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Chocan con realidades abrumadoras

Impresiones frecuentes

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La observación de cuanto nos rodea, percute de muy diferente manera sobre las sensibilidades particulares; la intensidad de los estímulos es sin duda relevante, pero sus características cualitativas no le van a la zaga. No habrá dos captaciones idénticas en tan compleja relación. El influjo de dichos contactos sobre los implicados, dependerá de momentos y circunstancias, incluso habrá repercusiones que pasen desapercibidas; irán de los simples detalles de poca sustancia a los contenidos relevantes. La ATENCIÓN prestada a la vigencia de estos fenómenos será otra variable decisiva, no sólo para saber de su existencia, también para la vitalidad participativa en las relaciones comunitarias.


La expresión concisa del HAIKU sirve de introductor entrañable para estos acercamientos; con la franqueza de la intimidad perceptiva, sin exclusiones caprichosas y hasta con la hondura de las versiones de mayor alcance. Con ese talante surgen las impresiones de hoy y los comentarios.


En la memoria

Abundan las desdichas.

Brota el suspiro.


En los fondos de la memoria, sus dependencias son inescrutables; desconocemos el conjunto de sus recovecos. Los recuerdos agradables son recibidos con pleitesía, incluso defendidos con fruición. Sin embargo, la terquedad de las desdichas se rebela con la fuerza de los padecimientos. El peso de ambas percepciones comienza a ser desigual. Cuando el desequilibrio nos atosiga, acude presto el SUSPIRO con aires renovadores, no siempre atendidos.


Memoria y hechos,

Enorme desacuerdo.

Mente activada.


La confusión es de órdago, los hechos ya pasaron y la memoria es incapaz de reunirlos; la memoria no habla y es ilocalizable, los hechos no están aquí. El protagonismo atribuido a dichas entidades, está ya fuera de la realidad. Enfrascados en los comentarios sobre ellos, contribuimos a la ENAJENACIÓN de los ámbitos actuales. La actividad mental del momento queda ofuscada a base de argumentos defectuosos y sectarios; los deseados proyectos no logran encauzarse desde estos anclajes que llegan a ser abstractos. ¿Dónde encontraremos la memoria fehaciente? ¿Deseamos de verdad iniciar los razonamientos desde la memoria auténtica?


En la batalla,

Orgullo y compromiso.

Fiel aleteo.


El enfrentamiento es demoledor, pero las fuerzas no están equilibradas. Las versiones son despiadadas, como en todas las batallas. Los orgullos sin freno, sin escrúpulos, sin consideraciones, mientras los compromisos escasean con acciones incoherentes. La balanza obedece a la energía de los primeros, aprovechan la desfachatez de los segundos. La inclinación es evidente, nos conduce a los sometimientos menos deseables. Pese a los aires turbulentos de los ganadores, subyace el natural ALETEO del espíritu libre y cabal, nos hace concebir esperanzas.


El pensamiento

Corre veloz y ciego.

Indecisión.


En los momentos de preferencias acuciantes, no se aceptan las parsimonias; la celeridad se adopta como requisito básico de funcionamiento. Sobran atractivos para no sentir otras inquietudes. Proliferan los sujetos dispuestos al diseño de los objetivos a seguir y a sacar los mejores provechos también. El carrusel de la algarabía general distraerá a los posibles contradictores; inmersos en el ardor de variadas venturas, permanecen aturdidos en el ajetreo, PASMADOS.


Fría soledad

Entre los apogeos.

Luces ocultas.


Las aglomeraciones son habituales, las tentaciones están muy extendidas y las respuestas de la gente son precipitadas; como resultado lógico. Entramos en una disputa generalizada por llegar a tiempo, donde sea y por lo que sea. Sobre todo esto no hacen falta descripciones, abruman a cualquiera estos apretujones. Precisamente, por tal motivo, destaca sobremanera el AISLAMIENTO personal, es difícil oponerse a sus efectos y cuesta encontrar las decisiones adecuadas. Serían necesarias más colaboraciones, pero cada uno se encuentra enfrascado en sus apuradas decisiones inmediatas.


Crujen los huesos

En demasiados suelos.

¿Dónde miramos?


No damos con la clave del contrasentido. Más que la dirección de la mirada, asombra la indolencia generalizada ante los desastres perpetrados por los humanos en su propia contra. De lejos y de cerca, las actitudes compiten en terroríficas actuaciones, con el beneplácito de montones de gente; sí, sí, una complicidad ladina vestida de variados ropajes sociales, unos vistosos y otros deslustrados. El lamento suena poco convincente, nadie asume su grado de complicidad en una expresividad quejumbrosa e insolvente.


Mares encrespados

Con olas misteriosas.

El sol radiante.


Hasta estos contrastes devastadores muestran el rostro bifronte de la vida, queda bien reflejada la disyuntiva personal; entre el escapismo de la indiferencia y la participación involucrada en la preocupación por una vida mejor. Contemplamos a un gran número de individuos dedicados a la frivolidad, la crispación y las actuaciones maliciosas. Otra gente intenta hacer más visibles las luces del Universo. El sol apunta a las posibilidades, pero las turbulencias amenazantes no desaparecen. Por eso causan asombro las actitudes evasivas, cuando tanto precisamos de las buenas aportaciones.


Las voluntades

Arrecian con denuedo.

La gota cae.


Las actitudes se desbordan, no quieren saber de medidas ni controles, se aprovechan de los ambientes donde prevalece la prepotencia; quieren ser el punto de partida de cuanto acontezca. Sin querer ver, ni oír, ni pensar en el resto de sus condiciones; aunque no lo pretendan, quedan expuestas a las lluvias procedentes de los entornos, ni se preocuparon por comprenderlas ni asimilarlas. Pero, con toda su lógica, la vida sigue…, y la GOTA cae.

Impresiones frecuentes

Chocan con realidades abrumadoras
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 16 de febrero de 2024, 09:42 h (CET)

La observación de cuanto nos rodea, percute de muy diferente manera sobre las sensibilidades particulares; la intensidad de los estímulos es sin duda relevante, pero sus características cualitativas no le van a la zaga. No habrá dos captaciones idénticas en tan compleja relación. El influjo de dichos contactos sobre los implicados, dependerá de momentos y circunstancias, incluso habrá repercusiones que pasen desapercibidas; irán de los simples detalles de poca sustancia a los contenidos relevantes. La ATENCIÓN prestada a la vigencia de estos fenómenos será otra variable decisiva, no sólo para saber de su existencia, también para la vitalidad participativa en las relaciones comunitarias.


La expresión concisa del HAIKU sirve de introductor entrañable para estos acercamientos; con la franqueza de la intimidad perceptiva, sin exclusiones caprichosas y hasta con la hondura de las versiones de mayor alcance. Con ese talante surgen las impresiones de hoy y los comentarios.


En la memoria

Abundan las desdichas.

Brota el suspiro.


En los fondos de la memoria, sus dependencias son inescrutables; desconocemos el conjunto de sus recovecos. Los recuerdos agradables son recibidos con pleitesía, incluso defendidos con fruición. Sin embargo, la terquedad de las desdichas se rebela con la fuerza de los padecimientos. El peso de ambas percepciones comienza a ser desigual. Cuando el desequilibrio nos atosiga, acude presto el SUSPIRO con aires renovadores, no siempre atendidos.


Memoria y hechos,

Enorme desacuerdo.

Mente activada.


La confusión es de órdago, los hechos ya pasaron y la memoria es incapaz de reunirlos; la memoria no habla y es ilocalizable, los hechos no están aquí. El protagonismo atribuido a dichas entidades, está ya fuera de la realidad. Enfrascados en los comentarios sobre ellos, contribuimos a la ENAJENACIÓN de los ámbitos actuales. La actividad mental del momento queda ofuscada a base de argumentos defectuosos y sectarios; los deseados proyectos no logran encauzarse desde estos anclajes que llegan a ser abstractos. ¿Dónde encontraremos la memoria fehaciente? ¿Deseamos de verdad iniciar los razonamientos desde la memoria auténtica?


En la batalla,

Orgullo y compromiso.

Fiel aleteo.


El enfrentamiento es demoledor, pero las fuerzas no están equilibradas. Las versiones son despiadadas, como en todas las batallas. Los orgullos sin freno, sin escrúpulos, sin consideraciones, mientras los compromisos escasean con acciones incoherentes. La balanza obedece a la energía de los primeros, aprovechan la desfachatez de los segundos. La inclinación es evidente, nos conduce a los sometimientos menos deseables. Pese a los aires turbulentos de los ganadores, subyace el natural ALETEO del espíritu libre y cabal, nos hace concebir esperanzas.


El pensamiento

Corre veloz y ciego.

Indecisión.


En los momentos de preferencias acuciantes, no se aceptan las parsimonias; la celeridad se adopta como requisito básico de funcionamiento. Sobran atractivos para no sentir otras inquietudes. Proliferan los sujetos dispuestos al diseño de los objetivos a seguir y a sacar los mejores provechos también. El carrusel de la algarabía general distraerá a los posibles contradictores; inmersos en el ardor de variadas venturas, permanecen aturdidos en el ajetreo, PASMADOS.


Fría soledad

Entre los apogeos.

Luces ocultas.


Las aglomeraciones son habituales, las tentaciones están muy extendidas y las respuestas de la gente son precipitadas; como resultado lógico. Entramos en una disputa generalizada por llegar a tiempo, donde sea y por lo que sea. Sobre todo esto no hacen falta descripciones, abruman a cualquiera estos apretujones. Precisamente, por tal motivo, destaca sobremanera el AISLAMIENTO personal, es difícil oponerse a sus efectos y cuesta encontrar las decisiones adecuadas. Serían necesarias más colaboraciones, pero cada uno se encuentra enfrascado en sus apuradas decisiones inmediatas.


Crujen los huesos

En demasiados suelos.

¿Dónde miramos?


No damos con la clave del contrasentido. Más que la dirección de la mirada, asombra la indolencia generalizada ante los desastres perpetrados por los humanos en su propia contra. De lejos y de cerca, las actitudes compiten en terroríficas actuaciones, con el beneplácito de montones de gente; sí, sí, una complicidad ladina vestida de variados ropajes sociales, unos vistosos y otros deslustrados. El lamento suena poco convincente, nadie asume su grado de complicidad en una expresividad quejumbrosa e insolvente.


Mares encrespados

Con olas misteriosas.

El sol radiante.


Hasta estos contrastes devastadores muestran el rostro bifronte de la vida, queda bien reflejada la disyuntiva personal; entre el escapismo de la indiferencia y la participación involucrada en la preocupación por una vida mejor. Contemplamos a un gran número de individuos dedicados a la frivolidad, la crispación y las actuaciones maliciosas. Otra gente intenta hacer más visibles las luces del Universo. El sol apunta a las posibilidades, pero las turbulencias amenazantes no desaparecen. Por eso causan asombro las actitudes evasivas, cuando tanto precisamos de las buenas aportaciones.


Las voluntades

Arrecian con denuedo.

La gota cae.


Las actitudes se desbordan, no quieren saber de medidas ni controles, se aprovechan de los ambientes donde prevalece la prepotencia; quieren ser el punto de partida de cuanto acontezca. Sin querer ver, ni oír, ni pensar en el resto de sus condiciones; aunque no lo pretendan, quedan expuestas a las lluvias procedentes de los entornos, ni se preocuparon por comprenderlas ni asimilarlas. Pero, con toda su lógica, la vida sigue…, y la GOTA cae.

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