casi todas sus opciones de llevarse el triunfo en la ronda gala. Al día siguiente demostró junto a su equipo que ese fallo podría costarles caro a otros aspirantes al maillot amarillo, recuperando tiempo en Arenberg. Sin embargo en esta ocasión el perdón no ha llegado, como era lógico, y el pequeño de los Schleck no solo pierde su liderato, sino que ve como Menchov y Samuel Sánchez le recuperan 39 segundos en la lucha por el podio. Estos, junto a Contador, doblaron en la bajada hacia meta el tiempo con el que habían coronado el puerto, después de una gran remontada del luxemburgués tras su avería mecánica.

El dúo de aspirantes al podio se habían unido a los aspirantes al maillot amarillo en un primer intento de Andy Schleck, en el que también se unió Van den Broeck, mostrándose como el quinteto más fuerte de todo el Tour de Francia. Todos ellos se vigilaron, y el grupo volvió a engordar, hasta el segundo y definitivo ataque del luxemburgués, que por unos momentos parecía poder llegar a buen puerto hasta que se produjo la consebida avería.

Ajeno a estas luchas viajó durante casi toda la última ascensión Thomas Voeckler, que atacó a sus compañeros de fuga en las primeras rampas duras del Port de Balès, y fue ampliando progresivamente su ventaja sobre Alessandro Ballan y Aitor Pérez, este último uniéndose al italiano cuando el puerto llegaba a su fin. Todos ellos habían formado parte de la fuga del día, la cual casi 100 kilómetros en conformarse, provocando que se viviera una salida rapídisima dentro del pelotón. Diez corredores fueron los que consiguieron filtrarse en ella, y el pelotón aprovechó para descansar hasta la última ascensión del día, permitiendo que los escapados la afrontaran con diez minutos de ventaja, jugándose entre ellos el triunfo parcial.

Tras un primer intento de Vansummeren, Voeckler aprovechó el trabajo de su compañero de equipo Turgot, y conseguía un nuevo éxito en el Tour de Francia, vestido de nuevo con el maillot de campeón galo, como ya hiciera en 2004. Sin embargo en esa ocasión no se llevaría una etapa, sino el premio de vestir durante varios días el maillot amarillo, el cual en esta ocasión ha caído en manos de Alberto Contador.