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Cuando llega el otoño el pelo parece caerse mucho más, aunque en realidad es un proceso natural del ciclo capilar que se pone en marcha durante unos meses. Si después de un tiempo no se nota un descenso en la caída del cabello, podría ser hora de consultar a un experto capilar para descartar problemas como la temida alopecia. ¿Cuándo pasa de ser normal a ser una señal de alarma capilar?
El Dr. Manuel Ballesteros, dermatólogo experto en medicina capilar de IMR, explica que hay épocas del año en las que el pelo se cae más que en otras y que, en concreto en otoño,se debe a una alteración normal del ciclo del pelo que suele durar entre dos y tres meses. Si pasado este tiempo, el cabello no ha recuperado su ritmo normal de crecimiento, sería conveniente acudir a un especialista para que descarte enfermedades como la alopecia androgénica.
El cabello sigue este ciclo con tres fases principales: la fase anágena (crecimiento), la fase catágena (transición) y la fase telógena (reposo y caída). La transición al otoño suele ser una época en la que el cabello se encuentra en la fase telógena, lo que puede resultar en una mayor caída del cabello. El Dr. Ballesteros indica que conociendo el ciclo capilar y tomando medidas de cuidado adecuadas, se puede mantener un cabello saludable durante la temporada de otoño.
Caída generalizada: cuándo preocuparse, diagnóstico y tratamiento
Con respecto a la caída capilar generalizada, en la mayoría de ocasiones, nos encontramos ante un efluvio telógeno, “no se trata de un tipo de alopecia, sino que se debe a una alteración del ciclo de crecimiento del pelo que cursa con caída difusa durante un periodo limitado en el tiempo y reversible” explica el Dr. Ballesteros. Principalmente suele presentarse en mujeres y puede acompañarse de una pérdida de densidad capilar en la zona de las entradas y regiones laterales del cuero cabelludo.
Existen múltiples causas que originan la caída capilar generalizada. Las más frecuentes son infecciones graves, inicio de medicaciones sistémicas, cirugías, el parto, eventos traumáticos, estrés emocional, déficit vitamínico (hierro, zinc, vitamina D…) o dietas restrictivas entre otras.
EL Dr. Ballesteros explica que “el diagnóstico se realiza en consulta mediante una anámnesis y exploración física capilar para valorar si existe caída activa en el momento de la consulta” combinado con una tricoscopia digital, método no invasivo por imagen, para descartar que existe una alopecia secundaria concomitante. A su vez, será necesario realizar un estudio analítico sanguíneo para comprobar el funcionamiento del tiroides, hemograma y oligoelementos o vitaminas entre otros parámetros. Según el doctor, “nos debemos preocupar ante caídas masivas, aparición de síntomas asociados (picor, quemazón), ensanchamiento de la raya, o cronicidad del cuadro”.
Respecto al tratamiento, lo primero será tranquilizar al paciente ya que se trata de un cuadro con un pronóstico excelente y reversible. Siempre que exista una causa tratable, por ejemplo, un déficit nutricional será necesario corregirlo para frenar la caída. A día de hoy existen dos tratamientos que acortan los tiempos de recuperación y favorecen que el pelo vuelva a tener la calidad y densidad previa. En primer lugar, se puede utilizar minoxidil oral a dosis bajas, que es un fármaco que prolonga la fase de crecimiento del pelo y mejora rápidamente la densidad capilar. En segundo lugar, se puede recurrir a procedimientos de mesoterapia o infiltración en el cuero cabelludo de plasma rico en plaquetas (PRP) las cuales, gracias a los factores regeneradores de tejido que presentan, ayudan a restaurar la función de las células madre foliculares. En ocasiones, también puede ser de utilidad suplementar con melatonina o mesoterapia individualizada de vitaminas.
El Dr. Ballesteros resalta la necesidad de acudir a un dermatólogo especializado en tricología para el diagnóstico y tratamiento individualizado, y que de esta forma el paciente consiga frenar su caída y recuperar la densidad capilar previa lo más rápidamente posible.
Caída del cabello, ¿cuándo deja de ser normal para convertirse en un problema a tratar? | |||
Los expertos de IMR explican cómo mantener el pelo saludable en otoño | |||
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Cuando llega el otoño el pelo parece caerse mucho más, aunque en realidad es un proceso natural del ciclo capilar que se pone en marcha durante unos meses. Si después de un tiempo no se nota un descenso en la caída del cabello, podría ser hora de consultar a un experto capilar para descartar problemas como la temida alopecia. ¿Cuándo pasa de ser normal a ser una señal de alarma capilar? El Dr. Manuel Ballesteros, dermatólogo experto en medicina capilar de IMR, explica que hay épocas del año en las que el pelo se cae más que en otras y que, en concreto en otoño,se debe a una alteración normal del ciclo del pelo que suele durar entre dos y tres meses. Si pasado este tiempo, el cabello no ha recuperado su ritmo normal de crecimiento, sería conveniente acudir a un especialista para que descarte enfermedades como la alopecia androgénica. El cabello sigue este ciclo con tres fases principales: la fase anágena (crecimiento), la fase catágena (transición) y la fase telógena (reposo y caída). La transición al otoño suele ser una época en la que el cabello se encuentra en la fase telógena, lo que puede resultar en una mayor caída del cabello. El Dr. Ballesteros indica que conociendo el ciclo capilar y tomando medidas de cuidado adecuadas, se puede mantener un cabello saludable durante la temporada de otoño. Caída generalizada: cuándo preocuparse, diagnóstico y tratamiento Con respecto a la caída capilar generalizada, en la mayoría de ocasiones, nos encontramos ante un efluvio telógeno, “no se trata de un tipo de alopecia, sino que se debe a una alteración del ciclo de crecimiento del pelo que cursa con caída difusa durante un periodo limitado en el tiempo y reversible” explica el Dr. Ballesteros. Principalmente suele presentarse en mujeres y puede acompañarse de una pérdida de densidad capilar en la zona de las entradas y regiones laterales del cuero cabelludo. Existen múltiples causas que originan la caída capilar generalizada. Las más frecuentes son infecciones graves, inicio de medicaciones sistémicas, cirugías, el parto, eventos traumáticos, estrés emocional, déficit vitamínico (hierro, zinc, vitamina D…) o dietas restrictivas entre otras. EL Dr. Ballesteros explica que “el diagnóstico se realiza en consulta mediante una anámnesis y exploración física capilar para valorar si existe caída activa en el momento de la consulta” combinado con una tricoscopia digital, método no invasivo por imagen, para descartar que existe una alopecia secundaria concomitante. A su vez, será necesario realizar un estudio analítico sanguíneo para comprobar el funcionamiento del tiroides, hemograma y oligoelementos o vitaminas entre otros parámetros. Según el doctor, “nos debemos preocupar ante caídas masivas, aparición de síntomas asociados (picor, quemazón), ensanchamiento de la raya, o cronicidad del cuadro”. Respecto al tratamiento, lo primero será tranquilizar al paciente ya que se trata de un cuadro con un pronóstico excelente y reversible. Siempre que exista una causa tratable, por ejemplo, un déficit nutricional será necesario corregirlo para frenar la caída. A día de hoy existen dos tratamientos que acortan los tiempos de recuperación y favorecen que el pelo vuelva a tener la calidad y densidad previa. En primer lugar, se puede utilizar minoxidil oral a dosis bajas, que es un fármaco que prolonga la fase de crecimiento del pelo y mejora rápidamente la densidad capilar. En segundo lugar, se puede recurrir a procedimientos de mesoterapia o infiltración en el cuero cabelludo de plasma rico en plaquetas (PRP) las cuales, gracias a los factores regeneradores de tejido que presentan, ayudan a restaurar la función de las células madre foliculares. En ocasiones, también puede ser de utilidad suplementar con melatonina o mesoterapia individualizada de vitaminas. El Dr. Ballesteros resalta la necesidad de acudir a un dermatólogo especializado en tricología para el diagnóstico y tratamiento individualizado, y que de esta forma el paciente consiga frenar su caída y recuperar la densidad capilar previa lo más rápidamente posible. |
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