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Teresa Berengueras

Las gurús de la moda contra las gordas

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Vanity Fair y Vogue en su edición americana han decidido no poner en sus portadas a la actriz americana y negra Gabourey Sidibe (pronúnciese Gaebrei Sidibei), recientemente nominada como mejor actriz por el papel que ha hecho en la película Precious. Como es sabido el Oscar se lo llevó Sandra Bullock, pero Gabourey ha sido la actriz revelación de este año tras la magnífica interpretación de una niña adolescente que sufre abusos de todo tipo y violaciones de su padre entre otras muchas catástrofes personales. Un drama que emociona, un buen film para recomendar, sin duda Gabourey merecía la estatuilla pero todos sabemos cómo van las historias de Hollywood, de cualquier forma Gabourey nacida el seis de mayo de 1983 (cumplirá 27 años) en Brooklyn, hija de una madre cantante callejera de R&B y góspel y de un taxista senegalés, no esperaba que el cine la tratara tan bien y mucho menos llegar a formar parte de un elenco de actrices llamadas al éxito internacional. Gabourey cuando sus padres se separaron se fue a vivir con su madre y su hermano mayor a Harlem. Estudiaba psicología en el Mercy College de Nueva York y trabajaba como tele-operadora, un día un amigo le dijo que se presentara al casting de Precious, se lo pensó varias veces, pero al final se lanzó, ganó a las cuatrocientas aspirantes.

La vimos espectacular en la alfombra roja de los Oscar al lado de los grandes mitos de la Meca dorada del cine, en medio del voraz Hollywood se paseó por esa cotizada alfombra como si fuera su casa, Gabourey eligió para esta ocasión un vestido largo azul eléctrico que le dejaba los hombros al aire, con los hombros caídos que le cubrían hasta el codo, su escote era en pico y el mismo estaba bordado con flores claras también en la cintura que ceñía con el mismo bordado, el vestido de una tela con caída le dejaba en la parte atrás una corta cola. Estaba espléndida, peinó su media melena detrás de las orejas y sobre la frente caía su particular flequillo. Sonreía Gabourey y la vi contestar a varias televisiones con sentido del humor y de la realidad: “sé que no voy a ganar, mis compañeras tienen mucho talento y lo tienen bien merecido pero mi experiencia al hacer este personaje y ver que la película Precious ha tenido tanta atención hace que ya me sienta muy recompensada, así como también el poder asistir a esta gala especial y única para mi”. Se expresaba con sencillez, con mucha espontaneidad, como una mujer que abraza un futuro del que espera mucho y para el que ya se siente preparada y aún con mucho camino por recorrer, sin estupideces, sin prepotencia, sin falsas ilusiones, dispuesta a trabajar mucho. De hecho ya ha rodado una nueva cinta “Yelling to the staky”.

Ahora las gurús de la moda americana, las revistas Vanity Fair y Vogue, han manifestado que la actriz no cumple los mínimos requisitos para poder aparecer en sus portadas. Los vestidos que aparecen en estas publicaciones los lucen personajes y modelos que son únicos y tienen una talla “cero”, esto, obviamente, hace imposible que se enfunde estos trajes una chica normal y una persona gorda o con sobrepeso. Las gurús elitistas del “savoir faire”, las que sólo tienen en la boca la palabra “glamour” cuando en realidad nadie sabe muy bien lo que es, han desacreditado e insultado, si se me permite, a la joven actriz al decir que Gabourey ofreció una imagen deplorable en la alfombra roja donde según ellas llevaba por vestido una “tienda de campaña” y sólo por ello no pueden permitir que su presencia en sus portadas degrade sus cuidados estilismos.

Vayamos por partes, si Vanity Fair y Vogue tienen una línea editorial en donde se promociona la extrema delgadez y las marcas de lujo porque tienen ese público están en su derecho en defender su negocio siempre y cuando sus palabras sean adecuadas, sin faltar ni atentar a la imagen de nadie, absolutamente desorbitado me parece que desacrediten a una persona por no pertenecer a su “lobby” o por tener otro tipo de imagen y hablen de forma maleducada lo que nada dice en su favor pues todo el mundo cree que éstas revistas son educadas, dialogantes y poseen un mínimo de humanidad, otra lectura podríamos hacer al ver este comentario tan lamentable, se creen Dios, son dictadoras de un sistema de moda que no es uso para el común de los mortales y su exquisitez (que no es) está basada en llevar de la cabeza a los pies un amplio catálogo de nombres de marcas, asunto éste que en moda, en elegancia y lujo ya está desterrado.

Sabemos que en América tienen un verdadero problema con la abundante población con sobrepeso. Es este un tema que les preocupa pero parece que los escarceos de Obama para solucionar esta problemática han sido sólo eso. En los restaurantes de comida rápida y en otros se ofrece la posibilidad de repetir varias veces de muchos platos, hay sillas dobles para ser ocupadas por obesos y muchas personas han tenido que acudir a comprarse una silla de ruedas para poder desplazarse, el tema del sobrepeso es alarmante. Gabourey, sin duda, es una mujer a la que le sobran unos cuantos kilos pero ella ha manifestado que está contenta como es y le dan lástima las personas que no saben amarse en sus mismas circunstancias. Desde luego Gabourey tiene personalidad y por lo tanto los insultos provenientes de éstas gurús que para seguir vistiendo de Prada se pasan los días saboreando ensaladas de lechuga y bebiendo cola light y sin cafeína para seguir manteniendo la talla doble cero si es menester no le afectan.

Ni lo uno ni lo otro, pero por encima de todo hay que saber ser personas y respetar a los demás, hagan lo que hagan su vida es básica y ser gurú de la moda no significa imponer criterios y mucho menos en personas que han demostrado una valía, vean a Gabourey en Precious y se van a olvidar de su aspecto, espectacular personaje, nadie, y tampoco ella, pueda ser insultada ni por el vestido que se puso en Hollywood ni por su peso, hay que suponer que está rodeada de personas que la aconsejarán en caso de que en su vida se encienda la luz roja, cosa que parece no tienen en cuenta las elitistas de Vanity Fair y Vogue.

QUINIENTAS CUARENTA INFILTRACIONES SIN PINCHAR

La doctora Virtudes Ruiz Fernández ha presentado un tratamiento con Mesoline Roller que permite a la piel mejorar su aspecto infiltrando productos que redensifican la dermis y la hidratan sin tener el paciente que recibir pinchazos. Las sustancias que utiliza de forma individualizada en cada paciente: nutrientes, vitaminas, ácido hialurónico, antioxidantes, etc., no sólo actúan por sí mismas sino que ponen a trabajar las células de la dermis para que produzcan elastina y colágeno. Su efecto flash sobre la piel se nota desde la primera sesión con efectos prolongados. Los pacientes manifiestan un incremento notable e instantáneo de luminosidad, tersura, frescura y lozanía. Acompañando a su eficacia se encuentra a largo plazo la disminución de arrugas finas, la minimización de poros y una marcada normalización cutánea. El aparato con el que se realiza dicho tratamiento dispone de un cabezal en forma de rodillo compuesto por pequeñas agujas de punta roma extremadamente fina de 1 mm de longitud. La punta roma evita la formación de moratones pues no se producen pinchazos y garantiza la ausencia de lesiones durante el procedimiento con un máximo de eficiencia. El uso del rodillo mencionado aumenta la tasa de penetración afectiva de la dermis y epidermis mediante la creación de cientos de microcanales con sus 540 agujas. La doctora Virtudes Ruiz trabaja en su consultorio ubicado en Murcia.

RAIMON BUNDÓ ABRE EN BARCELONA
Raimon Bundó que viste a las novias barcelonesas de buena familia desde hace más de veinticinco años desde su showroom de la Diagonal de esta ciudad ha abierto una tienda de seiscientos metros cuadrados al lado del espacio desde donde vistió a tantas mujeres en el día más feliz de su vida. Bundó inauguró su primera tienda de Madrid en el barrio de Salamanca hace dos años, allí en la calle Alfonso XII un espacio nítido acoge los últimos modelos de la firma, muchos de ellos firmados por Ivonne Ruiz la esposa de Raimon, Ivonne es una creadora joven que centra algunas de sus colecciones en el mundo del arte, teniendo gran aceptación en las novias de ahora, la moda nupcial con los años y por suerte para el sector se ha democratizado y el sector se ha ampliado para encontrar muchos modelos para poder lucir en ese día blanco. El nuevo espacio de la Diagonal de Barcelona es amplio, luminoso y sigue las coordenadas de estilismo arquitectónico y de interiorismo de la tienda de Madrid, es la esencia de la firma mantener la imagen así como el trato personalizado con la clienta. Las novias van a Bundó y encuentran todo tipo de propuestas, se prueban el modelo único que hay en la tienda, escogen y luego se les hace a medida, el hecho de tener el showroom de toda la vida en el primer piso del edificio colindante a la nueva tienda ofrece la posibilidad de que entre los dos espacios se produzca una sinergia.

Visitamos a Raimon e Ivonne un mediodía lluvioso pero con trabajo, Ivonne está inmersa en la nueva creación de la colección que será presentada próximamente en la Pasarela Gaudí Novias, no nos avanza nada, absolutamente, está en proceso de creación y cree a pies juntillas que avanzar algún dato trae mala suerte. Hay que respetar a los artistas, si nos enseñan la nueva colección para niñas que van a hacer su primera comunión, trajes especiales por su diseño, muy alejados de los que durante años las niñas han tenido que llevar en esta fecha: “Nuestras novias que ya tienen hijas nos pidieron que hiciésemos esta colección para sus hijas y así empezamos, tiene mucho éxito y las niñas ya riñen con la madres y las abuelas porque ellas quieren un modelo y las madres prefieren otro, hoy las niñas saben muy bien qué les gusta ponerse para sus fiestas más importantes”.

Las gurús de la moda contra las gordas

Teresa Berengueras
Teresa Berengueras
lunes, 5 de abril de 2010, 09:13 h (CET)
Vanity Fair y Vogue en su edición americana han decidido no poner en sus portadas a la actriz americana y negra Gabourey Sidibe (pronúnciese Gaebrei Sidibei), recientemente nominada como mejor actriz por el papel que ha hecho en la película Precious. Como es sabido el Oscar se lo llevó Sandra Bullock, pero Gabourey ha sido la actriz revelación de este año tras la magnífica interpretación de una niña adolescente que sufre abusos de todo tipo y violaciones de su padre entre otras muchas catástrofes personales. Un drama que emociona, un buen film para recomendar, sin duda Gabourey merecía la estatuilla pero todos sabemos cómo van las historias de Hollywood, de cualquier forma Gabourey nacida el seis de mayo de 1983 (cumplirá 27 años) en Brooklyn, hija de una madre cantante callejera de R&B y góspel y de un taxista senegalés, no esperaba que el cine la tratara tan bien y mucho menos llegar a formar parte de un elenco de actrices llamadas al éxito internacional. Gabourey cuando sus padres se separaron se fue a vivir con su madre y su hermano mayor a Harlem. Estudiaba psicología en el Mercy College de Nueva York y trabajaba como tele-operadora, un día un amigo le dijo que se presentara al casting de Precious, se lo pensó varias veces, pero al final se lanzó, ganó a las cuatrocientas aspirantes.

La vimos espectacular en la alfombra roja de los Oscar al lado de los grandes mitos de la Meca dorada del cine, en medio del voraz Hollywood se paseó por esa cotizada alfombra como si fuera su casa, Gabourey eligió para esta ocasión un vestido largo azul eléctrico que le dejaba los hombros al aire, con los hombros caídos que le cubrían hasta el codo, su escote era en pico y el mismo estaba bordado con flores claras también en la cintura que ceñía con el mismo bordado, el vestido de una tela con caída le dejaba en la parte atrás una corta cola. Estaba espléndida, peinó su media melena detrás de las orejas y sobre la frente caía su particular flequillo. Sonreía Gabourey y la vi contestar a varias televisiones con sentido del humor y de la realidad: “sé que no voy a ganar, mis compañeras tienen mucho talento y lo tienen bien merecido pero mi experiencia al hacer este personaje y ver que la película Precious ha tenido tanta atención hace que ya me sienta muy recompensada, así como también el poder asistir a esta gala especial y única para mi”. Se expresaba con sencillez, con mucha espontaneidad, como una mujer que abraza un futuro del que espera mucho y para el que ya se siente preparada y aún con mucho camino por recorrer, sin estupideces, sin prepotencia, sin falsas ilusiones, dispuesta a trabajar mucho. De hecho ya ha rodado una nueva cinta “Yelling to the staky”.

Ahora las gurús de la moda americana, las revistas Vanity Fair y Vogue, han manifestado que la actriz no cumple los mínimos requisitos para poder aparecer en sus portadas. Los vestidos que aparecen en estas publicaciones los lucen personajes y modelos que son únicos y tienen una talla “cero”, esto, obviamente, hace imposible que se enfunde estos trajes una chica normal y una persona gorda o con sobrepeso. Las gurús elitistas del “savoir faire”, las que sólo tienen en la boca la palabra “glamour” cuando en realidad nadie sabe muy bien lo que es, han desacreditado e insultado, si se me permite, a la joven actriz al decir que Gabourey ofreció una imagen deplorable en la alfombra roja donde según ellas llevaba por vestido una “tienda de campaña” y sólo por ello no pueden permitir que su presencia en sus portadas degrade sus cuidados estilismos.

Vayamos por partes, si Vanity Fair y Vogue tienen una línea editorial en donde se promociona la extrema delgadez y las marcas de lujo porque tienen ese público están en su derecho en defender su negocio siempre y cuando sus palabras sean adecuadas, sin faltar ni atentar a la imagen de nadie, absolutamente desorbitado me parece que desacrediten a una persona por no pertenecer a su “lobby” o por tener otro tipo de imagen y hablen de forma maleducada lo que nada dice en su favor pues todo el mundo cree que éstas revistas son educadas, dialogantes y poseen un mínimo de humanidad, otra lectura podríamos hacer al ver este comentario tan lamentable, se creen Dios, son dictadoras de un sistema de moda que no es uso para el común de los mortales y su exquisitez (que no es) está basada en llevar de la cabeza a los pies un amplio catálogo de nombres de marcas, asunto éste que en moda, en elegancia y lujo ya está desterrado.

Sabemos que en América tienen un verdadero problema con la abundante población con sobrepeso. Es este un tema que les preocupa pero parece que los escarceos de Obama para solucionar esta problemática han sido sólo eso. En los restaurantes de comida rápida y en otros se ofrece la posibilidad de repetir varias veces de muchos platos, hay sillas dobles para ser ocupadas por obesos y muchas personas han tenido que acudir a comprarse una silla de ruedas para poder desplazarse, el tema del sobrepeso es alarmante. Gabourey, sin duda, es una mujer a la que le sobran unos cuantos kilos pero ella ha manifestado que está contenta como es y le dan lástima las personas que no saben amarse en sus mismas circunstancias. Desde luego Gabourey tiene personalidad y por lo tanto los insultos provenientes de éstas gurús que para seguir vistiendo de Prada se pasan los días saboreando ensaladas de lechuga y bebiendo cola light y sin cafeína para seguir manteniendo la talla doble cero si es menester no le afectan.

Ni lo uno ni lo otro, pero por encima de todo hay que saber ser personas y respetar a los demás, hagan lo que hagan su vida es básica y ser gurú de la moda no significa imponer criterios y mucho menos en personas que han demostrado una valía, vean a Gabourey en Precious y se van a olvidar de su aspecto, espectacular personaje, nadie, y tampoco ella, pueda ser insultada ni por el vestido que se puso en Hollywood ni por su peso, hay que suponer que está rodeada de personas que la aconsejarán en caso de que en su vida se encienda la luz roja, cosa que parece no tienen en cuenta las elitistas de Vanity Fair y Vogue.

QUINIENTAS CUARENTA INFILTRACIONES SIN PINCHAR

La doctora Virtudes Ruiz Fernández ha presentado un tratamiento con Mesoline Roller que permite a la piel mejorar su aspecto infiltrando productos que redensifican la dermis y la hidratan sin tener el paciente que recibir pinchazos. Las sustancias que utiliza de forma individualizada en cada paciente: nutrientes, vitaminas, ácido hialurónico, antioxidantes, etc., no sólo actúan por sí mismas sino que ponen a trabajar las células de la dermis para que produzcan elastina y colágeno. Su efecto flash sobre la piel se nota desde la primera sesión con efectos prolongados. Los pacientes manifiestan un incremento notable e instantáneo de luminosidad, tersura, frescura y lozanía. Acompañando a su eficacia se encuentra a largo plazo la disminución de arrugas finas, la minimización de poros y una marcada normalización cutánea. El aparato con el que se realiza dicho tratamiento dispone de un cabezal en forma de rodillo compuesto por pequeñas agujas de punta roma extremadamente fina de 1 mm de longitud. La punta roma evita la formación de moratones pues no se producen pinchazos y garantiza la ausencia de lesiones durante el procedimiento con un máximo de eficiencia. El uso del rodillo mencionado aumenta la tasa de penetración afectiva de la dermis y epidermis mediante la creación de cientos de microcanales con sus 540 agujas. La doctora Virtudes Ruiz trabaja en su consultorio ubicado en Murcia.

RAIMON BUNDÓ ABRE EN BARCELONA
Raimon Bundó que viste a las novias barcelonesas de buena familia desde hace más de veinticinco años desde su showroom de la Diagonal de esta ciudad ha abierto una tienda de seiscientos metros cuadrados al lado del espacio desde donde vistió a tantas mujeres en el día más feliz de su vida. Bundó inauguró su primera tienda de Madrid en el barrio de Salamanca hace dos años, allí en la calle Alfonso XII un espacio nítido acoge los últimos modelos de la firma, muchos de ellos firmados por Ivonne Ruiz la esposa de Raimon, Ivonne es una creadora joven que centra algunas de sus colecciones en el mundo del arte, teniendo gran aceptación en las novias de ahora, la moda nupcial con los años y por suerte para el sector se ha democratizado y el sector se ha ampliado para encontrar muchos modelos para poder lucir en ese día blanco. El nuevo espacio de la Diagonal de Barcelona es amplio, luminoso y sigue las coordenadas de estilismo arquitectónico y de interiorismo de la tienda de Madrid, es la esencia de la firma mantener la imagen así como el trato personalizado con la clienta. Las novias van a Bundó y encuentran todo tipo de propuestas, se prueban el modelo único que hay en la tienda, escogen y luego se les hace a medida, el hecho de tener el showroom de toda la vida en el primer piso del edificio colindante a la nueva tienda ofrece la posibilidad de que entre los dos espacios se produzca una sinergia.

Visitamos a Raimon e Ivonne un mediodía lluvioso pero con trabajo, Ivonne está inmersa en la nueva creación de la colección que será presentada próximamente en la Pasarela Gaudí Novias, no nos avanza nada, absolutamente, está en proceso de creación y cree a pies juntillas que avanzar algún dato trae mala suerte. Hay que respetar a los artistas, si nos enseñan la nueva colección para niñas que van a hacer su primera comunión, trajes especiales por su diseño, muy alejados de los que durante años las niñas han tenido que llevar en esta fecha: “Nuestras novias que ya tienen hijas nos pidieron que hiciésemos esta colección para sus hijas y así empezamos, tiene mucho éxito y las niñas ya riñen con la madres y las abuelas porque ellas quieren un modelo y las madres prefieren otro, hoy las niñas saben muy bien qué les gusta ponerse para sus fiestas más importantes”.

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