Como médico, me gustaría manifestar mi opinión a propósito de la campaña mediática promovida por los que no están de acuerdo con la afirmación del Papa de que el uso del preservativo no es suficiente para prevenir el Sida y así ayudar a África. En Atlanta, centro de estudio y seguimiento del Sida, se dijo, hace años ya, que la única forma de evitar el Sida con garantía es mantener relaciones sexuales exclusivamente con una persona fiel y no infectada. Cada vez que te acuestas con alguien, de cara al Sida es como si lo hicieras con todos los que se acostaron antes con él.
Como ciudadana, pienso que la libertad de expresión es patrimonio de todos, también del Papa. Y, aparte de esto que algunos parecen olvidar, el que no esté de acuerdo con él que actúe de otra manera, pero no trate de imponer sus opiniones como verdades absolutas. Además, en África se ha demostrado que en los países de mayoría católica donde se han adoptado las medidas adecuadas (ABC = abstinencia, fidelidad y condón para el que no viva las dos primeras), se han reducido las cifras de Sida de manera evidente. Por el contrario, los resultados son claros tras las campañas mediáticas del “ pontelo ponselo” y similares: ahora tenemos disparadas las cifras de embarazos no deseados, Sida y otras enfermedades de transmisión sexual. Lo que se ha conseguido con estas campañas es hacer creer a la juventud en el mal llamado sexo seguro, lo cual es una incitación a la promiscuidad, a practicar el sexo en edades más precoces y a hacernos luchar contra el papiloma con una vacuna no exenta de problemas. Pienso que difundir el método ABC y una educación de la afectividad y ”humanizar la sexualidad”, expresión acertadísima del Papa, sería lo ideal y la solución definitiva a tanto problema.