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M. Rivilla, Madrid

Democracia en la calle no

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En política, hay quienes alardean de conocimientos teóricos democráticos y pretenden dar lecciones a los demás actuando de hecho en contra de los principios más evidentes. Es claro que la soberanía del pueblo español reside en el Parlamento, cuyos diputados libremente elegidos en las urnas, son sus auténticos representantes.

Es un contrasentido, un delito y una provocación a la paz y convivencia de todos, convocar al tiempo de la reunión del Parlamento a gentes en la calle -que ni son ni representan al conjunto del pueblo español, único soberano. Tal manifestación por bien de todos, la convivencia en paz y la unidad de España, debe ser prohibida por quien corresponda.

Democracia en la calle no

M. Rivilla, Madrid
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domingo, 23 de octubre de 2016, 15:15 h (CET)
En política, hay quienes alardean de conocimientos teóricos democráticos y pretenden dar lecciones a los demás actuando de hecho en contra de los principios más evidentes. Es claro que la soberanía del pueblo español reside en el Parlamento, cuyos diputados libremente elegidos en las urnas, son sus auténticos representantes.

Es un contrasentido, un delito y una provocación a la paz y convivencia de todos, convocar al tiempo de la reunión del Parlamento a gentes en la calle -que ni son ni representan al conjunto del pueblo español, único soberano. Tal manifestación por bien de todos, la convivencia en paz y la unidad de España, debe ser prohibida por quien corresponda.

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Tras su inicial construcción provisional, el Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, reforzado en su interior por cables de acero para así acrecentar su firmeza. Se organizó, asimismo, la denominada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.

Titulares post-carta: ABC: “La carta exigía consulta previa con el Jefe del Estado”. La Razón: “Perro no come Sánchez”. Ok diario: “El felón gana tiempo aunque cada vez sale peor en las fotos”. Losantos: “Hace falta este fin de semana para armar a los soviets”. COPE: "Lawfaré, lawfaré y a Pedro derribaré"...

Según Wikipedia.org, en la Antigua Atenas un sicofante o sicofanta era un denunciante profesional que cobraba del interesado por presentar la denuncia en su lugar. Eran conocidos y temidos por las personas honradas que siempre podían verse envueltas en una denuncia falsa y, a pesar de las fuertes multas que recaían sobre los falsos delatores, los sicofantes llevaban a menudo carreras bastante lucrativas.

 
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