En España, todos los Partidos Políticos registrados legalmente han debido presentar
previamente una solicitud, acompañada de unos Estatutos que contemplasen el
respeto al marco legal establecido, es decir la Constitución Española.
Hoy, sorprendentemente, exigir a algunos de esos partidos que respeten lo que dice la
Constitución es lo que se dice “pedir peras al olmo”.
Sorprende, también, que exigir al Gobierno de turno que haga cumplir la Ley de
Partidos, sea, igualmente, “pedir peras al olmo”.
Requerir a aquellos que se proclaman “republicanos” sean consecuentes con sus
principios y respeten la normativa Constitucional o procedan a darse de baja como
Partido Político español, también es “pedir peras al olmo”.
Que los españolitos de a pie quieran que a los políticos se les aplique el rigor de las
normas laborales en su devenir parlamentario es, como pueden suponer, “pedir peras
al olmo”.
Exigir que, cuando los políticos hablan de corrupción personal, gremial o de partido, no
lo utilicen para desbancar al contrario, ignorando que todos ellos miran la vida como
los “bizcos”, sino para tomar medidas de Estado…, como no puede ser de otra forma,
también eso es “pedir peras al olmo”.
Querer que las normas fiscales sobre dietas, kilometraje, gastos generales, etc., se
apliquen a todos los organismos con igual criterio que al ciudadano de a pie,
lógicamente, también, es “pedir peras al olmo”.
Requerir para que todos los Partidos sean auditados por comisiones de ciudadanos
expertos, profesionales y “protegidos”, por desgracia también es “pedir peras al
olmo”.
Poder manifestar públicamente que los idiomas, todos, el español, el catalán, el
gallego, el euskera, el valenciano son tesoros culturales que aúnan territorios y
personas, pero que no todos sirven, por igual, como herramientas universales de
prosperidad… poder decir esto es “pedir peras al olmo”.
Y para terminar lo más triste, la peste,… Exigir a todos, personas y sobre todo Partidos
Políticos, que abdiquen de VETOS Y CORDONES SANITARIOS… eso, en la España actual,
es “pedir peras al olmo”.
Los absolutismos políticos que estamos viviendo son propios de sociedades bananeras…
Da pena contemplar cómo se secan las lágrimas del pasado, mientras se predican aires
de libertades populistas enriquecidas con esas lágrimas. Da pena ver cómo algunos se
dedican a proclamar salvadores a los que empuñaron los gatillos y dedicaron su vida a
construir sepulturas ajenas.
Lo más grave es que si exigimos firmeza, políticas de Estado y convivencia es, por
desgracia, como “PEDIR PERAS AL OLMO”.