Juan José Haedo, del Saxo Bank, ganó la séptima y última etapa de la Volta a Catalunya, derrotando en el sprint a Robert Förster, del Milram, y a Nicolas Roche, del Ag2r. El vencedor de la clasificación general fue el catalán Joaquim Rodríguez, del Katusha, mientras que Xavi Tondo, del Cervélo, segundo, y Rein Taaramäe, del Cofidis, tercero, completaron el podio.
Álvaro Calleja / Siglo XXI
En el Hemisferio Sur, en Oceanía, en Australia, en Albert Park, un asturiano, vestido de rojo, en un coche rojo, fue protagonista de una espectacular remontada que no acabó con el mejor premio posible pero que le sirvió para seguir liderando el Mundial de Fórmula 1. Mientras tanto, en otro circuito, en el Hemisferio Norte, en Europa, en España, en Montmeló, un catalán se preparaba en su hotel, comenzaba su transformación en ciclista del Katusha y ponía dirección al CAR de Sant Cugat, a la salida de la última etapa de la Volta a Catalunya, el último obstáculo en su camino para conquistar la clasificación general que revolcó camino de La Seu d´Urgell, en el tercer día de competición, y de la que ocupó un primer peldaño que ya nunca abandonaría.
El vencedor en Albert Park, el ganador, el triunfador, fue un inglés llamado Jenson Button, pero las cámaras, los focos, las miradas, estaban fijamente apuntando a un español que salió tercero, rodó último y acabó cuarto. Lo mismo ocurrió en Montmeló, donde ganó un argentino que responde al nombre de Juan José Haedo, el mayor de los hermanos Haedo, hijo de Juan Carlos, también ciclista, pero la atención estaba puesta en “Purito”, en Joaquim Rodríguez, en ese chico que este año cambió Navarra por Rusia, el antiguo Banesto por el antiguo Tinkoff, el Caisse d´Epargne por el Katusha.
“Purito”, que en el Mundial de Mendrisio escribió la página más bella de su carrera deportiva, se colgó el bronce, evitó sin problemas ese último obstáculo y se llevó la Volta a Catalunya a Parets del Vallés, donde nació y por donde hoy pasó el pelotón camino de meta tras cruzar otro pueblo, el de Montcada i Reixac, que también vivió momentos de alegría, de celebración, de diversión, cuando Miguel Poblet, el gran Poblet, se hacía un hueco en la historia de este bello deporte, del ciclismo, siendo el primer corredor que se adjudicaba etapas en las tres grandes vueltas, que se metía en el corazón de todos sus paisanos tras conquistar en dos ocasiones la Milán-San Remo.
En el podio, Joaquim Rodríguez, de azul y blanco, con los colores de su nueva escuadra, estuvo acompañado por una de las grandes sensaciones del año, por Xavi Tondo, de negro, representando al Cervélo, que no pudo restar esos diez segundos que les separaban, y por Rein Taaramäe, del Cofidis, de Estonia, de 22 años.