Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Internacional
Etiquetas | Haití | Republica Dominicana | Frontera | Inmigración
En suelo de la República Dominicana viven más de medio millón de haitianos y cada día otros centenares, a veces miles, cruzan los escasos pasos fronterizos autorizados

Haití gravita sobre el nuevo mandato dominicano de Luis Abinader

|

2005 HM2

Policías dominicanos detienen a migrantes haitianos en una barriada del norte de Santo Domingo. El gobierno del reelegido presidente Luis Abinader adelanta una política de mano dura que incluye deportación de personas indocumentadas y construcción de un muro en la frontera para contener el flujo de gente desde el país vecino. Imagen: DGM


SANTO DOMINGO – El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, reelegido el 19 de mayo con 57,5 por ciento de los votos válidos, tiene en el drama de su vecino Haití, y en el muro fronterizo que promueve entre ambos países, un desafío clave para la gestión que debe continuar durante los próximos cuatro años.


Economista y acaudalado empresario de 56 años, Abinader dedicó sus primeras declaraciones, tras ser reelecto, a reiterar la promesa de que no buscará ser presidente más allá de 2028, y de que avanzará en la lucha contra la corrupción y continuará las reformas que apuntalen la economía y el bienestar de sus compatriotas.


“El pueblo ha hablado con claridad, los dominicanos quieren seguir avanzando en el cambio. Hemos recorrido una parte del camino y toca profundizar los cambios y las reformas”, dijo Abinader al saberse vencedor de los comicios, y convocó “para mañana mismo, a un pacto nacional” con la oposición.


Aunque no mencionó el tema de Haití en su primera declaración postelectoral, el respaldo claramente mayoritario que le permitió reelegirse en la primera vuelta es un indicio de que seguirá la política de “mano dura” frente a la inmigración haitiana.


Haití (27.755 kilómetros cuadrados, 11,5 millones de habitantes) y República Dominicana (48 442 kilómetros cuadrados, 11 millones de habitantes) comparten la caribeña isla Hispaniola y una frontera terrestre de 376 kilómetros.


En febrero de 2022, Abinader dirigió los primeros trabajos para erigir una “verja perimetral inteligente”, de cuatro metros de alto con hormigón, ladrillos y alambradas, que debe blindar al menos 200 kilómetros de frontera.


Por otra parte, su gobierno deportó el año pasado a 251 000 migrantes haitianos considerados ilegales, después de expulsar a otros 171 000 en 2022 y a 85 000 en 2021, y esa política continuó y podría profundizarse.


En suelo dominicano viven más de medio millón de haitianos y cada día otros centenares, a veces miles, cruzan los escasos pasos fronterizos autorizados, como el de Dajabón en el noroeste, para adquirir víveres y otros productos esenciales.


Haití, el país más pobre del hemisferio, vive una crisis por la que requiere ayuda humanitaria casi la mitad de su población, y sufre oleadas de violencia criminal que las Naciones Unidas esperan ayudar a contener, con el despliegue de una fuerza internacional de paz y seguridad que brinde soporte a la policía haitiana.


Abinader defendió la necesidad de esta fuerza durante una conferencia de la ONU el pasado febrero, en la que afirmó que “nuestro lema de ahora en adelante será: ¡O luchamos juntos para salvar a Haití, o luchamos solos para proteger a la República Dominicana!”.


Policías dominicanos incursionan en comercios, áreas públicas y casas de barriadas con residentes haitianos en algunas ciudades para capturar a indocumentados que luego deportan, una política criticada por organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional (AI).


“Estas expulsiones colectivas son una clara violación de las obligaciones internacionales de la República Dominicana y, ponen en riesgo la vida y los derechos de estas personas. Los retornos forzados a Haití deben cesar”, dijo Ana Piquer, directora para América de AI, en una declaración el pasado abril.


Sin embargo, la mano dura frente a la inmigración, con el muro fronterizo y las deportaciones, recibió respaldo electoral no solo con el triunfo de Abinader, sino con la votación de quien resultó segundo en la contienda, el varias veces presidente Leonel Fernández, quien cosechó 28,8 % de los sufragios.


Fernández considera que “ante una coyuntura de colapso total del Estado haitiano es necesario establecer mecanismos de seguridad”, y ha evocado la situación de caos que se acentuó en el país vecino después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.


El tema haitiano aparece así como un campo fértil para un entendimiento entre el fortalecido oficialismo de centroderecha, del Partido Revolucionario Moderno de Abinader, y las corrientes de centro y centroizquierda que favorecieron a Fernández y su formación Fuerza del Pueblo.


Detrás, con votaciones exiguas, quedaron los más tradicionales partidos Revolucionario Dominicano (socialdemócrata), del que salió Abinader, de la Liberación Dominicana (centroizquierda), que fue de Fernández, y los grupos de filiación socialcristiana.


A-E/HM - Fuente: IPS

Haití gravita sobre el nuevo mandato dominicano de Luis Abinader

En suelo de la República Dominicana viven más de medio millón de haitianos y cada día otros centenares, a veces miles, cruzan los escasos pasos fronterizos autorizados
Redacción
miércoles, 22 de mayo de 2024, 11:51 h (CET)

2005 HM2

Policías dominicanos detienen a migrantes haitianos en una barriada del norte de Santo Domingo. El gobierno del reelegido presidente Luis Abinader adelanta una política de mano dura que incluye deportación de personas indocumentadas y construcción de un muro en la frontera para contener el flujo de gente desde el país vecino. Imagen: DGM


SANTO DOMINGO – El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, reelegido el 19 de mayo con 57,5 por ciento de los votos válidos, tiene en el drama de su vecino Haití, y en el muro fronterizo que promueve entre ambos países, un desafío clave para la gestión que debe continuar durante los próximos cuatro años.


Economista y acaudalado empresario de 56 años, Abinader dedicó sus primeras declaraciones, tras ser reelecto, a reiterar la promesa de que no buscará ser presidente más allá de 2028, y de que avanzará en la lucha contra la corrupción y continuará las reformas que apuntalen la economía y el bienestar de sus compatriotas.


“El pueblo ha hablado con claridad, los dominicanos quieren seguir avanzando en el cambio. Hemos recorrido una parte del camino y toca profundizar los cambios y las reformas”, dijo Abinader al saberse vencedor de los comicios, y convocó “para mañana mismo, a un pacto nacional” con la oposición.


Aunque no mencionó el tema de Haití en su primera declaración postelectoral, el respaldo claramente mayoritario que le permitió reelegirse en la primera vuelta es un indicio de que seguirá la política de “mano dura” frente a la inmigración haitiana.


Haití (27.755 kilómetros cuadrados, 11,5 millones de habitantes) y República Dominicana (48 442 kilómetros cuadrados, 11 millones de habitantes) comparten la caribeña isla Hispaniola y una frontera terrestre de 376 kilómetros.


En febrero de 2022, Abinader dirigió los primeros trabajos para erigir una “verja perimetral inteligente”, de cuatro metros de alto con hormigón, ladrillos y alambradas, que debe blindar al menos 200 kilómetros de frontera.


Por otra parte, su gobierno deportó el año pasado a 251 000 migrantes haitianos considerados ilegales, después de expulsar a otros 171 000 en 2022 y a 85 000 en 2021, y esa política continuó y podría profundizarse.


En suelo dominicano viven más de medio millón de haitianos y cada día otros centenares, a veces miles, cruzan los escasos pasos fronterizos autorizados, como el de Dajabón en el noroeste, para adquirir víveres y otros productos esenciales.


Haití, el país más pobre del hemisferio, vive una crisis por la que requiere ayuda humanitaria casi la mitad de su población, y sufre oleadas de violencia criminal que las Naciones Unidas esperan ayudar a contener, con el despliegue de una fuerza internacional de paz y seguridad que brinde soporte a la policía haitiana.


Abinader defendió la necesidad de esta fuerza durante una conferencia de la ONU el pasado febrero, en la que afirmó que “nuestro lema de ahora en adelante será: ¡O luchamos juntos para salvar a Haití, o luchamos solos para proteger a la República Dominicana!”.


Policías dominicanos incursionan en comercios, áreas públicas y casas de barriadas con residentes haitianos en algunas ciudades para capturar a indocumentados que luego deportan, una política criticada por organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional (AI).


“Estas expulsiones colectivas son una clara violación de las obligaciones internacionales de la República Dominicana y, ponen en riesgo la vida y los derechos de estas personas. Los retornos forzados a Haití deben cesar”, dijo Ana Piquer, directora para América de AI, en una declaración el pasado abril.


Sin embargo, la mano dura frente a la inmigración, con el muro fronterizo y las deportaciones, recibió respaldo electoral no solo con el triunfo de Abinader, sino con la votación de quien resultó segundo en la contienda, el varias veces presidente Leonel Fernández, quien cosechó 28,8 % de los sufragios.


Fernández considera que “ante una coyuntura de colapso total del Estado haitiano es necesario establecer mecanismos de seguridad”, y ha evocado la situación de caos que se acentuó en el país vecino después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.


El tema haitiano aparece así como un campo fértil para un entendimiento entre el fortalecido oficialismo de centroderecha, del Partido Revolucionario Moderno de Abinader, y las corrientes de centro y centroizquierda que favorecieron a Fernández y su formación Fuerza del Pueblo.


Detrás, con votaciones exiguas, quedaron los más tradicionales partidos Revolucionario Dominicano (socialdemócrata), del que salió Abinader, de la Liberación Dominicana (centroizquierda), que fue de Fernández, y los grupos de filiación socialcristiana.


A-E/HM - Fuente: IPS

Noticias relacionadas

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, propuso un impuesto a las grandes fortunas mundiales durante un foro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en esta ciudad suiza, y reiteró la propuesta este viernes 14 ante la cumbre del Grupo de los Siete (G7), de las grandes potencias industriales de Occidente, en Bari, sur de Italia.

Los desplazamientos forzosos, tanto dentro de los países como internacionalmente, han alcanzado niveles históricos, llegando a 120 millones de personas el pasado mayo, según cifras reveladas esta semana por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Cada 12 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, para destacar esta grave problemática que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Según el informe más reciente de la OIT y UNICEF, alrededor de 160 millones de niños están involucrados en el trabajo infantil. De ellos, aproximadamente 79 millones realizan trabajos considerados peligrosos, que ponen en riesgo directo su salud física, mental o moral.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto