Cada vez que comparece ante los medios algún ex ministro es para echarse a temblar. Ahora le ha tocado el turno a Miguel Boyer, el autor de la Ley de Arrendamientos Urbanos que puso el punto final al alquiler como primera opción de vivienda de los españoles, dando pie a la enloquecida aventura hipotecaria que hoy tanto nos duele.
Se ve que desde entonces don Miguel ha hecho fortuna, pues los 6.500 euros que cobra mensualmente un ministro le parece el salario del analfabeto. Lo cierto es que hay cientos de miles de universitarios que llevan varios años trabajando por mucho menos dinero. Pero, claro, un señor cuyo currículum está trufado de puestazos como la presidencia del Banco Exterior, la vicepresidencia del grupo Fomento y Construcciones y Contratas, o la presidencia de la Compañía Logística de Hidrocarburos, y, además, está casado con Isabel Preysler, pues qué va a decir. Está claro que para el señor Boyer el 90% de los españoles somos unos analfabetos que podríamos llegar a ser, eso sí, ministros. A este señor sí se le puede preguntar quiénes son los ricos de verdad, esos a los que Zapatero les va a sacar la manteca. Él sí que lo sabe. Y pensar que hace unos años se decía socialista.