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Piezas sutiles del superhombre

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Nietzsche lo intuyó como ese monstruo sobrenadante por encima de cualquier dificultad, ese ente sobrado sin limitaciones razonadas; nadie será capaz de oponerse a ese orgulloso patán. En la actualidad observamos una verdadera proliferación de supuestos superhombres, con poderes apremiantes; aunque al fin sólo sean orgullosos patanes. Cuando miramos a la PROYECCIÓN de quienes se presentan como superhombres del futuro, sin exponernos cuales son sus capacidades ni sus verdaderas intenciones; uno siente el aleteo de la mosca cojonera, el duende de la sospecha permanente, con la proclamación de la alarma sensata referida al enorme grupo de los patanes.

Como la complejidad de las personas tiente al infinito de sus numerosas aristas (Emocionales, instintivas, morales, sexuales, familiares, profesionales, inteligencia, eduacación...); la atención dedicada a las diferentes piezas ensambladas en sus diferentes modos de actuación parece un elemento convivencial de primer orden. Por el contrario, la actitud acomodaticia recorre caminos de la inmediatez poco reflexiva, en una DEJADEZ injustificada de gran aceptación popular. Vendrá Godot, el Superhombre, el duende de la solución infalible. Vendrá, pero nunca viene ni se le espera de manera concreta. El anhelo sobrepasa con creces el compromiso personal; es un distanciamiento esquizofrénico.

Prendados de la idea madre del Superhombre, los grandiosos empeños llevados a cabo por mujeres y hombres conducen al ENDIOSAMIENTO maligno de los situados en la cúspide. Esos aventajados, más que prendados, yo diría que funcionan obcecados en dicha grandiosidad. De tan lanzados en sus logros, ni por asomo consideran la importancia de los situados en los furgones de cola. Les define el olvido de cuanto arrasan en sus evoluciones. Superaron ya los conceptos de patria, acuden a los paraísos...fiscales. Sus malversaciones no impiden la meditación profunda en Pedreguer. El sindicato de los ERES proclama reglas para la democracia. Nombran Honoris Causa a las mentes dinerarias encarceladas cuatro veces.

De maneras vestidas de naturalidad, cada necesidad condicionó una serie de actuaciones aplicadas a superarlas; no pocas veces a costa de esfuerzos notables y genialidades. Aunque por esas cosas del destino, o por la mala sombra, fueron establecidos numerosos CIRCUITOS de funcionamiento que sobrepasaron sus objetivos iniciales para ser utilizados perversamente, dejándolos desconectados de gran número de personas, a las que sometieron a penalidades de diverso calibre, llegando a extremos increíbles. Empezaron siendo trayectos funcionales adecuados, adquirieron formatos de estructuras potentes y acabaron transformados en instrumentos alejados del servicio al ciudadano común.

Convertidos en auténticos ídolos, las servidumbres originadas por esos mecanismos han de ser asumidas sin remedio. Unas son de corto recorrido, encerradas en imposiciones culturales sectoriales (Lengua, parafernalia); sus obligadas normativas anulan los posibles factores favorables. Las hay casi universales, en forma de flujos dinerarios, nuevas esclavitudes o abusos dirigistas. Aunque prima la característica nociva de la SUPLANTACIÓN de las personas en aras de aquellos engranajes complejos fraguados desde manejos solapados, disimulados por toda clase de subterfugios. Los gestores del circuito pernicioso adquieren una supuesta superioridad, real; pero fraudulenta por su aislamiento manipulador.

En la experiencia diaria desconocemos el sentido de un sinfín de enigmas, apenas sabemos cuatro cosas sobre circunstancias aisladas. De las interioridades humanas propias percibimos algún sentimiento y pocas seguridades; de las ajenas, ni a eso llegamos. Motivo por el cual, al encontrarnos con los considerados superhombres en las proclamaciones ambientales, quizá su pieza básica sea el SECRETO; porque con el surgimiento de sus manifestaciones, los superlativos apagan pronto sus luces, bajan a las tonalidades ambientales del caso, cuando no bajan vulgares exponentes de las pérfidas maldades. ¡Cuántas veces lo comprobamos! El ocultamiento era su verdadera cualidad preponderante, tapaban sus vergüenzas, simplemente. Los personajes con visos de superioridad permanecen agazapados, disfrutando de cuanto acontece; desde la sombra se convierten en EJECUTORES de las sucesivas normativas. Su mayor inteligencia o poder no les confiere justificación para desdeñar a los situados en peores condiciones; pero, desoyen las llamadas de atención en ese sentido. Acaparan cargos y prebendas prefigurados por sus normativas, se cierra así un círculo engañoso. Situados en dichas poltronas, sólo sus propios fallos por exceso de ambición o casualidades del azar, derribarán su potencial. Cuentan, eso sí, con los muñidores dispuestos a la recogida de las migajas sobrantes, al aplauso cómplice y a la colaboración con los trabajos sucios (Silencios, presiones, tapaderas).

Hay una lógica en el distanciamiento conceptual, y sobre todo práctico, entre la gente corriente y quienes se consideran ellos mismos como superiores. Estos últimos trasiegan por las MACROESTRUCTURAS (Mansiones, depósitos bancarios, lujos estratosféricos, orgullo ilimitado); desde las cuales no se distinguen las personas concretas sin añadidos. Por el contrario, quienes no gozan de tales prebendas, cuentan sus garbanzos con números pequeños. Son vías muy divergentes para la expresión de sus realidades existenciales.

Vistos los desbordamientos mentales de ciertos pretendientes al título de superhombres, queda confirmada otra pieza radical en sus andanzas, la INERCIA. Una vez colocados en sus faenas, no se vislumbra la posibilidad de frenada, su expresividad no tiene límites. Si esto ocurriera por una buena causa, bienvenidas fueran sus tendencias, sin embargo este apartado es una rareza. Los dislates ocupan preferentemente el panorama.

Aquella idea ya antigua del superhombre llegó a los días actuales plena de agentes dispuestos a desarrollarla. Como contrapartida, observamos como deviene en una CRÍTICA severa a las actuaciones prepotentes, de fuerte arraigo en estos tiempos saturados de logros impensables. Los misterios son más profundos a medida que avanzan las investigaciones, en cada descubrimiento anidan numerosas incógnitas de nuevo cuño. La sabiduría tecnológica no evita la estupidez flagrante en los campos convivenciales. Precisamente, la autocrítica no está presente en la valoraciones de estos encumbrados personajes.

Al fin y salvo honrosas excepciones, la pieza crucial de los grandes personajes habremos de catalogarla según el grado de distanciamiento con respecto al resto de ciudadanos. No parece fácil en ensamblaje de las grandes mentalidades con las debilidades humanas. Seguramente esa será la pieza clave del engranaje, la que ECHAMOS en FALTA en cuanto nos tocan de cerca las desafortunadas actuaciones de quienes menos las podíamos esperar.

Piezas sutiles del superhombre

Rafael Pérez Ortolá
viernes, 12 de agosto de 2016, 09:37 h (CET)
Nietzsche lo intuyó como ese monstruo sobrenadante por encima de cualquier dificultad, ese ente sobrado sin limitaciones razonadas; nadie será capaz de oponerse a ese orgulloso patán. En la actualidad observamos una verdadera proliferación de supuestos superhombres, con poderes apremiantes; aunque al fin sólo sean orgullosos patanes. Cuando miramos a la PROYECCIÓN de quienes se presentan como superhombres del futuro, sin exponernos cuales son sus capacidades ni sus verdaderas intenciones; uno siente el aleteo de la mosca cojonera, el duende de la sospecha permanente, con la proclamación de la alarma sensata referida al enorme grupo de los patanes.

Como la complejidad de las personas tiente al infinito de sus numerosas aristas (Emocionales, instintivas, morales, sexuales, familiares, profesionales, inteligencia, eduacación...); la atención dedicada a las diferentes piezas ensambladas en sus diferentes modos de actuación parece un elemento convivencial de primer orden. Por el contrario, la actitud acomodaticia recorre caminos de la inmediatez poco reflexiva, en una DEJADEZ injustificada de gran aceptación popular. Vendrá Godot, el Superhombre, el duende de la solución infalible. Vendrá, pero nunca viene ni se le espera de manera concreta. El anhelo sobrepasa con creces el compromiso personal; es un distanciamiento esquizofrénico.

Prendados de la idea madre del Superhombre, los grandiosos empeños llevados a cabo por mujeres y hombres conducen al ENDIOSAMIENTO maligno de los situados en la cúspide. Esos aventajados, más que prendados, yo diría que funcionan obcecados en dicha grandiosidad. De tan lanzados en sus logros, ni por asomo consideran la importancia de los situados en los furgones de cola. Les define el olvido de cuanto arrasan en sus evoluciones. Superaron ya los conceptos de patria, acuden a los paraísos...fiscales. Sus malversaciones no impiden la meditación profunda en Pedreguer. El sindicato de los ERES proclama reglas para la democracia. Nombran Honoris Causa a las mentes dinerarias encarceladas cuatro veces.

De maneras vestidas de naturalidad, cada necesidad condicionó una serie de actuaciones aplicadas a superarlas; no pocas veces a costa de esfuerzos notables y genialidades. Aunque por esas cosas del destino, o por la mala sombra, fueron establecidos numerosos CIRCUITOS de funcionamiento que sobrepasaron sus objetivos iniciales para ser utilizados perversamente, dejándolos desconectados de gran número de personas, a las que sometieron a penalidades de diverso calibre, llegando a extremos increíbles. Empezaron siendo trayectos funcionales adecuados, adquirieron formatos de estructuras potentes y acabaron transformados en instrumentos alejados del servicio al ciudadano común.

Convertidos en auténticos ídolos, las servidumbres originadas por esos mecanismos han de ser asumidas sin remedio. Unas son de corto recorrido, encerradas en imposiciones culturales sectoriales (Lengua, parafernalia); sus obligadas normativas anulan los posibles factores favorables. Las hay casi universales, en forma de flujos dinerarios, nuevas esclavitudes o abusos dirigistas. Aunque prima la característica nociva de la SUPLANTACIÓN de las personas en aras de aquellos engranajes complejos fraguados desde manejos solapados, disimulados por toda clase de subterfugios. Los gestores del circuito pernicioso adquieren una supuesta superioridad, real; pero fraudulenta por su aislamiento manipulador.

En la experiencia diaria desconocemos el sentido de un sinfín de enigmas, apenas sabemos cuatro cosas sobre circunstancias aisladas. De las interioridades humanas propias percibimos algún sentimiento y pocas seguridades; de las ajenas, ni a eso llegamos. Motivo por el cual, al encontrarnos con los considerados superhombres en las proclamaciones ambientales, quizá su pieza básica sea el SECRETO; porque con el surgimiento de sus manifestaciones, los superlativos apagan pronto sus luces, bajan a las tonalidades ambientales del caso, cuando no bajan vulgares exponentes de las pérfidas maldades. ¡Cuántas veces lo comprobamos! El ocultamiento era su verdadera cualidad preponderante, tapaban sus vergüenzas, simplemente. Los personajes con visos de superioridad permanecen agazapados, disfrutando de cuanto acontece; desde la sombra se convierten en EJECUTORES de las sucesivas normativas. Su mayor inteligencia o poder no les confiere justificación para desdeñar a los situados en peores condiciones; pero, desoyen las llamadas de atención en ese sentido. Acaparan cargos y prebendas prefigurados por sus normativas, se cierra así un círculo engañoso. Situados en dichas poltronas, sólo sus propios fallos por exceso de ambición o casualidades del azar, derribarán su potencial. Cuentan, eso sí, con los muñidores dispuestos a la recogida de las migajas sobrantes, al aplauso cómplice y a la colaboración con los trabajos sucios (Silencios, presiones, tapaderas).

Hay una lógica en el distanciamiento conceptual, y sobre todo práctico, entre la gente corriente y quienes se consideran ellos mismos como superiores. Estos últimos trasiegan por las MACROESTRUCTURAS (Mansiones, depósitos bancarios, lujos estratosféricos, orgullo ilimitado); desde las cuales no se distinguen las personas concretas sin añadidos. Por el contrario, quienes no gozan de tales prebendas, cuentan sus garbanzos con números pequeños. Son vías muy divergentes para la expresión de sus realidades existenciales.

Vistos los desbordamientos mentales de ciertos pretendientes al título de superhombres, queda confirmada otra pieza radical en sus andanzas, la INERCIA. Una vez colocados en sus faenas, no se vislumbra la posibilidad de frenada, su expresividad no tiene límites. Si esto ocurriera por una buena causa, bienvenidas fueran sus tendencias, sin embargo este apartado es una rareza. Los dislates ocupan preferentemente el panorama.

Aquella idea ya antigua del superhombre llegó a los días actuales plena de agentes dispuestos a desarrollarla. Como contrapartida, observamos como deviene en una CRÍTICA severa a las actuaciones prepotentes, de fuerte arraigo en estos tiempos saturados de logros impensables. Los misterios son más profundos a medida que avanzan las investigaciones, en cada descubrimiento anidan numerosas incógnitas de nuevo cuño. La sabiduría tecnológica no evita la estupidez flagrante en los campos convivenciales. Precisamente, la autocrítica no está presente en la valoraciones de estos encumbrados personajes.

Al fin y salvo honrosas excepciones, la pieza crucial de los grandes personajes habremos de catalogarla según el grado de distanciamiento con respecto al resto de ciudadanos. No parece fácil en ensamblaje de las grandes mentalidades con las debilidades humanas. Seguramente esa será la pieza clave del engranaje, la que ECHAMOS en FALTA en cuanto nos tocan de cerca las desafortunadas actuaciones de quienes menos las podíamos esperar.

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