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El formato espiral viene a decirnos que no tenemos medida

Peligrosas espirales

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La espiral es una figura geométrica esbelta, inspiradora de dibujos e incluso de objetos dedicados al uso común. Ese alejamiento progresivo del punto inicial le confiere un carácter evolutivo fundamental, no siempre se puede conocer el final, ni tampoco las circunstancias adheridas a su trayecto. A quién no le ha ocurrido alguna vez, eso de iniciarse en una pequeñez, cuya importancia se incrementó posteriormente, ventajas y peligros se ciernen sobre esta progresión, sea de forma consciente o de la manera más insospechada. La relevancia de ese desarrollo creciente es AMBIVALENTE, como tantas cosas en la vida. Las dimensiones diferenciales apuntan a los objetivos finales, repercusiones sobre otras personas o sobre la trama comunitaria.


Corren tiempos de crispación, de disgregación, desorientadores en la práctica diaria; las ideas de cohesión, de colaboraciones, se fueron desvirtuando. Desde el desbarajuste originado se oyen, aunque se escuchan poco, voces anhelantes solicitando alguna reacción para atemperar los desatinos. Como cada cual actúa ensimismado en sus cuitas personales, los acuerdos se hacen de rogar y acaban postergándose. Se intuye la necesidad de un verdadero acercamiento a los demás, reconocerles y respetarlos, en suma; poner en práctica esa EMPATÍA que pueda favorecer la comprensión mutua. Es un buen punto de partida, indudable para mejorar las relaciones y las proyecciones en común, esas tareas diarias.


Con la idea geométrica de hoy, si mencionamos la empatía y confiamos en su puesta en práctica, a partir de ahí, serán factibles los avances progresivos, abriendo la espita hacia nuevas posibilidades. Al acercarnos a la gente, los caracteres descubiertos se multiplican hasta extremos increíbles, se perfilan las sensibilidades, aparecen las sintonías y las discordancias, brotan los primeros afectos. Con ellos, es lógico el mayor APEGO entre determinadas personas, al hilo de sus afinidades. Del escueto acercamiento inicial, se han ampliado los círculos y las dimensiones de sus relaciones; en esos avances se configuran agrupaciones sectoriales de gustos y preferencias acordes, con sus rasgos peculiares.


Semejantes concordancias ponen de manifiesto la existencia simultánea de otras personas que no se involucran en aquellas sensibilidades. De una manera subrepticia, tras aquellas aproximaciones iniciales de carácter general entre los individuos, adquirieron matices afectuosos, pero ese incremento sectorial de la empatía, no integra al resto. Como resultado se forjaron diferentes asociaciones con empatías poco relacionadas entre sí, y poco propicias a mezclar sus iniciativas. Las circunvoluciones de la espiral pasaron a la creación de apreciaciones SECTARIAS, desde las cuales, el acercamiento fue derivando en el establecimiento de nuevas fronteras separadoras, fueron variando los objetivos.


Al tropezar con las estructuras separadoras, comienza a detectarse el desbordamiento, quizá inesperado; curiosamente, ese avance de la espirar divergente con respecto al punto de su origen, adquiere formatos para cerrar el círculo en torno a los aspectos menos deseables. Las empatías y apegos vuelven a quedar relegados. La misma dinámica evolutiva se olvido de las motivaciones iniciales para mitigar la desorientación. La deseada concordia es muy vulnerable cuando sólo se atiende a los intereses FRACTALES, cada grupo se desentiende de las perspectivas ajenas. Las ondas progresivas perdieron su capacidad de frenada, con la demagogia, la crispación y los abusos, muy fortalecidos.


Bebemos de muchas fuentes informativas, algunas muy ceñidas a la labor personal de búsqueda, pero la mayoría servidas por un enorme conglomerado de medios generados por agentes externos. Quejosos por lo general, de una DESINFORMACIÓN evidente, que por otra parte nunca podrá ser completa, ni uniforme, parece lógica la consolidación de un anhelo común, ponernos en condiciones de mejorar lo antes posible estos funcionamientos, para hacer frente a las sufridas deficiencias cognitivas. Al susodicho punto de partida encomiable le sobran argumentos, necesitamos la nitidez de las sucesivas aportaciones informativas. El supuesto revulsivo intenta ampliar los círculos con las mejores intenciones, expuestas, eso sí, a las prácticas futuras.


Es en ese desarrollo posterior de los proyectos cuando acechan en primer lugar los peligros, se activan después, y es frecuente su implantación posterior de carácter dominante sin ninguna otra consideración. Olvidamos la importancia de los cuidados para un cultivo esmerado, nos obcecamos con la idea del señuelo central; y eso lo saben aprovechar muy bien los enemigos de una información franca y bien intencionada. De tal manera, se ponen en funcionamiento monstruos informativos, con la consiguiente MALVERSACIÓN notoria de los contenidos. El estúpido descuido de los anónimos, de la captación empresarial, de la polarización, de las comprobaciones en favor de la credibilidad, transforman la espiral correctora en una lluvia de despropósitos.


La tecnología favorece los cambios acelerados con imágenes y mensajes indiscriminados. Si no estamos muy atentos, nos arrastran por un carrusel descontrolado, con el riesgo de ser manoseados y vapuleados. Uno de los sectores más afectados por estas espirales inquietantes es el de la MEMORIA, sea en sus facetas escolares, políticas o simplemente culturales. De la veloz rotación de sus evoluciones se desprenden numerosos engendros nocivos. Silenciamientos pergeñados por intereses mezquinos, afirmaciones fractales con aportaciones incompletas, difusiones tendenciosas y reiterativas, pretenciosas declaraciones rotundas sin base argumental; con el augurio desgraciado de un empeoramiento progresivo.


Como una especie de colofón a las muchas maneras de extraviarnos en los variados ambientes sociales del momento, se viene propagando una potente espiral incontenible por ahora, que pudiéramos denominar ENAJENADA, porque en sus diferentes fases predomina la tendencia a menospreciar la realidad sin miramientos. Utilizando los elementos naturales, la Naturaleza, como un mero instrumento, negándole los atributos de un constituyente esencial. Los rasgos biológicos básicos de la persona, también se tratan como un accidente manipulable. El hecho comunitario apenas cuenta. Y no aparece por ningún lado el análisis conceptual de los límites. Así dispuestos, la previsión de dichas trayectorias es poco tranquilizadora.


Los riesgos de estas y otras espirales peligrosas, representan una amenaza real para el elemento humano y para el resto de seres vivos. Como posible antídoto asoma la invitación unamuniana de hacerse Universo, para intentar el ensamblaje UNIVERSAL para entonar las relaciones entre los variados componentes de la realidad mundana y sus repercusiones en la vida diaria.


Para los individuos, el mencionado ensamblaje es fundamental y los desbordamientos en su contra, verdaderas desdichas. Porque dejan de estar bien asentados en las múltiples facetas del mundo y de cada sociedad en concreto; se resiente la UBICACIÓN personal de cara a las numerosas proyecciones posibles. De lo comentado se infiere el imperativo de una atención bien despejada y de unos cuidados siempre insuficientes.

Peligrosas espirales

El formato espiral viene a decirnos que no tenemos medida
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 29 de diciembre de 2023, 09:40 h (CET)

La espiral es una figura geométrica esbelta, inspiradora de dibujos e incluso de objetos dedicados al uso común. Ese alejamiento progresivo del punto inicial le confiere un carácter evolutivo fundamental, no siempre se puede conocer el final, ni tampoco las circunstancias adheridas a su trayecto. A quién no le ha ocurrido alguna vez, eso de iniciarse en una pequeñez, cuya importancia se incrementó posteriormente, ventajas y peligros se ciernen sobre esta progresión, sea de forma consciente o de la manera más insospechada. La relevancia de ese desarrollo creciente es AMBIVALENTE, como tantas cosas en la vida. Las dimensiones diferenciales apuntan a los objetivos finales, repercusiones sobre otras personas o sobre la trama comunitaria.


Corren tiempos de crispación, de disgregación, desorientadores en la práctica diaria; las ideas de cohesión, de colaboraciones, se fueron desvirtuando. Desde el desbarajuste originado se oyen, aunque se escuchan poco, voces anhelantes solicitando alguna reacción para atemperar los desatinos. Como cada cual actúa ensimismado en sus cuitas personales, los acuerdos se hacen de rogar y acaban postergándose. Se intuye la necesidad de un verdadero acercamiento a los demás, reconocerles y respetarlos, en suma; poner en práctica esa EMPATÍA que pueda favorecer la comprensión mutua. Es un buen punto de partida, indudable para mejorar las relaciones y las proyecciones en común, esas tareas diarias.


Con la idea geométrica de hoy, si mencionamos la empatía y confiamos en su puesta en práctica, a partir de ahí, serán factibles los avances progresivos, abriendo la espita hacia nuevas posibilidades. Al acercarnos a la gente, los caracteres descubiertos se multiplican hasta extremos increíbles, se perfilan las sensibilidades, aparecen las sintonías y las discordancias, brotan los primeros afectos. Con ellos, es lógico el mayor APEGO entre determinadas personas, al hilo de sus afinidades. Del escueto acercamiento inicial, se han ampliado los círculos y las dimensiones de sus relaciones; en esos avances se configuran agrupaciones sectoriales de gustos y preferencias acordes, con sus rasgos peculiares.


Semejantes concordancias ponen de manifiesto la existencia simultánea de otras personas que no se involucran en aquellas sensibilidades. De una manera subrepticia, tras aquellas aproximaciones iniciales de carácter general entre los individuos, adquirieron matices afectuosos, pero ese incremento sectorial de la empatía, no integra al resto. Como resultado se forjaron diferentes asociaciones con empatías poco relacionadas entre sí, y poco propicias a mezclar sus iniciativas. Las circunvoluciones de la espiral pasaron a la creación de apreciaciones SECTARIAS, desde las cuales, el acercamiento fue derivando en el establecimiento de nuevas fronteras separadoras, fueron variando los objetivos.


Al tropezar con las estructuras separadoras, comienza a detectarse el desbordamiento, quizá inesperado; curiosamente, ese avance de la espirar divergente con respecto al punto de su origen, adquiere formatos para cerrar el círculo en torno a los aspectos menos deseables. Las empatías y apegos vuelven a quedar relegados. La misma dinámica evolutiva se olvido de las motivaciones iniciales para mitigar la desorientación. La deseada concordia es muy vulnerable cuando sólo se atiende a los intereses FRACTALES, cada grupo se desentiende de las perspectivas ajenas. Las ondas progresivas perdieron su capacidad de frenada, con la demagogia, la crispación y los abusos, muy fortalecidos.


Bebemos de muchas fuentes informativas, algunas muy ceñidas a la labor personal de búsqueda, pero la mayoría servidas por un enorme conglomerado de medios generados por agentes externos. Quejosos por lo general, de una DESINFORMACIÓN evidente, que por otra parte nunca podrá ser completa, ni uniforme, parece lógica la consolidación de un anhelo común, ponernos en condiciones de mejorar lo antes posible estos funcionamientos, para hacer frente a las sufridas deficiencias cognitivas. Al susodicho punto de partida encomiable le sobran argumentos, necesitamos la nitidez de las sucesivas aportaciones informativas. El supuesto revulsivo intenta ampliar los círculos con las mejores intenciones, expuestas, eso sí, a las prácticas futuras.


Es en ese desarrollo posterior de los proyectos cuando acechan en primer lugar los peligros, se activan después, y es frecuente su implantación posterior de carácter dominante sin ninguna otra consideración. Olvidamos la importancia de los cuidados para un cultivo esmerado, nos obcecamos con la idea del señuelo central; y eso lo saben aprovechar muy bien los enemigos de una información franca y bien intencionada. De tal manera, se ponen en funcionamiento monstruos informativos, con la consiguiente MALVERSACIÓN notoria de los contenidos. El estúpido descuido de los anónimos, de la captación empresarial, de la polarización, de las comprobaciones en favor de la credibilidad, transforman la espiral correctora en una lluvia de despropósitos.


La tecnología favorece los cambios acelerados con imágenes y mensajes indiscriminados. Si no estamos muy atentos, nos arrastran por un carrusel descontrolado, con el riesgo de ser manoseados y vapuleados. Uno de los sectores más afectados por estas espirales inquietantes es el de la MEMORIA, sea en sus facetas escolares, políticas o simplemente culturales. De la veloz rotación de sus evoluciones se desprenden numerosos engendros nocivos. Silenciamientos pergeñados por intereses mezquinos, afirmaciones fractales con aportaciones incompletas, difusiones tendenciosas y reiterativas, pretenciosas declaraciones rotundas sin base argumental; con el augurio desgraciado de un empeoramiento progresivo.


Como una especie de colofón a las muchas maneras de extraviarnos en los variados ambientes sociales del momento, se viene propagando una potente espiral incontenible por ahora, que pudiéramos denominar ENAJENADA, porque en sus diferentes fases predomina la tendencia a menospreciar la realidad sin miramientos. Utilizando los elementos naturales, la Naturaleza, como un mero instrumento, negándole los atributos de un constituyente esencial. Los rasgos biológicos básicos de la persona, también se tratan como un accidente manipulable. El hecho comunitario apenas cuenta. Y no aparece por ningún lado el análisis conceptual de los límites. Así dispuestos, la previsión de dichas trayectorias es poco tranquilizadora.


Los riesgos de estas y otras espirales peligrosas, representan una amenaza real para el elemento humano y para el resto de seres vivos. Como posible antídoto asoma la invitación unamuniana de hacerse Universo, para intentar el ensamblaje UNIVERSAL para entonar las relaciones entre los variados componentes de la realidad mundana y sus repercusiones en la vida diaria.


Para los individuos, el mencionado ensamblaje es fundamental y los desbordamientos en su contra, verdaderas desdichas. Porque dejan de estar bien asentados en las múltiples facetas del mundo y de cada sociedad en concreto; se resiente la UBICACIÓN personal de cara a las numerosas proyecciones posibles. De lo comentado se infiere el imperativo de una atención bien despejada y de unos cuidados siempre insuficientes.

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